«No sabemos qué locales de conciertos vamos a aguantar ni cuánto tiempo»
Las salas de Vitoria que programan música en directo consideran inviable abrir con un tercio del aforo. «Hay todavía demasiadas incognitas»
«Estamos juntos, pero con las manos atadas». De esta manera expresan su incertidumbre diferentes locales de concierto de Vitoria, como Urban Rock Concept, Hell Dorado y The Garage, quienes comparten su malestar ante un posible escenario de reapertura.
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Aunque se contempla dentro de la fase 3, prevista para el 8 de junio como mínimo, cuando podrán levantar la persiana «las salas musicales» con limitación del aforo a un tercio, calculan que hacerlo en estas condiciones será inviable. «Es absolutamente imposible abrir con ese aforo», repite Juan Uriarte, gestor de la sala Hell Dorado, cuya pervivencia depende en exclusiva de los conciertos, sobre todo de reconocidos grupos de rock internacionales. Comparte su preocupación en un encuentro virtual de EL CORREO junto a Txema González, de la sala Urban Rock Concept, y Pablo Giménez, de The Garage (antiguo Elefante Blanco), local que cuenta con un bar en la planta superior y una discoteca en la planta baja en la que también se realizan actuaciones.
La falta de medidas concretas y la evolución de la pandemia pone contra las cuerdas a la música en vivo. Diferentes asociaciones, como la Plataforma de Salas de Conciertos o Kultura Live, reiteran que aplicar esa limitación de público «condena al sector a la quiebra», además de solicitar medidas específicas para estos recintos. También otras salas de la capital alavesa, como Jimmy Jazz y Kubik, suscriben esa batería de disposiciones que solicita a las instituciones una bajada del IVA del 10% al 4% de las entradas de todos los eventos musicales, además de la moratoria de pagos.
– ¿Cuánto tiempo pueden aguantar así?
– Juan Uriarte: En Vitoria, las salas fuimos las primeras en cerrar algo antes del estado de alarma. Nos redujeron el aforo a un tercio y ya entonces decidimos no abrir. Lo que podemos durar es proporcional a los ahorros que tengas y a los gastos que tengas enfrente. Con la puerta cerrada, hay una serie de gastos que siguen permanentes como pueden créditos, alquileres y gastos corrientes como teléfonos, agua, electricidad que siguen sumando.
– Txema González: Cuando ocurrió todo y se habló de un tercio del aforo decidimos que no podíamos hacer conciertos. Entonces tuvimos que cerrar, empezamos a gestionar los ERTEs y solicitar préstamos para poder sobrevivir. Tratamos de mantenernos este tiempo sin ingresos.
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– Pablo Giménez: Recuerdo que lo primero fue cerrar la discoteca y el bar en aquellos momentos de psicosis. Luego empezar a suspender todo lo previsto y gestionar los ERTE.
– Según lo anunciado por Cultura, la reapertura comenzaría con un tercio del aforo en la fase 3 (8 de junio). ¿Sería viable?
– J. U.: Es absolutamente imposible. No puedo abrir porque no me compensa. La duda está en saber si en esa fecha se va anular el ERTE y el paro de los autónomos. Si a partir de ese día se puede abrir y nos quitan esas prestaciones, la cosa se va a poner muy fea. Muy, muy fea...
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– P. G.: El problema no es solo el tercio del aforo, sino que la norma base es que la gente tiene que estar a metro y medio de distancia. Podría abrir The Garage con un tercio del aforo y cabrían unas 300 personas, pero esa medida es muy difícil de implementar. Además, no hay unas medidas claras. He pedido presupuesto de máquinas de ozono, de arcos con difusores para desinfectar por si hay que implementarlo. Pero no sabemos si es necesario y no está la cosa como para tirar el dinero.
– T. G.: Creo que tenemos que esperar a que se aclaren las cosas porque todo cambia de una semana a otra. Por ejemplo, respecto al tema de las terrazas en bares se comenzó diciendo que iba a permitir un 30%, después un 50% y más tarde el Ayuntamiento de Vitoria ha dicho que podrían duplicar hasta el 100% su capacidad. Estamos a expensas de lo que vaya pasando.
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– P. G.: Nos avisan de una semana a otra. Y no se puede hacer una agenda de conciertos de una semana a otra. Debería haber una previsión por lo menos de un mes para tener pensadas las medidas. Yo no agendo conciertos internacionales, pero en el caso de Hell Dorado, entiendo que necesitan meses de antelación para programar conciertos y lo tienen más complicado.
Giras de grupos
– ¿Con qué antelación se contrata a grupos?
– J. U: Con las bandas internacionales se trabaja con varios meses de antelación. También es verdad que falta casi un mes para la fecha que establece la reapertura y creo que van a cambiar mucho las cosas hasta entonces porque no nos han dicho si va a ser obligatoria la distancia social– algo que es absolutamente imposible cumplir en un bar de noche–;tampoco si vamos a tener que usar vasos de vidrio o desechables ni si los cámaras tendrán que ir con guantes. Hay muchas incógnitas.
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– T. G.: Toda la agenda internacional hasta septiembre está muerta.
– ¿Es esa la fecha prevista para que vuelvan las bandas a girar?
– J . U.: Algunos sí, pero hay quienes han pospuesto su gira incluso un año porque hay incertidumbre de cara a otoño, sobre todo entre las bandas norteamericanos. Hay quienes no quieren venir en octubre o noviembre para evitar volver a cancelar. Tengo conciertos aplazados hasta marzo y mayo de 2021. Habrá que tirar de bandas locales o de países cercanos. Pero también es complicado porque cada país vive una situación diferente con el virus e influye la situación de los aeropuertos. También hay músicos que tienen miedo porque España ha sido uno de los países más afectados y Vitoria fue un foco importante al inicio. Es un poco pronto para hacer algún pronóstico, exceptuando que todo va a ser muy complicado.
– ¿Piensan en programaciones con más grupos locales y cercanos? ¿Esto conllevaría a que la oferta de salas se redujera?
– T. G.: Hay bandas buenas, pero no muchas. Entonces habría que reinventarse, dejar de dar conciertos o cerrar la sala... Nosotros vivimos exclusivamente de conciertos y estaría complicado. El público se puede hastiar de ver a los mismos grupos y por eso busca la novedad. Además, no creo que el público se mueva mucho a ver bandas sin un interés especial. Quizá los primeros días por eso de salir de casa, pero se frenaría.
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– ¿Han podido varíar las condiciones de los contratos?
– T. G.: La programación está basada en las condiciones de aforo de la sala antes de la crisis del coronavirus y no en cómo va a quedar la sala después de todo esto.
– P. G.: Los contratos que se firman ahora en mi caso son sin pagar caché, por decirlo de alguna manera. Dependerán de la taquilla. Hemos hablado con los artistas y les hemos explicado que si perdemos, perdemos todos, y al revés. No queda otra. Hay que seguir pensando que hay un mañana después de todo y tenemos que seguir agendando.
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– J. U.: En Hell Dorado para septiembre tenemos un concierto con las misma condiciones en las que se cerró en marzo. Si para entonces tengo un 50% del aforo, les diré que no les puedo pagar. No pienso abrir la puerta para perder 3.000 o 4.000 euros. O tendrán que bajar el caché o les diré que no vengan y habrá problemas. Si tenemos otro aforo, a la hora de negociar tendría que haber otros números.
– ¿Subirán los precios?
– P. G.: Si disminuye el aforo y tenemos que hacer una inversión en higiene, limpieza y seguridad, la opción es subir el precio de la entrada. Otra opción sería algún tipo de subvención para mantener el tejido cultural de la ciudad.
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La 'nueva normalidad'
– ¿Confían en que haya algún tipo de ayudas por parte de las instituciones públicas para las salas?
– J. U.: Creo que no nos van a ayudar en nada. Llevo 19 años con la sala y he tratado con todo tipo de ayuntamientos y tienen otras preferencias. La cultura les interesa poco. En parte lo entiendo, más importante es el bienestar social o la sanidad, pero no creo que nos ayuden y menos aún con los recortes de ingresos actuales. No soy pesimista, soy realista.
– P. G.: Yo creo que los artistas locales no van a tener sitios donde tocar. Tiene que haber un tejido cultural. Las salas de conciertos mueven muchos puestos de trabajo (técnico de sonido, de luces, promotores...). Quiero pensar que desde las instituciones va haber ayudas para mantenerlo. Yo no soy tan pesimista como Juan, déjame ser un poco utópico.
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– T. G.: Yo también pienso que no nos van ayudar. Pero estaría bien que, por ejemplo, que por cada concierto se asignara una cantidad para cubrir al menos los gastos de sala básicos...
– En la agenda tienen programado conciertos para septiembre. ¿Para esa fecha creen que podrán abrir sin limitación de aforo?
– T. G.: Yo pienso que será para septiembre. Al menos, eso es lo que quiero.
– J. U.: A mí también me gustaría que fuera cuanto antes, pero no tenemos ninguna certeza. Puede haber una recaída y que vuelva a haber casos. Y si abrimos en septiembre, hay un repunte de contagios en otoño y tenemos que volver a cerrrar, ¿quién aguanta esto? No sabemos qué va a hacer el virus. Lo único que sé a ciencia cierta es que cobro una ayuda y hemos aplicado el ERTE. Con eso podemos sobrevivir. Pero si nos lo quitan, la cosa se va a poner muy fea. Estar abocados a abrir con una reducción de aforo sería complicadísimo.
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– En esa 'nueva normalidad', ¿temen que el público tampoco quiera acudir como antes a los conciertos?
– J. U.: El otro día, el cantante del grupo Childrain hacía una encuesta en Facebook entre colegas preguntando si iría a conciertos mañana mismo si se pudiera. Y la mayoría decía que no iría. La gente está en el paro, no tiene dinero y encima no sabemos hasta qué punto el miedo va a calar para meterte en un concierto de rock en el que habitualmente estás codo a codo con otro. Lo veo complicado. Espero que cuanto antes haya una vacuna para todo el mundo o tests para todo el mundo. También estaría bien que nos dieran una ayuda o algún tipo de compensación para mantenernos.
– ¿Comparten la incertidumbre con más discotecas y locales de ocio nocturno?
– P. G.: Sí, no sabemos a lo que nos enfrentamos. Es bonita la unión, pero estamos atados de manos. Nadie tiene ni idea de cómo actuar. Lo que pido es que me dejen un par de meses para poder organizar la reapertura bien.
– ¿Poder ampliar el ERTE sería un alivio?
– P. G.: Sin duda. Pero hay muchos más cosas: hay impuestos básicos impepinables. Con cero facturación, el tiempo te come.
– J. U.: Como decimos, las giras se hacen con meses de antelación. Lo único que nos da un respiro es que mantengan las ayudas (paro y ERTEs) como la del Gobierno vasco para pagar alquileres. Pero esta ayuda para hacer frente a los locales y créditos se concederá en principio a los primeros que la solicitaron y la web colapsó. No es de recibo. Espero que destinen los millones de euro suficiente para ayudarnos a todos en el pago de alquileres. Eso es fundamental. Como esto no pase rápido, no sabemos qué locales y cuánto vamos a aguantar.
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