«Es un regalo recuperar la cabalgata, actuemos ahora con responsabilidad»

Un reencuentro que será a lo grande, porque no se abrirá apetito con la llegada a la estación de Dato o el recibimiento en Villa Suso. «Hemos venido con nuestros camellos para ser más sigilosos y evitar así aglomeraciones. Y adelantamos un día la llegada para reencontrarnos con la ciudad y estar más tiempo en ella». Unas horas previas que Melchor ha aprovechado sobre todo para apuntalar el recorrido que harán esta tarde. «Va a estar él al mando, porque es el más mayor y el más sabio. Ya tiene el mapa actualizado», tranquilizan sus compañeros a pequeños y mayores.

La estrategia será idéntica a la seguida con Olentzero, con un recorrido que se alargará 700 metros para evitar las aglomeraciones. Y al igual que al carbonero y la pastora, la alternativa también gusta a Sus Majestades. «Es una bendición porque nos va a permitir estar más tiempo y además con más niños. La cabalgata más que un regalo para ellos, lo es para nosotros. Verles nos llena de ilusión. Eso sí, para que sea un día único pedimos a la gente que contribuya, que respete las normas».

Porque además de mirra, incienso y oro, los Reyes Magos traerán bajo el brazo los ingredientes con los que combatir al virus. «Cumplamos las medidas sanitarias, queremos ver a la gente durante la cabalgata con la mascarilla puesta. Aitas y amas juegan un papel crucial para que los niños disfruten», reclaman. 3,7 kilómetros de recorrido rebosante de alegría y, sobre todo, de «prudencia». «Las calles son muy anchas, no hace falta que se pongan en primera fila porque saludaremos a todos y nos verán igual».

Este «ansiado» baño de masas será el atracón final a una visita de lo más dulce. «Habíamos hecho una dieta especial porque las cabalgatas requieren de un esfuerzo y llevábamos un año sin salir. Además este año son más metros de recorrido. Pero ha sido llegar a Vitoria, reencontrarnos con su gastronomía y... se ha ido todo al traste», ríen los tres protagonistas tras este sabroso pecado. Pero esto no les frenará en su mágico cometido de esta noche. «Venimos con las pilas recargadas y con unos camellos ultrasónicos, no nos saltaremos ninguna casa», prometen, con unos sacos a rebosar de juguetes de todo tipo. «Cada vez nos piden más electrónica, nos gustaría volver a entregar otros regalos más clásicos como bicicletas, balones o muñecos», piden a los niños.

Tomarán el relevo a Olentzero, con el que, por cierto, se han reunido estos últimos días. «Es un gran amigo. Nos ha dejado un poco de carbón por si hiciese falta, pero los niños vitorianos se han portado todos muy bien y me da que nos volveremos con todo a Oriente». No quieren revelar de lo que hablaron, pero seguro que muchas horas de ese encuentro giraron alrededor de cómo le fue en su cabalgata. «Llevamos dos noches soñando con este momento, con ver a la gente feliz en las calles», se sinceran.

Por cierto, Sus Majestades también han escrito su propia carta en la que han recogido sus deseos. «Al 2022 le pedimos que nos devuelva pronto a la normalidad, que recuperemos la felicidad de antes». Por lo pronto, durante unas horas ellos serán los encargados de generarla. «Gure desioa alaitasuna eta poza banatzea da. Opariak dagoeneko prest ditugu. Orain haurrak zein helduak kabalgatan ikusteko irrikan gaude», concluyen en un mensaje en euskera.