Urtaran ve «positivo» el proyecto para las Brígidas y trabaja ya en los cambios urbanísticos
Trasladar la escuela de hostelería al inmueble, que precisa adecuar su calificación, «encaja» en la filosofía de dar uso a espacios vacíos del centro
El proyecto para que el convento de las Brígidas, ubicado en la céntrica calle Vicente Goicoechea y en desuso desde hace casi quince años, pase ... a albergar la escuela de hostelería de Egibide así como su restaurante, tal y como desveló EL CORREO, se ve con buenos ojos desde el Ayuntamiento, «aliado» de esta iniciativa, como subraya el alcalde, Gorka Urtaran. El regidor peneuvista valora «positivamente» este plan para el que se están buscando fórmulas entre las tres entidades competentes -el Obispado, el Consistorio y el centro educativo concertado- con la pretensión de unificar en el hoy desaprovechado complejo la actual sede episcopal así como la escuela para formar a futuros chefs incluyendo su comedor (este último se situaría en la capilla del convento).
Pero transformar lo que hasta hace década y media fue hogar de una orden religiosa -las hermanas que lo habitaban se trasladaron en 2007 a Valladolid- en un centro de aprendizaje para alumnos y un local para comensales «no es un proceso sencillo porque requiere modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana», advierte el primer edil. En concreto, es preciso cambiar la actual calificación del inmueble, lo que requiere 'tocar' el documento urbanístico de mayor rango de la ciudad. Una farragosa tarea burocrática en la que el Ayuntamiento «ya está trabajando». El departamento de Territorio y Acción por el Clima «está analizando la viabilidad técnica del proyecto», que tiene al Consistorio como particular 'socio'. Los técnicos se emplean ahora en buscar la fórmula para «adecuar la calificación del edificio para el uso que se propone».
LA CIFRA
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14 años en desuso acumula el convento de las Brígidas, que se traslaron en 2007 a Valladolid. El complejo de la calle Vicente Goicoechea estuvo cerca de acoger el Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS), pero la iniciativa acabó aparcada por la crisis a principios de la década de 2010.
Si la iniciativa, aún en fase embrionaria, se acaba haciendo realidad, tendrá una «doble ventaja», remarca el primer edil, por un lado, «poner en uso un edificio en pleno centro que encaja perfectamente con la filosofía del Masterplan Centro» -el plan para dar vida a equipamientos vacíos que acumulan el corazón y el Ensanche vitorianos- y por otro «da un impulso a la Escuela de Hostelería de Egibide». En efecto, la propuesta persigue satisfacer los intereses de todos los promotores. El Obispado lograría centralizar sus funciones, ahora repartidas por diferentes puntos de la capital, entre los números 5 y 13 de Vicente Goicoechea.
Por su parte, el centro formativo tendría una ubicación más céntrica que la de ahora, en los frontones Beti Jai, en Mendizorroza, y un 'plus' de distinción para su restaurante al ubicarse en la capilla del convento. El propio obispo, Juan Carlos Elizalde, sería el encargado de desacralizarla para que se destine a un nuevo uso.
Un nuevo activo para el centro
La idea de llenar de fogones y mesas un espacio de culto tiene un ejemplo cercano en Pamplona, cuyo casco viejo cuenta con un restaurante en una antigua capilla. En el de Egibide, eso sí, serían los alumnos los encargados del menú. El proyecto también permitiría activar un complejo en un núcleo urbano ahora apagado, con muchos escaparates y edificios sin actividad.
El antiguo convento, concebido por Olaguíbel, data de 1783 pero fue demolido a principios del siglo XX para erigir la Catedral Nueva. De él apenas se conserva la fachada, que fue trasladada a la actual ubicación de Vicente Goicoechea. El complejo, que requiere de una ambiciosa restauración, lleva 14 años vacío. En 2008 fue a candidato albergar el Instituto Foral de Bienestar Social, pero el plan quedó sepultado por la crisis.
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