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120.000 litros de sidra aguardan en las kupelas de la sidrerías alavesas a la espera de que se inaugure su temporada. Será mañana cuando el tradicional txotx estrene una campaña que se alargará hasta casi la entrada del verano. Ese acto inicial le tocará esta vez a la Sidrería Iturrieta, en Aramaio (12.00 horas), donde se homenajeará a la Red de Semillas de Euskadi, cuyos miembros harán de maestros de ceremonias.
El motivo de que este colectivo sea protagonista tiene fácil explicación. Los tres productores del territorio quieren poner en valor el trabajo, tan ligado al sector primario, que realiza la asociación desde su sede en la Casa de la Dehesa. Y es que, desde hace tres décadas, se encargan de salvar de la extinción a distintas especies frutales autóctonas.
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En esa misma apuesta por lo local coincide Benito Peciña, presidente de la Asociación de Fruticultores y Sidreros Alaveses. Porque, aunque cada zona destaque por tener por unos matices distintos, todas coinciden en que desde el territorio alavés se puede lograr un producto de «calidad». La cosecha de este año ha sido «fantástica» en Treviño y «algo más baja» que hace un año en Kuartango y Aramaio, lo que ha dejado un total de 200.000 kilos d emanzana recolectados en Álava.
«Las condiciones climatológicas han hecho que esta producción sea, para nosotros, de las mejores. No ha habido heladas, tampoco ha llovido en exceso... Tenemos 37.000 litros listos para servir», explica ilusionado Julen Markinez (Trebiñu). En los otros puntos, y pese a que los números no han resultado tan abultados, «los sabores son exquisitos; nuestra sidra tendrá carácter», ensalza Juan José Peciña (Iturrieta).
Precisamente eso es lo que comprobarán todas las cuadrillas con fecha reservada para cualquiera de las tres sidrerías hasta junio. Los sábados al mediodía continúan siendo la franja estrella. «Aún tenemos disponibilidad para las noches o los domingos, pero para comer ese día, imposible, ya está todo lleno», comenta Peciña, desde su local en Aramaio.
Tanto él como el resto de sidrerías llevan recibiendo llamadas desde noviembre o incluso con un año de antelación porque «nadie quiere quedarse sin sitio». Todo, por darse un baño con sabor a manzana en el que el menú será el de siempre: un auténtico banquete a base de tortilla de bacalao y chuletas XXL como preciados manjares.
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