Simula un atraco a un banco en Vitoria para ir a la cárcel y evitar ser víctima de un ajuste de cuentas
Ya confesó ser el autor del asalto frustrado a otra sucursal en octubre. La Ertzaintza sospecha que debe «dinero» a prestamistas
La mañana del martes, el cruce de la Avenida de Santiago con Errekatxiki se llenó de coches patrulla de la Ertzaintza. El personal de la ... sucursal allí enclavada activó el botón de alerta por «atraco». Al presunto asaltante lo encontraron fuera, junto a la puerta, que había sido bloqueada desde dentro. Arrancaba una historia rocambolesca concluida el mediodía de ayer, miércoles, con la puesta en libertad de este varón por parte del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria, pero acusado de desobediencia a agentes de la autoridad.
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Según ha sabido este periódico de fuentes policiales y judiciales, poco antes de las diez de la mañana del martes, este vecino de la capital alavesa accedió al local con un cuchillo y la «intención inicial» de saquearlo. En el último momento desistió. Según contó, porque «había muchas personas mayores y mujeres» y «no quería generar alarma social».
Así que enseñó la empuñadura del arma blanca a una empleada y le conminó a que alertara a la Ertzaintza. El altercado sucedió en una oficina localizada enfrente de la que sufrió un intento de robo el 6 de octubre, caso aún sin resolver. «Entonces se presentó en comisaría para confesar que había sido él, pero la grabación de seguridad le descartó», esgrimen medios consultados.
El martes, desde la Policía autonómica se decidió su traslado al hospital Santiago para una valoración psicológica por si fuera necesario su ingreso. En el centro médico permaneció apenas un par de horas antes de recibir el alta.
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A la oficina de denuncias
En vez de irse a su casa, cruzó la carretera y se plantó en la oficina de denuncias de la Ertzaintza en la calle Olaguíbel. Por casualidad coincidió con la responsable de la oficina, quien había acudido a presentar una denuncia por el amago de atraco. Hubo un intercambio de reproches que obligaron a agentes presentes a conminarle a que se fuera y dejara tranquila a su víctima. Como se negó y no depuso su actitud, terminó arrestado.
Tras pasar la noche en un calabozo, ayer miércoles fue puesto a disposición del juzgado de guardia. En Instrucción número 1 le tomaron declaración y le dejaron en libertad con cargos.
En la Ertzaintza se sospecha, no obstante, que su actitud respondería a un «intento por ingresar» en la prisión de Zaballa y «desaparecer una temporada». Al parecer, este hombre arrastraría «una deuda importante» con una familia de prestamistas y teme un ajuste de cuentas por no poder saldarla.
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