«Susto enorme» en el desalojo de dos bloques de Abetxuko, que eleva la cifra de evacuados a 51
Decenas de vecinos de la calle La Presa fueron evacuados el sábado debido a un fallo en el sistema eléctrico. «Salió una columna de humo y nos dijeron que no podrán arreglarlo hasta que el agua baje 30 centímetros»
«Ha sido un susto tremendo que nadie se esperaba. ¡Cómo nos lo íbamos a esperar!». De esta manera contaba Consuelo Flores, de 64 años, ... el desalojo de los dos bloques en Abetxuko en el que un centenar de vecinos fueron evacuados en la tarde de ayer tras detectarse un fallo en el sistema eléctrico cuando el agua ha alcanzado la instalación. Tras los desalojos del jueves y viernes en Asteguieta, ayer los efectos del temporal sacudieron esta zona en la ribera del Zadorra. La mayoría de los vecinos salieron por la ventana de un primer piso junto a la que los bomberos colocaron una escalera, a excepción de una mujer anciana que tuvieron que sacar en camilla.
«Por suerte la vecina tenía una ventana que daba a pie de calle», comentaba Mikel González, otro de los vecinos al bajar de la escalera de un bloque de la calle La Presa, cerca del tramo cortado de Kañabenta-Abetxuko y anegado por la riada. «El agua en el portal llegaba hasta aquí», decía señalando prácticamente por la altura de su rodilla, lo que dificultaba que pudieran marchar y coger una maleta por la entrada habitual a dos bloques con un pasillo comunicado intramuros.
La evacuación se produjo entre las tres del mediodía y las cinco de la tarde. Sin embargo, el desalojo de los bloques no ha sido completo, ya que ha habido tres pisos ocupados con media docena de vecinos que no han querido salir.
La cifra total de evacuados se eleva a 51, traslada el Ayuntamiento de Vitoria. Los Servicios Sociales municipales han tenido que atender hasta la fecha a ese medio centenar de personas (22 de Asteguieta y 29 de Abetxuko). Son desalojos preventivos tras la crecida del Zadorra, que ha anegado toda la zona.
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«Terminen de cocinar y preparen una pequeña maleta con lo necesario». Ese fue el mensaje que recibieron. «Han tenido que cortar la luz porque salía una columna de humo desde los contadores y nos han dicho que hasta que el agua no baje al menos 30 centímetros no podrán arreglarlo», contaba José Soto, de 67 años, ya en el centro cívico Abetxuko, a menos de cinco minutos andando, donde los servicios municipales les atendieron y les ofrecieron alojamiento en el hotel Gobeo Park. «Hemos cogido cuatro cosas, nos han dicho uno o dos días, pero pueden ser más», apuntaba su mujer, Consuelo, asomando una lágrima por el sobresalto. Nunca es plato de buen gasto tener que irse de casa prácticamente con lo puesto. Ambos reconocían que no habían visto nunca unas lluvias tan intensas. «En dos ocasiones anteriores ha llovido tanto, pero no como ahora. Lo importante es que no haya daños personales».
Tras salir del edificio con la ayuda de los bomberos acudieron al centro cívico, donde recogieron sus datos para alojarlos en un apartamento hasta que puedan volver a sus casas. Antonia Lozano, una de las vecinas que fue rescatada en una camilla por los bomberos debido a que había sido operada recientemente de la columna vertebral, se lo tomaba con filosofía. «No ha habido susto ni nada», decía. «Estábamos tranquilos en casa y nos dijeron que teníamos que salir. Como no hemos tenido que salir corriendo, no lo hemos pasado tan mal», soltaba sentada en el salón del centro cívico junto a sus hijos y su marido Manuel Rendo, quien sí salió a pie. «La pandemia, operaciones, ahora una inundación...», suspiraba, a pesar de todo, con alivio.
Acerca del tiempo que deberán permanecer fuera de sus hogares, Mikel González, comentó que mínimo hasta el lunes. También se lo toma con humor. «Ya tengo una anécdota para contar en Nochebuena», bromeaba. Cualquier previsión se quedaba corta. «El viernes fui a una tienda para comprar tres pares de botas de agua para mí, para mi mujer y mi hija. Pero no estaba en previsión que tuviéramos que salir por la ventana, dormir en un hotel y que nuestra hija vaya con los abuelos. Nadie se esperaba esto».
Entre los ya evacuados en el hotel Gobeo Park se apodera una sensación de «extrañeza», contaba por teléfono a este periódico Félix Oraviere, de Asteguieta. «No sabemos cuándo volveremos a casa, pero el domingo también lo pasaremos en el hotel». Durante la actuación de los bomberos estuvo presente Marian Gutiérrez, concejala de Seguridad Ciudadana. Mucho antes, a la mañana, el alcalde, Gorka Urtaran, había visitado Asteguieta y misma esa zona. Desde su ventana, Agurtzane García le espetó «las alcantarillas no se han limpiado en meses, no tragan el agua». Horas más tarde, el regidor explicó que «cuando el río alcanza un nivel más elevado de lo que está la calle, el agua se filtra por debajo. no es por el desborde. Es inútil poner una bomba de succión porque se volvería a colar». Sí avanzó que las obras que quedan por acometer en la cuenca del Zadorra «no pueden demorarse más».
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