Salvatierra estrena depuradora y evitará la carga contaminante que emite al Zadorra

La nueva depuradora ha supuesto una inversión de 6,4 millones de euros y 22 meses de trabajo para contar con una infraestructura «de última generación» que tratará tanto los vertidos de origen doméstico como los industriales que se producen en la actualidad en el principal núcleo de la Llanada, y los que se puedan generar en el futuro. La instalación está pensada para dar servicio a 34.000 habitantes, una cifra que está lejos de los 5.000 que tiene ahora la localidad. El alcalde, Ernesto Sainz Lanchares, destacó que «nos permite asegurar el futuro crecimiento de nuestro municipio, tanto de su zona residencial como de nuestros polígonos industriales. Un crecimiento que hasta la fecha se ha visto hipotecado por las limitadas prestaciones que ofrecía la antigua». Las previsiones de vida útil de la nueva instalación alcanzan los cincuenta años.

La nueva depuradora tendrá tres fases de tratamiento del agua para devolverla al cauce del río «con la mejor calidad posible». Incorpora un sistema que permitirá eliminar el nitrógeno y el fósforo y un «novedoso» sistema terciario que activa un mecanismo de filtración automática para garantizar la calidad del agua en el caso de que las dos primeras fases no alcancen los niveles de depuración exigidos. Además, se han instalado equipos para ahorrar energía y simplificar la explotación. Entre ellos, un sistema de desodorización «que realiza las renovaciones de aire por vía biológica».

La estación cuenta con un enorme tanque de tormentas, capaz de retener grandes cantidades de agua para evitar su vertido al río antes de que se hayan depurado. El sistema tiene capacidad para tratar 4.187 metros cúbicos diarios. Su régimen de funcionamiento normal será de cien litros por segundo, pero puede alcanzar los 250.

La puesta en marcha de la nueva depuradora ha exigido mover 45.000 metros cúbicos de tierra. En la fase de excavación han permitido instalar diez kilómetros de tuberías para canalizar el agua residual, y en la de relleno, se han usado para cubrir la parcela y revegetar la zona.

La instalación, construida por la Agencia Vasca del Agua, es uno de los principales proyectos del Acuerdo Marco sobre Infraestructuras Hidráulicas para la década 2017-2027 firmado entre la Agencia Vasca del Agua, URA, y la Diputación alavesa. Será URA quien se encargue en los próximos seis meses de su puesta en marcha, calibración y la capacitación del personal para después ceder la instalación al Ayuntamiento de Salvatierra, que la traspasará al Consorcio de Aguas de Álava-Urbide, el encargado final de su gestión y explotación para «garantizar su sostenibilidad técnica y económica».

Tapia también ha avanzado que la mejora del estado medioambiental de los ríos, continuará con la ejecución en 2022 del sistema de saneamiento y la construcción de la depuradora de aguas residuales de Moreda. Por su parte, el diputado general de Álava, Ramiro González, recordó que «Álava tiene un 27% de su superficie protegida bajo figuras de espacios naturales».

La visita de las autoridades se ha encontrado con la concentración organizada a la entrada de la depuradora por la plataforma Araba Bizirik para «seguir mostrando nuestro rechazo a la imposición de la figura de los Proyectos de Interés Público Superior. La utilización de esta figura por parte del Gobierno Vasco anulará de facto la Ley de Ordenación del Territorio y las decisiones fundamentales que tomen las entidades locales», señalaron. La plataforma entiende que la modificación de la Ley se ha hecho «evitando el debate parlamentario».