Txusmi Sáez baja el telón de su trilogía con 'Moscú', su novela más extensa

Si un peligro biológico o el terrorismo nuclear habían empujado la acción en ocasiones previas, ahora es el mundo de los hackers y los ataques informáticos. «Son tres peligros claros, aunque el fanatismo religioso es otro que aparece en la segunda novela. El riesgo tecnológico es ahora uno de los mayores», destaca Sáez.

Claro que ahora mismo, con Rusia en guerra con Ucrania, todo se multiplica. Aunque el autor considera que el momento no ha sido ni beneficioso ni perjudicial para un título que puede disparar connotaciones diversas. «Las novelas no las haces en los últimos tres meses. Llevas año y medio o dos cociéndola. Y a lo largo del libro se presagia que puede pasar algo así. Lo vas viendo en el ambiente y las tendencias», apunta quien sitúa la acogida de 'Moscú' «en la línea de las anteriores. Creo que esos lectores que se engancharon con 'Siberia' los mantienes y te siguen».

Txusmi Sáez no sólo mantiene a este público, sino también a la espía y ejecutora María Nikoláyevna Ivanova, Masha, al periodista Txema Beristáin o al comisario español Javier Galarreta. Pero, auque reconocible para los lectores, no son exactamente iguales, puesto que «todos los personajes han evolucionado en estos ocho años. Va cambiando la mentalidad de Masha y Galarreta, que son un poco el nudo central». Y, si a alguien ella le parece más humana, el autor valora que «es un poco relativo, porque es una psicópata y en ella lo que impera es su propia lógica. Tener ahí a ese niño, el hijo de Txema, le lleva hacia un cierto equilibrio. Pero no va a renegar en sus principios. Creo que es más irónica en este capítulo», que constituye su novela más extensa, con un centenar de páginas más que el arranque de la saga.

En cualquier caso, Masha es una constante ineludible en una trilogía en donde en más de un momento parece que la agente rusa ha fallecido. «La primera iba a ser una historia ya cerrada. Pero al retomarla en 'Kazajistán' tras ese final que quedaba un tanto indefinido, reaparece. Esas situaciones son parte de la emoción y su actitud hacia la muerte, también. Lo mismo tiene que matar a alguien antes de que lo cojan otros que se juega la vida para salvarlo... No lo analiza en su cabeza, hace su trabajo y le es indiferente. No es buena o mala. Ella es», define un escritor que se confiesa «enamorado de un personaje que podría dar mucho juego en una serie de televisión».

Como contraste, aparece en la saga la policía Valeria Shevchenko, una investigadora eficiente, pero cabal y con valores, que será reclutada como espía. Sáez recuerda que «algunos lectores me han dicho que ya desde el principio era carne de cañón», algo que luego no resulta tan evidente ni inmediato en este relato que recorre la capital que le da nombre, Las Merindades, Siberia oriental, Madrid, alguna sede diplomática foránea o Benidorm.

Claro que no es lo mismo para Sáez documentarse sobre un lugar en Burgos que sobre un edificio en la ciudad del Kremlin. Como en el resto de la saga, aparte de informaciones de los medios del país o internet. «Tener amistades en Rusia me facilitó poder conocer cómo se vivía en esos lugares, la mentalidad del pueblo ruso y su forma de ser».