Un puente pasado por vino

Los bilbaínos Pedro Bengoa e Iratxe Uriarte llevaban años escuchando hablar de esta cita hasta que, por fin, han podido cuadrar agendas. «Nos encanta probar vinos de autor. Pero como no podemos catar todos en sólo un día -imagínate cómo acabaríamos-, hemos venido con las bodegas estudiadas. Esto está muy bien montado. Y que al mediodía haya música en directo... Es un puntazo», han comentado encantados. Las ondas que han reverberado en las distintas carpas han sido consecuencia del virtuosismo de agrupaciones de jazz. En Fueros, por ejemplo, ha estado al mando Jay Obreke Quartet, con delicadas melodías de piano, contrabajo, guitarra y batería.

Al mismo tiempo, en la caseta de plaza de España la cuadrilla de Sandra González brindaba con un Albariño. Su caso es casi único. Y es que esta gallega afincada en Madrid lleva acudiendo a Ardoaraba -sólo con la falta de la pandemia- desde 2016. «Lo principal, claro, es que me vuelve loca el vino. Me encanta poder probar uno de casa -la Denominación de Origen Rías Baixas es una de las invitadas-, y después disfrutar de otras bodegas. Aunque lo mejor es que en Vitoria, aunque haga mal tiempo, la gente sale igual», ha compartido, con la vista puesta ya en un ecológico de Bodegas Berarte.

El bullicio este sábado ha sido constante. Puede ser que la llegada de una masa de aire ártico haya provocado que las actividades organizadas fueran el mejor cobijo a ese invernal temporal. En la Casa del Cordón, la sede oficial de la Fundación Vital, una treintena de curiosos ha podido descubrir que este inmueble del siglo XV albergó a los reyes católicos y a Felipe el Hermoso. También que Adriano de Utrech recibió en esta casa la noticia de su elección como el Papa Adriano VI.

Así que, con la lección de historia aprendida, los asistentes han catado el proyecto vinícola de Bodegas Araico, de Villabuena de Álava, donde conviven ocho bodegas por habitante. «Creo que nunca hubiéramos entrado al edificio de no ser por Ardoaraba. El plan es redondo», ha comentado Cristina Fernández. Por la tarde se ha repetido esa singular degustación en la Escuela de Artes y Oficios, que cumple 250 años. Esta vez, de la mano de la Sidrería Kuartango, que han servido zumo y mosto.

Eso sí, no todo va a ser beber. Los txikis también han tenido su espacio en Ardoaraba y de la mano de Julen Montosa, de la pastelería 'El Talo', han aprendido a realizar en el txoko gastronómico de Fueros un auténtico tiramisú sin azúcar. «En una cocina hay que mancharse las manos», les ha animado el repostero, que mañana dará paso a las 'chefs' de Caressa, quienes enseñarán a realizar un dulce a base de galleta, dulce y nevada con forma de Vitoria.

En ese mismo espacio, ya por la noche, el restaurante Mano Lenta, el bar Toloño y los hosteleros del hotel Palacio de Elorriaga sacarán lustre a sus fogones para servir a 60 comensales unos menús a la altura de la ocasión, como una deconstrucción del cocido alavés o un pintxo de txangurro con crema de coliflor, que se maridarán con los jugos de Bodegas Ramirez Baigorri, de Ramón Sáez Organic Wines&Vineyards y de Luis R.

Además, en el marco de Ardoaraba, se ha presentado el calendario solidario de la asociación DownAraba-Isabel Orbe, que ha reunido en sus imágenes a buena parte de las bodegas participantes en esta feria.