La recuperación de suelos degradados en Júndiz sumará un parque al Anillo Verde
Viejas fincas agrícolas y vertederos de Ariñez se transformarán en un corredor verde en el que el CEA aplicará técnicas «innovadoras»
Resulta inevitable oír hablar de suelos degradados y asociarlos a escasa riqueza. Sin embargo, no siempre es así. Hay quien prefiere definirlos como 'sitios de ... oportunidad'. Esa es la visión que tuvieron en el Centro de Estudios Ambientales (CEA) de Vitoria al fijarse en antiguas fincas agrícolas, ahora de propiedad municipal, situadas en el polígono de Júndiz junto a la A-1. Esos terrenos van camino de convertirse en un corredor que se podrá sumar al Anillo Verde y que incluirá, entre otros elementos de importancia ambiental, un nuevo parque una vez que finalice la tercera fase de este proyecto, la que ahora arranca en el entorno de Ariñez.
Esta actuación, que se integra en el proyecto Mendebaldea, tiene un presupuesto total que supera los 450.000 euros, de los que el Ayuntamiento de Vitoria aporta cerca de 300.000 y el Gobierno vasco, unos 80.000. La misma cantidad llegará a través del plan Urban Klima, que también lidera el Ejecutivo. Tras su conclusión, el corredor rehabilitado, de una extensión lineal de unos dos kilómetros (10 u 11 hectáreas), prácticamente enlazará la vía verde del Zadorra, al norte, y el Camino de Santiago, al sur.
Aunque se enganchará con el Anillo Verde, no todo el área será zona de esparcimiento, de espacio público. Sí habrá un parque, pero también «zonas con otros servicios importantes que tienen que ver más con la protección medioambiental», explica Juan Vilela, coordinador del CEA Green Lab. Por una parte es clave el cuidado del paisaje porque es lo que se ve al entrar a la ciudad -desde Madrid- «y debe identificarse con nuestra identidad verde». A ello ayudan los cultivos agrícolas «que enseguida cambian ese paisaje».
También es fundamental la incidencia en la lucha contra el cambio climático y en el impacto que el ruido del tráfico tiene en los pueblos situados junto al polígono como Lermanda, por ejemplo. Allí se actuó en la primera fase, donde se hizo «un dique de tierra o barrera sonora con plantaciones encima», explica Vilela. En las zonas más degradadas se apostó por «plantaciones agrícolas como la colza» y de arbolado como chopos o sauces, además de frutales. Los resultados ya son visibles y «positivos».
La segunda fase, que todavía está en desarrollo, incluyó la creación de charcas en las que habitan anfibios, «se plantó vegetación de ribera que actúa como filtro verde» e, igual que en la anterior, se levantó una barrera sonora. En el proceso se utilizó «una nueva técnica que se emplea en Alemania y que consiste en enterrar árboles muertos y plantar encina», detalla el técnico del CEA. En Mendigurentxo se aprovecharon árboles de una tala que se llevó a cabo en Portal de Gamarra.
Descontaminación vegetal
También novedosa será la técnica que se desarrollará en la tercera fase. En las proximidades de Ariñez se aplicará la técnica de la fitorremediación; es decir, la descontaminación a través de plantas. Los análisis de los terrenos han determinado que la degradación no es alta y con esta nueva metodología «evitamos trasladar tierra, que tiene un coste y que, además, supone llevar el problema a otro lado», aclara Vilela.
Mientras se trabaja, la zona que se convertirá finalmente en un parque más del Anillo Verde «la vamos a vallar y explicar que se está restaurando», avanza el técnico. Una vez que «veamos que el suelo está limpio, se quitará la valla y será de libre uso». Aunque la fecha concreta es aún difícil de determinar, el plazo para ejecutar el proyecto concluye en 31 de octubre de 2021. Las antiguas fincas agrícolas próximas a la A-1, que luego fueron en muchos casos vertederos ilegales que cumulaban restos de obras, electrodomésticos, etc, serán un nuevo corredor vegetal dentro de una de las señas de identidad de Vitoria, el Anillo Verde.
El proyecto, en fases
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Fase 1. Lermanda. Se ha creado una barrera natural para reducir el ruido de la N-1.
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Fase 2. Mendigurentxo. Además de charcas en las que habitan anfibios, se ha plantado vegetación de ribera y un terreno de barrera sonora.
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Fase 3. Ariñez. Incluirá la descontaminación de terrenos con fitorremediación, es decir, descontaminación con plantas.
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