Daniel Solana sostiene el trofeo de EL CORREO en representación de la Fundación Valle Salado. JESÚS ANDRADE
Alavesa del mes | Fundación Valle Salado

«Volveremos a intentar que las salinas sean patrimonio de la Unesco»

La Fundación Valle Salado recoge el premio de EL CORREO en «un momento dorado». Con récord de visitas en agosto y «muy buena» cosecha

Sábado, 19 de septiembre 2020, 00:21

Sobre las eras de Añana se amontonan 7.000 años de historia. Un relato milenario que ha necesitado apenas tres décadas para pasar del olvido ... a icono del territorio. La Fundación Valle Salado, nacida sin ánimo de lucro a finales del siglo XX, recoge el premio Alavés del mes de EL CORREO como artífice de esa transformación. «Es un momento dorado», retrata Daniel Solana, su director-gerente y, en unos días, nuevo responsable de Basquetour.

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– ¿Cómo deja el Valle Salado a su sucesor en el cargo?

– Es un momento dorado. Hemos puesto en marcha una serie de proyectos para la gestión turística, comercial, de patrimonio... encaminada a que el Valle Salado cumpla unos estándares de calidad que nos tienen que llevar al reconocimiento de la Unesco y convertirnos en referente internacional.

– ¿Van a volver a presentar la candidatura?

– Sí, sí, estamos en contacto con el Ministerio de Cultura, Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) y la UPV y entre esta semana y la que viene nos van a hacer la propuesta del equipo de trabajo ideal. Todo el trabajo para la anterior candidatura ya está hecho y vamos a centrarnos en esos matices que no gustaron a la Unesco sobre la autenticidad y la integridad y que desde allí nos dicen que van a ser muy fáciles de corregir.

– ¿Cuándo se producirá esa puesta de largo?

– Si lo hacemos bien, en 2022, y luego habrá un recorrido de unos años más. Creo que lo vamos a conseguir, en Icomos están enamorados del proyecto. La Unesco es una puesta en valor universal, nos sale gratis y el retorno va a ser tremendo, vamos a estar entre las grandes maravillas del mundo.

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«Euskadi es nuestro mercado natural. La notoriedad en Álava es alta, pero en Bizkaia y Gipuzkoa hay recorrido»

venta de sal

– Acaba de finalizar la cosecha, ¿cómo ha ido?

– Muy bien. Hemos recolectado un poco más de sal que el año pasado en previsión de una demanda creciente y de la entrada en nuevos mercados.

– La usan hasta en Japón pero, ¿la conocen en Bizkaia y Gipuzkoa o el resto del Estado?

– En general sí aunque hay zonas de España, como la mediterránea, donde tienen sus salinas y venden sus marcas. Euskadi es nuestro mercado natural, vimos en un estudio que la notoriedad aquí era muy importante, especialmente en Álava, pero que en Gipuzkoa y Bizkaia había aún recorrido

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– ¿Ayudará el sello Eusko Label que se colgarán en breve?

– Mucho, es una marca de calidad diferenciada muy importante que aporta valor añadido y Hazi organiza eventos que van a llevar nuestra sal a muchos rincones de Euskadi. Estamos muy entusiasmados de pertenecer a esa familia. Y en 2021 seremos producto ecológico.

– En este verano tan raro para el turismo, ¿cómo se ha portado en las salinas?

– Abrimos el 24 de mayo y desde entonces no hemos parado de crecer y, aunque la actividad turística ha caído este año un 48%, julio y agosto se han comportado con subidas importantes. Agosto ha marcado récord de visitas, unas 16.000.

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«Un espacio viviente«

– ¿Hay hueco para más rutas?

– Ahora tenemos un proyecto para cerrar todo el paseo a ambas riberas del río Muera y hay cancha para hacer una o dos más pero la madre, la ruta por excelencia, es ir hasta el manantial de Santa Engracia.

– Allí se han descubierto unos pequeños manantiales. ¿El Valle Salado puede esconder más sorpresas 7.000 años después?

– Es un espacio viviente, la Tierra no es estática y los valles también se mueven. Esas pequeñitas surgencias de salmuera que han aparecido puede que en 500, 1.000 o 2.000 años se hayan secado o sean un manantial importante.

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«Tenemos un proyecto para cerrar todo el paseo a ambas riberas del río y hay cancha para hacer una o dos rutas más»

nuevos itinerarios

– ¿El oficio de salinero tiene relevo generacional?

– Tenemos a nuestro maestro, Edorta Loma, y gente a la que enseña y conoce bien el arte de recolectar la sal pero también de su carpintería, su arquitectura... El día que se jubile creo que no va a haber problema.

– ¿Entrarán más productos 'made in Añana' en la cocina?

– Estamos cerrando una colaboración con el Basque Culinary Center para sacar una sal ahumada y barajamos hacer sal con pimiento de Ezpeleta, con limón... No se trata de ampliar los productos sino de quitar el que no funciona y crear nuevos en función de la demanda. Subir en ventas es muy importante porque aportan ingresos y mi objetivo es que crezca la autofinanciación.

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