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«No queremos que se olviden de Ucrania»
Unidos contra la guerra. Un centenar de personas recorren el centro de la ciudad para exigir a Putin que detenga «el genocidio»
La gente no quiere que la lucha decaiga. Que se olviden de Ucrania como estuvo olvidada la guerra en el Donbás. El ánimo está muy ... alto», decía convencido Vladimir, ucraniano asentado en Vitoria desde hace 17 años. Él vino con sus padres en busca de una nueva vida, y como él, muchos otros, cuando empezó la guerra, no pudo evitar sentir el impulso de lanzarse a ayudar a sus compatriotas. Unidos los ucranianos de Vitoria tomaron este domingo las calles del centro para gritar contra la guerra y pedir a Putin que detenga «el genocidio».
Entre ellos muchos refugiados como Oksana y su hija Varvara. Acogidas por Vladimir y su pareja, María. Él todavía recuerda el rostro desencajado de ambas cuando acudió junto a otros voluntarios de la asociación La Exploradora a su auxilio en Varsovia (Polonia) «Han venido sobre todo por poner a salvo a su hija. Pasaban la mayor parte del tiempo en un búnker. Quieren volver cuando la situación se calme».
Arropados, muchos otros refugiados probaron la calurosa acogida de muchos alaveses que también se sumaron a la protesta. Entre ellas estaba Mijailina, abrumada por el apoyo de los vitorianos a su causa. «Estoy muy feliz. No había visto nunca tanta gente con ganas de ayudar como en España. Son muy amables, se nota que tienen mucho cariño y amor por los demás», decía con una sonrisa de oreja a oreja. «Nos han ayudado a salir y venir aquí. Estoy muy agradecida».
«Nunca había visto a tanta gente dispuesta a ayudar como en España», decía Mijailina
Esta abuela decidió salir del país de la mano de tres de sus nietos. Así lo decidieron sus padres, alistados en las filas del ejército ucraniano. «No podíamos tener a los niños en lugar donde estaban bombardeando. Tenía que llevarlos a un lugar seguro».
Ella y muchos otros, pese a no dominar todavía el castellano, hicieron el esfuerzo por seguir los cánticos. «Todos con Ucrania. Todos por la paz» o «Ucrania unida jamás será vencida», decían, entre espontáneos vivas a su país y su himno, que entonaron emocionados en varias ocasiones.
Bendición en la Catedral nueva
El recorrido, que partió de la Virgen Blanca, hizo un alto frente a las escalinatas de la Catedral nueva. Allí rezaron por los soldados muertos en combate y recibieron la bendición de la comitiva eclesiástica encabezada por el rector del Seminario de Vitoria, Unai Ibáñez, y el párroco de la basílica advocada a María Inmaculada, Cristian Baya.
Tras atravesar el parque de la Florida, la manifestación desembocó de nuevo en la Virgen Blanca. Algunas manifestantes se animaron a salir a tomar la palabra. Agradecida se mostró Júlia Butenko. «Tenemos tres almacenes para recoger donaciones y todos los voluntarios son vascos», aseguraba. «La gente tiene que darse cuenta de que esta guerra ya es mundial. Hay mucha gente de otros países que ha ido a Ucrania, no solo para alistarse en el ejército también sanitarios y personas que simplemente quieren ayudar».
Botunka reprochó que a menudo no se ha hecho caso a guerras como la de Siria porque «se veían lejanas, pero esta guerra está desarrollándose en el corazón de Europa». Y denuncia, a su juicio, falsa imagen de la grandeza de Rusia. «Mis padres vivieron en Siberia y los rusos, fuera de Moscú, son muy pobres. Y Putin, en lugar de ocuparse de los problemas de su país, quiere torpedear a Ucrania solo por intentar conseguir algo de esa riqueza y libertad de sus vecinos».
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