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Delitos sexuales en Euskadi
Suben a 10 años la pena al hostelero que abusó de una menor en Vitoria y que sigue fugadoEl Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha elevado de ocho a diez años la condena a un exhostelero del Casco Viejo por « ... abusar sexualmente» de una menor y «grabarlo en vídeo». Los hechos ocurrieron en su local del Casco Viejo en septiembre de 2021 y el juicio en la Audiencia Provincial de Álava se desarrolló el pasado otoño.
Sin embargo, se antoja harto difícil que este hombre cumpla pena alguna ya que lleva en paradero desconocido desde finales de noviembre. De hecho, la Audiencia alavesa emitió una orden de busca y captura internacional que sigue vigente. De manera paralela, el proceso penal continuó y la Justicia le designó un abogado de oficio que, pese a no contactar con el fugado, sí ha defendido sus intereses. De hecho, posee ahora la posibilidad de recurrir al Tribunal Supremo.
Las primeras alarmas sonaron en noviembre, con su ausencia injustificada a una vista rutinaria para prolongar -o no- su libertad provisional. Mes y medio antes había sido condenado a un global de ocho años de cárcel por abusar sexualmente de una menor, y grabar la escena. Fue absuelto del mismo hecho con otra menor presente en los hechos, ocurridos durante la desescalada en el bar que regentaba en la almendra medieval.
Aquel ataque sexual denunciado a la Ertzaintza sucedió en septiembre de 2021. Desde entonces, este hombre de 51 años que cuadruplicaba en edad a las víctimas, de 16 y 17 años en aquella época, siempre acudió a cada llamada de la Justicia. Estuvo presente en el juicio, celebrado en septiembre del año pasado y en el que se expuso a una petición fiscal de 36 años y 9 meses por abusar sexualmente de ambas adolescentes. Las invitó a beber tras echar la persiana de su local. Al final le cayó un total de 8 años de prisión. El vídeo del local, de casi dos horas de duración, le penalizó con una de las chicas y le exculpó respecto a la otra involucrada.
Como sucede a menudo en la vía penal, esa condena no implicó la entrada inmediata en prisión al quedarle los recursos al Tribunal Superior de Justicia (TSJPV) y, en último extremo al Tribunal Supremo. Con estas revisiones, las defensas buscan limar alguna rebaja, mientras que las acusaciones aspiran a endurecerlas. Como ha sido el caso.
En todo caso, de no haber desaparecido, todavía le quedarían un par de años de espera antes de tener que ingresar en la cárcel alavesa de Zaballa. Por eso sorprendió tanto en el Palacio de Justicia su discutida decisión de desaparecer. Tras constatarse que no estaba ni en su domicilio habitual ni había constancia sólida de que siguiera en la ciudad, la Audiencia Provincial de Álava emitió una orden internacional de busca y captura todavía vigente.
Para cristalizar, deberían detectarle en algún aeropuerto, estación o control rutinario, según dice la teoría. La práctica, en cambio, precisa que se haya refugiado en algún país con tratado de extradición. De lo contrario, el mandato de la Audiencia carecerá de poder. Es lo que sucede con Dmitry Piterman, expresidente del Alavés. Vive cómodamente en Estados Unidos, sin temor a ser deportado a Vitoria.
Este hostelero a la fuga es de origen centroamericano. Y su país de origen carece de ese pacto con España. Como otros trece de ese continente. «Ese podría ser uno de sus destinos», vaticinan medios internos del Ministerio del Interior. «Quizá temió que en esa vista oral para mantenerle en libertad le retirarían el pasaporte y por eso optó por marcharse ya», abundan.
Al margen de su paradero actual, lo único claro es que deberá aguardar «20 años antes de que su delito prescriba», recuerdan en el Palacio de Justicia. Ha dejado atrás a su descendencia. En el juicio, el ahora condenado por partida doble se mostró arrepentido y apeló a sus familiares. «No estoy orgulloso de lo que pasó, pero di por hecho que estaban conscientes. Les pediría mil veces perdón porque tengo dos hijas».
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