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El consumo de vino, especialmente de tinto, se encuentra en recesión a nivel mundial y una de las grandes zonas de referencia, Rioja Alavesa, no ... escapa a esa tendencia bajista que propicia que las ventas se encuentren generalmente por debajo de la producción. Se bebe menos y, por lo tanto, se comercializa menos. Cierto es que cada uno cuenta la feria según le ha ido. Y que hay quien considera que el momento es crítico, mientras que para el vecino puede ser la mejor etapa de su existencia. Pero la amenaza de que la ingesta siga decreciendo es más que evidente, con el riesgo de supervivencia que eso supone para quienes se dedican a este negocio. De momento, eso sí, las bodegas de la cuadrilla más al sur de Álava resisten el tirón y la cifra de las que se encuentran activas se mantiene prácticamente inalterable desde 2019.
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Y eso tras haber superado una crisis del calibre del coronavirus y unas guerras –tanto desde el punto de vista de los conflictos bélicos propiamente dichos como las comerciales, recrudecidas ahora con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos– que han contraído los mercados. En un momento en el que toca apretar los dientes, las bodegas también han contado con el salvavidas de las ayudas de destilación y la cosecha en verde.
Los datos que maneja el Departamento de Agricultura del Gobierno vasco hablan de una cifra de «bodegas que disponen de registro embotellador» que se mantiene estable a lo largo de los últimos años, sin una pérdida significativa motivada por la sucesión de crisis. Y, en este caso, el matiz que habla de «embotelladoras» es clave, pues son estas las que representan la parte de negocio al ser las que ponen su producto en el mercado. Así, si en 2019 en Lakua tenían computadas 199 instalaciones de este tipo, en 2024 la cifra descendió solo en cinco, hasta quedarse en 194.
Amaia Barredo
Gobierno vasco
«Los datos confirman un descenso en el número de algunas instalaciones registradas por la pérdida de varias de las que elaboran cosechero o la eliminación de almacenes –el número global pasa de 360 a 312 en este periodo–, pero la cantidad de embotelladoras se ha mantenido estos últimos años estable en Rioja Alavesa», detalla la consejera, Amaia Barredo (PNV).
Desde el Gobierno vasco se observa «una tendencia a la reducción de cosecheros y un crecimiento en el número de bodegas de tamaño mediano», lo que ha propiciado que la producción de vino se «concentre en un menor número de instalaciones». Pero al mismo tiempo «manteniendo las embotelladoras y el volumen de elaboración». «Las razones apuntan a una mayor especialización y profesionalización de las bodegas y una modernización e inversiones en la capacitación de sus instalaciones, con una tendencia a la concentración de la elaboración, maduración y embotellado dentro de un mismo espacio», señala Barredo.
Los números que maneja el Consejo Regulador Denominación de Origen Calificada Rioja en el territorio alavés son un poco diferentes, pero, sustancialmente, hablan también de estabilidad en las casas que envasan sus caldos. En su caso, había 234 registradas en 2024, solo una menos que en 2019. «Las bodegas que se encuentran realmente al frente del negocio, las que ponen producto en el mercado, se han mantenido estables en los últimos cinco años», detalla el director general de la DOCa Rioja, José Luis Lapuente.
José Luis Lapuente
DOCa Rioja
Desde este organismo se detalla que la mayoría de movimientos que se producen «no son cierres o aperturas» sino «ventas o reconfiguraciones de sus nombres». «Si la situación actual fuera como para cerrar, se producirían muchas bajas y pocas altas. Y no estamos hablando de que bajan la persiana cincuenta y la suben otras cincuenta porque si pasa eso, es que hay algo que no funciona. El movimiento es pequeño y hay mucha estabilidad», asegura Lapuente.
«Las bodegas cambian de manos, de razón social o en su estructura accionarial y eso es bastante más común que una que definitivamente cierre. Si hablamos de instalaciones, sí que pueden haber bajado. Pero las embotelladoras que tienen generado un mercado o una marca es difícil que desaparezcan», abunda.
Y aunque el número global de aperturas no es muy elevado, desde el Gobierno vasco se tiene claro que el perfil de las nuevas altas responde a proyectos con «jóvenes a la cabeza» que siguen la tradición de la zona, así como «antiguas bodegas y calados a manos de empresas con una clara apuesta de invertir» en Rioja Alavesa.
Si el número de bodegas que sacan su producto al mercado se ha mantenido bastante estable en los últimos años, dentro de este grupo las que han experimentado un significativo crecimiento son las que etiquetan sus botellas con el distintivo de vino de zona, en este caso Rioja Alavesa. En 2019 eran 101 las que se distinguían incluyendo su referencia de origen, una cifra que ascendió hasta las 123 en 2024. Esta clasificación reconoce el etiquetado bajo la nomenclatura de su zona correspondiente: Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Oriental. Su característica diferencial es que todas las uvas del vino tienen que pertenecer a dicha zona.
Agricultura, además, cuenta ya con el balance anual de volumen de ventas de vino de Rioja Alavesa en 2024, en el que se alcanzaron los 78,3 millones de litros comercializados. Un registro que mejora considerablemente todos los que se habían marcado en los ejercicios precedentes, ya que en 2023 se vendieron 68,2 y la cifra más elevada de los últimos años se dio en 2020, con 73,1. El precio medio del vino de esta comarca se rebajó el pasado año un 7%, hasta los 4,71 euros el litro, según datos de octubre. Esta bajada se debe tanto a la mejor evolución de los vinos más económicos como a una presión inflacionista que se va suavizando respecto a 2022 y 2023. Y, un ejercicio más, los blancos siguieron ganando cuota de mercado sobre tintos y rosados.
Dentro de esa cantidad absoluta de 78,3 millones de litros comercializados a lo largo de 2024, también se incrementó de manera considerable el peso del mercado exterior. Este alcanzó una cuota de prácticamente el 40% del total, al haberse vendido fuera de España 31,15 millones de litros.
Se trata de un incremento muy considerable en las ventas, ya que se venía de unos ejercicios precedentes en los que las cifras habían rebasado ligeramente los 20 millones de litros y la relevancia sobre el total de lo comercializado se situaba en torno al 30%. Eso sí, Lakua todavía está a la espera de computar los datos completos de facturación, pues los últimos, de octubre, señalaban un incremento de la misma por un valor de un 4,5% más.
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