La primera retrospectiva de Dorleta Ortiz de Elguea: 64 cuadros y 30 años de trayectoria
La muestra 'Cuadros habitados' se inaugura este viernes en el Centro Cultural Montehermoso
Entre las formas abstractas, entre esos brochazos de texturas y colores diferentes, se puede adivinar un hombre cabizbajo en un cuadro. Esa interpretación depende del espectador. En otra pieza hay quien ve máscaras mientras que otro se planta frente al lienzo y se pregunta si esas líneas dibujan varias rocas. ¿O asoma un brazo entre esos tonos negros? ¿Son piedras en medio de un mar oscuro? Esas variadas interpretaciones ante su obra llevan a la artista Dorleta Ortiz de Elguea (Vitoria, 1973) a identificar su trabajo como una 'abstracción narrativa'. «Porque se le puede encontrar un significado semántico, se pueden vislumbrar figuras y cada persona puede ver algo diferente», explica.
Para darse cuenta de ello basta visitar 'Cuadros Habitados', la muestra que se inaugura este viernes a las 19.00 horas en el centro cultural Montehermoso. En esta exposición retrospectiva, que se podrá ver hasta el el 10 de noviembre, destaca el sello personalísimo de una de las artistas alavesas más destacadas de su generación. Esos 63 cuadros seleccionados para la exhibición dan una pista de una evolución a lo largo de 30 años en los que ha mojado los pinceles en una paleta muy variada. «Llevo prácticamente casi toda la vida pintando. Es la primera vez que puedo observar la obra, analizarla. Ver lo que he perdido y he ganado», explica la artista que se encuentra en muy buen momento y publicó recientemente 'Estampas y palabras. 21 artistas vascos contemporáneos' (Betagarri Liburuak), un libro en el que reconoce el trabajo de artistas cercanos como Koko Rico, Txaro Arrazola, Iñaki Larrimbe o Myriam de Miguel.
En Montehermoso
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'Cuadros Habitados' Exposición retrospectiva de Dorleta Ortiz de Elguea en el Centro Cultural Montehermoso. Inauguración el viernes 27 de septiembre (19.00 horas). Entrada gratuita.
Esa labor de mirar hacia atrás con esta panorámica se ha resuelto con satisfacción. «Ha sido como verse en fotos de niña», reconoce acerca de esos cuadros que ha recuperado de una primera etapa. Su primera exposición se pordujo en 1993. Al revisar su trabajo se ha dado cuenta de que esas primeras pinturas eran más duras y empleaba tonos más oscuros.
Eso se nota en el propio diseño de la muestra, ya que los cuadros se disponen siguiendo un orden cronológico. El imaginario desbordante de la vitoriana -paisajes góticos, oníricos, obra a papel con reflexiones escritas sobre colores...- se luce en esta propuesta considerada una de las más destacadas en lo que va de año en el espacio.
«Ha crecido rodeada de arte, cultura y talento», señaló Zuriñe Elordi, directora de Cultura y Educación, en referencia a su padre, Carmelo Ortiz de Elguea, en cuyo taller pasó muchas horas. Allí germinaba la semilla de una inquietud artística. Muchas pinceladas de ello se pueden ver de nuevo en su ciudad natal.
