Dos agricultores trabajan en su viñedo, una pequeña explotación de Rioja Alavesa. rafa guitérrez

Rioja Alavesa ha perdido 600 viticultores en 25 años por la baja rentabilidad de las explotaciones

En la comarca más rica de Euskadi echa raíces cada vez más viñedo pero en menos manos. «Aquí se podía vivir de forma holgada de la agricultura y ya no»

Lunes, 27 de febrero 2023, 00:38

Fueron las tierras de sus tatarabuelos y de sus abuelos. Las heredó de sus padres para seguir con lo que siempre se ha hecho en ... su familia: pisar a diario ese terreno de caliza y arenisca, podar, espergurar... mimar cada vid y adorar cada racimo, celebrarlo durante la vendimia como una bendición. Así 61 años. Hasta ahora. «Estoy harto ya», bufa José, de Elciego. Sus hijas han echado raíces en el extranjero, lejos, muy lejos del pueblo. Y a él, que ya empieza a acariciar la jubilación con las yemas de la los dedos, le acaban de hacer una de esas ofertas que es dificilísmo rechazar. «Una bodega de las grandes me quiere comprar», confiesa. Y ese «me quiere comprar» no es ningún desliz, ningún error; ese «me quieren comprar» prueba que desprenderse de esas viñas supone para él deshacerse de una parte de su ser. Es más, siente, sabe, que venderlo todo, venderlo a una «bodega las grandes», es poco menos que una deshonra en esta tierra. De ahí que José ponga como condición no aparecer en estas líneas con su apellido.

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Como José, muchos viticultores de mediana edad en Laguardia, en Elvillar, en Labastida y también en Samaniego, agricultores que llevan media vida dejándose el lomo en el viñedo, se han visto en la encrucijada de vender sus tierras en los últimos tiempos. «Hubo años que se vivía muy bien de la tierra, no para hacernos millonarios como se cree la gente, pero sí para tener un buen futuro, ahora ya no es así», reflexiona el viticultor. «Antes, un agricultor con 6 hectáreas podías salir adelante de forma holgada, ahora con eso... te quedas colgada», responde Sergio Valencia mientras trabaja en su viña, en Moreda. Para ellos, Rioja Alavesa ya no es el maná que fue.

Hay cifras peleonas, difíciles de digerir, por mucha gaseosa que se añada. La superficie productiva de viñedo en la comarca -que, no obstante, sigue siendo la más rica de Euskadi en proporción a su número de habitantes, con un PIB per cápita de 64.234 euros- no ha parado de aumentar en estas décadas. Aunque se ha producido un evidente frenazo en los últimos años, desde finales de los 80 el crecimiento ha sido exponencial. En 1983, apenas se llegaba a las 8.000 hectáreas. Justo una década después se alcanzaron las 10.500. Las cifras más recientes, las publicadas en la memoria anual de 2021 del Consejo Regulador, muestran que aquí echan raíces 13.300 de viñedo amparado en 25.500 parcelas, con un tamaño medio de media hectárea. El 96,31%, de tempranillo.

Al mismo tiempo que la extensión de viñedo crecía y crecía, el número de explotaciones ha caído a plomo en Rioja Alavesa. En 1998 estaban registradas 1.940. Para el año 2007 ya eran casi 250 menos. Y al cierre de 2022, el Eustat reflejaba que apenas quedan 1.300 en toda la comarca. Vaya, que cada vez hay más viñas, pero en menos manos. «Aquí hay cada vez más grupos inversores y menos agricultores», resume Sergio Valencia, el de Moreda.

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¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué hay cada vez menos viticultores en Rioja Alavesa? Fácil. La rentabilidad de producir uva se ha desplomado: los costes de producción se han disparado sobremanera en los últimos tiempos y, en líneas generales, el precio medio que se paga por la uva incluso ha descendido. Sencillamente, las cuentas no salen.

costes

Un informe foral cifra en 73 céntimos el coste de producir un kilo de uva. Los fitosanitarios han disparado su precio

concentración

«Aquí somos cada vez menos agricultores, la tierra está cada vez más en manos de grandes grupos inversores»

El observatorio de la Cadena Alimentaria de Euskadi (Behatoki) que elabora la Fundación Hazi, dependiente del Departamento de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, publicó hace unas semanas una cifra demoledora: el coste de producir un kilo de uva para su venta en Rioja Alavesa asciende a 1,047 euros, 16 céntimos más que solo un año atrás. Los autores del informe achacaban el dato al «incremento del coste de la energía (gasoil) y en menor medida por el incremento en fitosanitarios y abonos».

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En el sector piden poner la cifra del Behatoki en cuarentena. «Si ese fuera el coste real, ya no quedarían viticultores en Rioja Alavesa», reconoce José Antonio Ugarte, responsable de viticultura de la Unión Agroganadera de Álava (UAGA), que, no obstante, advierte de que el imparable aumento de los costes de producción va a terminar de dar la puntilla a otros muchos agricultores de la zona. Pero, entonces, si la cifra del Gobierno vasco no se corresponde del todo con la realidad, ¿cuánto cuesta producir un kilo de uva en Rioja Alavesa?

Al céntimo

Un detalladísimo informe foral cifra en 73 céntimos el coste de producir un kilo de uva. La cifra, media, está calculada para una explotación tipo, aunque los autores del estudio, especialistas de la Casa del Vino de Laguardia, admiten que «existe un amplio abanico de costes de producción, entre 0,70 y 0,80 euros por kilo, estando la mayor parte de la comarca en el rango entre 0,70 y 0,75 euros el kilo».

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Al céntimo, la mayor parte de la factura de la producción se va en maquinaria y mano de obra, con un coste estimado de 25 y 22 céntimos en una explotación estándar. Los abonos supondrían 0,01 euros y los fitosanitarios 0,06, sin tener en cuenta la subida, de casi el doble, que han experimentado en el último año. Eso, los gastos asociados al cultivo. Al puro papeleo, los agricultores deben destinar hasta 8 céntimos por kilo: de ellos, la aportación al Consejo Regulador de Rioja se quedaría en un céntimo por kilo y los seguros llegan a los 6. Un reciente informe del sistema español de Seguros Agrarios Combinado (Agroseguro) refleja que el 79% del viñedo vasco está asegurado.

0,72 euros

se abonó -siempre de media- por kilo de uva tinta en la pasada campaña en el conjunto de la Denominación de Origen. Se han llegado a pagar hasta 2,48 euros... hace más de 20 años, en 1997.

Esa es la factura. ¿Y los ingresos? En la pasada campaña, se abonaron precios medios de 72 céntimos por kilo para las tintas y 0,60 para las blancas. Estas, obviamente, son cantidades medias. Hay viticultores que pueden colocar su uva a más de 1 euro y otros que se las ven y se las desean para que las bodegas no les compre por debajo de coste, algo que la ley de la cadena alimentaria prohibe de forma taxativa. Sin embargo, las cifras están muy lejos, lejísimos, de los 1,75 euros que se pagaron en 1997, los 2,48 de un año después o los 2,40€ que se abonaron -siempre de media y en el conjunto de la DOca- en 2017. Si producir cuesta 73 céntimos y se venden a 72... las cuentas no salen. Ante este panorama, en el sector temen que, como José, el de Elciego, cada vez más viticultores opten por abandonar la profesión para convertir a Rioja Alavesa en tierra de bodegueros, sí, pero no de agricultores.

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