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La paciente, Esther Eguileta, trabaja con los dispositivos médicos de Nordic Klinika, bajo la supervisión de un fisioterapeuta.

El tratamiento empieza a dar sus frutos

Esther acude «encantadísima» a sus citas semanales en Nordic Klinika porque ha notado una mejoría en la espalda y va ganando masa muscular en la pierna

El Correo

Viernes, 15 de marzo 2024

Para poner fin a sus dolores lumbares, Esther Eguileta recurrió a Nordic Klinika, una iniciativa de La Fundación San Prudencio dedicada a prevenir y combatir los problemas musculoesqueléticos. En las tres o cuatro primeras sesiones ya había notado una mejoría en la espalda, pero una aparatosa caída en la calle le obligó a incluir en el tratamiento una rehabilitación específica para la lesión del menisco para recuperar la funcionalidad porque, «después de casi un mes sin poder hacer nada, había perdido mucha masa muscular y movilidad en la pierna».

Tras la valoración inicial, el fisioterapeuta programó un tratamiento personalizado para su recuperación y le enseñó a utilizar los dispositivos médicos de última tecnología, cuyo software registra los rangos de movimiento, la velocidad, los pesos y las repeticiones. A sus 66 años, Esther reconoce que al principio le costó un poco aprender a utilizarlos. «Los dos o tres días primeros días preguntaba cositas, pero es memorizar cuatro pasos y ya está. Luego ya era autónoma e iba directamente a mis dispositivos. Y si tenía alguna duda, preguntaba. Da igual cuál de los fisios esté, cualquiera viene en ese momento y te atiende. Son encantadores todos y me atienden perfectamente».

Esther nos cuenta cómo es su dinámica en Nordic Klinika. «Hago un recorrido por todos los dispositivos pautados. Luego voy a la sala anexa y hago ejercicios de estiramientos de espalda con una pelota grande y de otro tipo con pesas, etc. Y después, vuelvo a repetir todo el circuito». El fisioterapeuta le supervisa. «Me dice 'pon bien la espalda, colócate de esta manera', porque tengo tendencia a no estirar bien la espalda. Lo bueno de esto es que si haces un movimiento que no es correcto, te lo corrigen y te ponen la postura ideal». Y en cuanto a los pesos, ella señala que pide más, pero los profesionales del centro son prudentes: «Me decían: 'empezamos con menos peso y poco a poco vamos subiendo'. Me ponen lo que me conviene», afirma.

«Si haces un movimiento que no es correcto, te lo corrigen y te ponen la postura ideal»

Todavía le faltan sesiones para terminar el tratamiento, «que no es nada molesto», asegura, y acude «encantadísima, porque ya he aprendido los pasos que hay que hacer, con la tarjetita, los pesos, todo. Para mí, es un dispositivo médico total, y hace las funciones que podía hacer manualmente un fisio pero a nivel más avanzado. Yo no conocía esta tecnología y me ha parecido algo fuera de serie», indica Esther, que ha sido auxiliar y enfermera. Tanto le ha gustado la experiencia, que trata de convencer a su marido «para que se anime a venir, porque le cuesta andar».

Incluso en la peluquería, «que es donde más se habla, cuando me preguntan cómo me encuentro, les revelo cuál es mi truco. Otras personas me hablan de gimnasios, de pilates… Pero como a mí esto me va bien, no voy a cambiar, lo tengo clarísimo. Yo soy incapaz de llevar una clase de gimnasia en la que esté toda la gente a la vez haciendo lo mismo, hablas… no me gusta. En Nordic está la innovación y además no me cuesta ir. Te cansas haciendo los ejercicios, pero es entretenido porque cambias de un dispositivo a otro que es de diferente función», argumenta.

Deberes para casa

Los avances en su caso resultan evidentes. «Fui dejando primero dos muletas, luego una... Al principio, no podía subir escaleras, pero poco a poco subía, luego al bajar ya empecé a coger seguridad también», recuerda Esther. Con el objetivo de completar el trabajo que realiza en Nordic Klinika, el fisioterapeuta le ha dado una serie de recomendaciones y vídeos de ejercicios para hacer en casa. «No hago todos los días todo lo que debo, pero sí hago bastante. Si son siete ejercicios, igual tres hago a diario», confiesa.

Su ejemplo demuestra que Nordic Klinika sirve «para cualquier persona. Igual hay quien dice 'como no trabajo, no necesito eso'. A mí me va muy bien. Mejor que estar pagando una cuota de un año entero en un gimnasio, donde solo haces cuatro cositas. Además, si un día no puedo ir a las diez, aviso, y me dicen 'no te preocupes, pasas a tal hora'. Es que hay mucha libertad».

En la próxima entrega, Esther valorará los resultados al completar las 18 sesiones del tratamiento.

Nordic Klinika. La Fundación San Prudencio

Dirección: Eduardo Dato, 43. Vitoria

Teléfono: 945 222 900

www.nordicklinika.es

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