La diputada de Cultura anuncia una consulta con el sector cultural para definir en 2026 el futuro de la Sala Amárica
Ana del Val asegura tener ya «varios proyectos sobre la mesa», pero quiere un «consenso mayoritario» para darle un uso completo al infrautilizado y céntrico espacio expositivo
El plan de revitalización que espera la Sala Amárica de Vitoria no verá la luz, al menos, hasta 2026. Los meses restantes de este ... ejercicio serán «de transición» para este espacio expositivo, que estuvo a punto de clausurarse para convertirse en un centro de innovación. Esos nuevos plazos los ha ofrecido este viernes la diputada de Cultura, la socialista Ana del Val, quien ha trasladado que «desde hace tiempo», su departamento sufría «una preocupación constante» por saber qué finalidad se le podría dar a esta sala porque «no cumplía con las expectativas».
Lo que ha dejado claro es que Amárica «no seguirá funcionando como hasta ahora». Si bien este año la intención es «mantener la sala abierta con diferentes exposiciones» (hasta el 6 de junio acoge una muestra de Red Eléctrica), todavía no está claro cuál sera la programación de los próximos meses. Pero, «no queremos que se cierre», ha insistido después de que la presión social y la falta de respaldo político de la oposición le obligara a dar un giro de 180 grados en su estrategia inicial.
De forma paralela, ha anunciado que la próxima semana se abrirá un extenso proceso participativo con el sector cultural para lograr, junto a ellos, un «proyecto con vocación de permanencia» que cuente con un «consenso mayoritario» de la ciudadanía. La asociación Amarika Elkartea, que nació para hacer presión frente al cierre del espacio inaugurado en 1989 será, según Del Val, su «interlocutor más valido» porque agrupa con amplitud al sector alavés al estar formado por 175 personas de este ámbito.
El espacio cuenta con jardín
En este sentido, ha asegurado que la Diputación ya cuenta con «varias propuestas sobre la mesa» y ha adelantado algunas claves que centrarán ese futuro plan. Una de las líneas maestras que se marca es la de «aprovechar la totalidad» de los metros cuadrados de la sala. Se calcula que en la actualidad se ocupan unos 400 metros cuadrados, mientras que las dimensiones totales acalzan los 600. Es decir, hay una parte «invisible» que, en palabras del Val, es «extraordinaria».

Esa zona trasera -que tiene salida por la calle San Antonio- acoge en la actualidad las oficinas de Kultura Bulegoa, dedicadas al asesoramiento de entidades que trabajan en el sector cultural. Pero también hay despachos vacíos o varias aulas que apilan material sin uso, guardado desde que entre 2003 y 2008 este céntrico espacio expositivo acogió las Aulas de la Tercera Edad. En una visita junto a los grupos políticos incluso se descubre un jardín, que tampoco descartan aprovechar en el futuro.
Para «redirigir bien el proyecto», después de rectificar ante su cierre por la fuerte presión social, también cree Del Val que éste debe ser «multidisciplinar». Con esto ha querido decir que no pretende centrarse sólo en una en una rama del arte (por ejemplo, la fotografía) con la intención de que no interese sólo a un colectivo.
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