«El rock es nuestra patria»

Fueron dos bandas y ahora son un destino nada común. Tan singular como su apuesta más guitarrera, que titulan 'III' como los Zeppelin o donde se retratan en una carátula con ecos de historia del rock. Todo confluye el sábado en Hell Dorado (abre la alavesa Sophi, a las 21.30 horas), donde sonarán desde americana hasta riffs a lo hard rock.

– ¿Cómo va la gira con 'Nubes negras' en más de un sentido?

– Afortunadamente parece que ya clarea en más de un sentido y después de esas nubes negras de tormenta viene la calma. O, mejor, la fiesta. La lluvia ha hecho que lo sembrado empiece a asomar. a ver si podemos ir recogiendo ahora la cosecha. Hemos hecho nuestro mejor disco hasta la fecha.

– El pasado verano, avanzaron algunos temas en Vitoria. ¿Cómo han evolucionado en este tiempo?

– Hacia un grupo más consolidado, que es más que la unión de sus partes. Creo que ya ha quedado atrás toda esa bonita historia de los orígenes de Corizonas y de dos bandas que se unen, Arizona Baby y Coronas. Pero ahora hay un camino 100% propio y puede que a fans de las dos bandas no les guste tanto o que Corizonas guste a quienes no le van tanto los otros grupos.

– Claro, es otra cosa.

– Estamos bastante contentos y orgullosos.También nos sorprendemos cuando evolucionamos.Esa capacidad para seguir ilusionándonos nos rejuvenece y mantiene el espíritu vivo.

– Y ahí están muchos elementos musicales e influencias. ¿Dejarlos entrever sin ir a lo obvio es un síntoma de equilibrio?

– Sí, además somos gente del rock, que es nuestra cultura, nuestra religión, nuestro rollo.Como con la reciente muerte de Mark Lanegan, que en la comunidad rockera nos hemos enviado mensajes porque ha muerto uno de los nuestros. El rock es nuestra patria, nos sentimos parte de una aldea global y llevamos con orgullo esa bandera. Mientras vivamos, el rock seguirá vivo.

– La portada de su disco me remite a Crosby, Stills yNash...

– Bien, bien, bien.Es usted muy observador y tiene buen gusto. Sin duda es una influencia y nos inspiró ese rollo de Laurel Canyon y ese grupo de amigos que se juntan en el porche a tocar música.Ha sido un guiño que hemos hecho, intencionadamente.

– También hay referencias cinematográficas desde 'Amarcord' a 'Casablanca' o 'Twin Peaks'. ¿Es importante?

– Sí, el rock es una cultura muy amplia. Muchas veces se habla de la cultura del hip hop: aparte del dj o el MC está el que pinta graffitis, patina o baila breakdance. En torno al rock se juntan artistas de distintas disciplinas, como fotógrafos, pintores o cineastas. Todo va de la mano y hay un espíritu ahí. Cada uno lo expresa a su manera, con sus herramientas. La música es un lenguaje de emociones y lo mismo te puede estimular un edificio que una obra de teatro a la hora de hacer una canción, un riff y una letra.

– Vamos, ¿como mirarse al espejo y acordarse de Parálisis Permanente?

– Sí, en la letra de 'No soy yo' hago ese guiño, pero sin ser feliz. O «me hace sentir la mitad del hombre que fui», de 'Yesterday' y «lo hice a mi manera», otro guiño a Sinatra. Son artistas importantes y forman parte de mi santoral, que se tiene que asomar por algún sitio.

– Acaban de hacer un vídeo de 'Nubes Negras' tocando en directo, de una sola toma de cámara, como en el documental de Daryl Hannah con las canciones de 'Barn' de Neil Young y Crazy Horse. ¿Casualidad o causalidad?

– Puede ser casualidad. Yo no lo he visto aún y no lo tengo presente.Pero de un tiempo a esta parte tengo la sensación de que cada vez se ve menos a la gente tocar y más ordenadores, cosas disparadas y fuegos artificiales. Vemos mucha voz y baile, pero poca tocata. hay que ir a un pequeño club de jazz o sala para ver a la gente tocar.Tenemos el privilegio de estar en primera línea y grandes escenarios y nos sentimos responsables de portar la bandera del rock pero también la de los instrumentistas, los artesanos del oficio. Nos gusta enseñar lo que hacemos a la gente.

– Es una opción clara.

– Para hacer un videoclip peliculero, ya lo hace muy bien C. Tangana. Nos corresponde tocar, sudar, que nos sangren los dedos y que la gente sea testigo de ello.Y que igual puedas inspirar a los jóvenes a coger una guitarra, una batería o un bajo y ponerse a hacer canciones. Usamos ordenadores y otros recursos, pero nuestro departamento va más de cuerdas, madera o piel de cabra. Creo que es nuestro deber y salvación no sólo practicarlo sino transmitirlo a las futuras generaciones. Personalmente, yo ya no quiero teatro, quiero verdad.

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