La redensificación de las zonas residenciales y el uso de los bajos, siguientes pasos
Las expertas consideran primordial que se aprovechen los espacios sin edificar libres en los barrios y que se activen las lonjas vacías
El nuevo Plan General de Vitoria recoge dos aspectos que las arquitectas consultadas por EL CORREO, Verónica Benedet e Irene Zúñiga, consideran fundamental para seguir ... desarrollando la apuesta por el urbanismo de género en la ciudad: la redensificación de las zonas residenciales y la posibilidad de usar lonjas vacías como viviendas. «Resulta necesario poner freno a la expansión urbana y al consumo de nuevo suelo. En esta línea, el nuevo PGOU plantea como eje el desarrollo compacto y sostenible de la ciudad. Esto implica dejar de crecer hacia afuera y centrarse en rehabilitar lo que ya está construido», dice Benedet.
Al mismo tiempo, Zúñiga denuncia que ha sido «una perversión urbanística» construir VPO en las zonas más alejadas dejando vacíos en el interior, lo que ha generado «un problema en la continuidad urbana» que ahora se solucionará con la redensificación. Y que propiciará también generar «itinerarios seguros por las noches» al tener manzanas «con más portales».
De la misma manera, para potenciar esa sensación de seguridad la urbanista vitoriana considera clave el uso de las lonjas: «Si hay gente que entra y sale o si hay luz, quien anda por la calle va más tranquilo. Tenemos una tarea pendiente que son todos los locales vacíos y el PGOU contempla la posibilidad de sacar viviendas en planta baja, que es otra manera de darles actividad».
En esa línea de reforzar que los vecinos hagan vida en los barrios se mueve Benedet, que considera clave que cada uno de ellos funcione como una 'ciudad de 15 minutos'. Es decir, que todas las personas puedan acceder a servicios básicos, espacios de encuentro, comercio, salud o cultura a pocos minutos de sus hogares.
Mientras, en el centro de la ciudad, considera clave apostar por una mayor «naturalización» de zonas en los que el verde no abunda y también controlar el incremento del ruido generado por el ocio y la restauración. «Resulta paradójico que, tras eliminar los autos, se termine generando otro tipo de contaminación».
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