Rocio Peña: «Es imposible que la iglesia de San Francisco esté rehabilitada en el 50 aniversario del 3 de marzo»
La arquitecta señala que se ha hecho un «mal uso» del espacio y su cubierta se encuentra muy deteriorada
Rocío Peña (San Sebastián, 1964) es consciente de que la publicación del monográfico dedicado a la Iglesia de San Francisco, editado por Archivo Peña Ganchegui, llega en un momento en el que por un lado las instituciones han acordado reconvertir la iglesia en un memorial de recuerdo a las víctimas. Pero en el que todavía están por definir muchos detalles; no despegan las obras de rehabilitación del templo y en su interior se sigue almacenando una exposición de belenes.
– ¿Cuándo fue la última vez que pudo ver la iglesia por dentro?
– Es complicado acceder ahora mismo y no ha sido fácil estos últimos años. Fue en 2019, cuando preparamos se realizó una exposición bajo el título 'Hiru Eliza. Arquitectura sacra revisionista en Vitoria-Gasteiz', y la vimos ya deteriorada. Se le había cedido a la asociación belenística el espacio a la iglesia para usarlo y había un mal uso del espacio. Con piezas del altar movidas, unas figuras gigantes... Sabemos que ha sufrido aún más, porque la cubierta está en muy mal estado y entra agua. Es un momento muy delicado de obra porque la entradas de agua pueden deteriorar la estructura.
– Se cumple el próximo 3 de marzo el 50 aniversario de la masacre de Vitoria, cuando la Policía Armada disolvió a tiros una asamblea obrera en la iglesia. ¿Ve posible el Memorial para entonces?
– Es imposible. Lo veo muy difícil. Estaría bien aunque sea abrirla y que se pudiera visitar, eso sería bonito. Pero no tendría el acondicionamiento necesario.
– ¿A su padre le hubiera gustado que la iglesia se convirtiera en memorial?
– Es difícil de contestar porque no soy mi padre. Pero probablemente sí y, desde luego, no sería algo que le molestara en ningún caso. Él era muy probritánico y seguramente en el Reino Unido hubieran puesto ya una placa contando los sucesos y le hubieran dado uso al edificio. Lo más importante es que se use y la arquitectura esté viva. Tiene que mantenerse, tiene que haber un presupuesto y lo tenemos que conseguir entre todos.
– Su rehabilitación en un año es imposible, ¿se la imagina en cinco años?
– Espero que sí. Hay que seguir empujando para que el proyecto salga adelante y alguien lo lidere desde la administración o desde la fundación (Memorial 3 de marzo)y decida sacar adelante la iglesia como un punto de encuentro.
– ¿Que no sea meramente expositivo?
– Sería interesante conseguir que fuera un espacio dinámico. Porque realmente de cara a las víctimas, el recuerdo es compatible con actividades como conciertos, actuación de grupos de baile o algo más allá de una exposición fija.