Los primeros de la alianza Deusto-Egibide

En septiembre de 2018 se convirtieron en los primeros alumnos del grado universitario dual en Industria Digital y en unas semanas volverán a hacer historia. 16 estudiantes de la primera promoción de este grado pionero en España e implantado en Vitoria gracias a la alianza entre Egibide y Deusto se gradúan en julio después de tres cursos combinando estudios y trabajo. «El balance de estos años es muy positivo, el grado ha tenido una gran acogida por parte de la industria alavesa», celebra Jonathan Ruiz de Garibay, coordinador del mismo. Casi el 50% de los alumnos de esta primera promoción provenía de la FP y el resto de Bachiller, a los que todavía les queda un curso para graduarse.

Todavía es pronto para dar cifras sobre inserción laboral, pero las expectativas son buenas a pesar de la delicada situación de muchas empresas debido a la pandemia. En segundo curso los estudiantes empiezan sus estancias en compañías (pueden elegir entre unas 35) y un tutor se encarga de su formación, invierten su tiempo y conocimiento en ellos con expectativas de que entren a formar parte de su plantilla. «El mercado necesita cada vez más personal cualificado. Con la pandemia ha subido mucho la demanda en sectores TIC (tecnologías de la información) y ha bajado en otros como la aeronáutica o la automoción. Pero en cuanto todo esto pase, va a seguir habiendo demanda de industria 4.0», avanza Ruiz de Garibay.

El grado forma a los jóvenes tanto para el mundo industrial como para el tecnológico. «Dos mundos que hasta ahora no se entendían muy bien. Y las empresas necesitan gente que sepa de ambas cosas». El objetivo final es que los graduados puedan contribuir a la evolución de las empresas del tejido industrial hacia la digitalización mejorando sus niveles de competitividad y calidad. «Nos interesa además que conozcan todos los departamentos de una compañía, que no se centren solo en uno», señala Álvaro Lizarralde, profesor de sistemas de información y miembro de ATS Global. Él tiene esa doble perspectiva como docente y a la vez como responsable de alumnos en prácticas en su empresa. «Los chavales se gradúan con dos años trabajados a sus espaldas y no con tres meses, que es lo habitual. En su currículum aparece ya que tienen experiencia laboral y eso es un plus importantísimo», señala Lizarralde.

Otra de las diferencias de este grado universitario dual con otros es que los estudiantes realizan su trabajo de fin de grado en la compañía en la que están realizando su estancia. No es una propuesta teórica sino una idea que muchos tienen la oportunidad incluso de poner en práctica. «El objetivo es demostrar en un entorno real las competencias que han ido adquiriendo en estos tres años», resume Jonathan Ruiz de Garibay.

Pese a la actual crisis sanitaria, el 83% del alumnado ha podido terminar la formación dual en una empresa, supervisado por una pareja de tutores que se han asegurado de que se cumplan los programas formativos. Para estudiantes que hayan visto anulada su estancia, se ha diseñado un modelo dual alternativo basado en retos reales.

Dos tutores

Cuando inician su itinerario dual cada alumno tiene asignado un tutor de Egibide-Deusto y otro de la compañía en la que realiza su estancia. «En la Universidad somos 14 facilitadores y nuestra relación con el alumno es muy estrecha. Les acompañamos desde el primer día del segundo curso, de esta manera logramos una formación muy personalizada», señala Hugo Sanjurjo, profesor y facilitador.

Después de tres años de formación (cuatro en el caso de los jóvenes procedentes de Bachiller), los graduados tienen la opción de hacer un posgrado aunque la mayoría opta por empezar a trabajar. «Entre sus tareas están desde análisis de datos, a labores de automatización o en los departamentos de innovación y mejora de procesos y productos».

Vanessa Gómez pertenece a esta primera promoción del grado universitario dual en Industria Digital que se graduará en unas semanas. Ha realizado una estancia de dos años en la planta de Mercedes y el balance es más que positivo. «Que la formación sea dual es muy enriquecedor. Conocer el día a día de una empresa hace que pierdas el miedo al mundo laboral y me ha gustado muchísimo», explica esta joven de 24 años. Pronto presentará su trabajo de fin de grado, «un sistema de gestión de activos de mantenimiento» que ha desarrollado en Mercedes con el apoyo de profesionales de la compañía alemana. «El 'feedbak' tanto de la empresa como de la Universidad mientras desarrollaba el proyecto ha sido continuo y es algo que agradezco», señala sin saber todavía cuál será su futuro laboral.

«No se pueden impartir clases y plantear una carrera como en los años 80. La educación cada vez se tiene que integrar más con el mundo laboral». Álex Salazar lo tiene claro tras su experiencia como alumno en el grado de Egibide-Deusto. Ha realizado su estancia en la compañía Estampaciones Rubí y las perspectivas de futuro son buenas. «Espero poder quedarme y veo predisposición. He tenido la suerte de poder conocer y trabajar en diferentes departamentos de la empresa y ha sido muy positivo», comparte este joven de 22 años. Se compara con amigos que han estudiado otras ingenierías y lo que más valora son todas las horas de prácticas en un entorno real. «Debería ser un requisito indispensable para todas las carreras tecnológicas», concluye Álex.