El precio de la vivienda en Euskadi cerró 2024 con la mayor subida desde que hay registros

En la obra nueva es donde más se ha notado este incremento. La escasez de la oferta ha provocado que los precios se disparen como nunca antes. Si hace 17 años se edificaban 15.000 pisos al año, ahora apenas se levantan 6.000. Y ese parón ha tenido una importante repercusión en el precio final de los domicilios. Según la estadística del INE las promociones de recién construcción se han encarecido un 13,6% desde 2023. La media nacional se sitúa en un 10,9%.

No solo se han batido todos los récords, sino que nunca antes se había registrado una subida de tal magnitud. En 2007, en plena crisis del ladrillo, el precio de la obra nueva creció un 9,5%. A partir de entonces, las subidas fueron ralentizándose. En la última década, el incremento más notorio se registró en 2019, cuando el valor de los pisos se alzó un 7,1%, seis puntos por debajo de lo que se ha contabilizado este pasado ejercicio.

Los pisos de segunda mano, que concentran entre el 80% y 85% de las compraventas que se cierran en Euskadi, también se han encarecido. Aunque la subida es más moderada. Adquirir un domicilio es un 7,4% más caro que hace doce meses, pero a diferencia de la vivienda nueva, no es el valor más alto de la serie. Por poco. En 2007, el precio de los pisos usados se encareció un 7,5%.

La vivienda se ha disparado como uno de los principales problemas de los vascos. En apenas un año, la inquietud por el mercado residenciales se ha elevado en 20 puntos, según el último Sociómetro del Gobierno vasco. Y no es para menos. Los datos que desgrana este viernes el INE demuestran lo difícil que es comprar un piso para las clases más vulnerables y los jóvenes, pero también para las clases medias, que según apunta el Gobierno vasco, «ven comprometida la edad de emancipación», que alcanza los 29,8 años según el último estudio 'Juventud, emancipación y necesidad de vivienda en Euskadi' realizado por el Observatorio Vasco de la Juventud. Según los cálculos del Ejecutivo autonómico, las familias de clase media ven «embargado el 40,50 o hasta 60% de sus incresos para enfrentar los costes de la vivienda».

Precisamente para combatir la«crisis de oferta» que atraviesa Euskadi, el Gobierno vasco ha ideado un plan de medidas urgentes, que se tramitará en unas semanas en el Parlamento, para impulsar la construcción. PNV y PSE trabajan de forma conjunta en una ley que agilice los trámites y permisos urbanísticos y que permita a los ayuntamientos rebajar las exigencias de VPO que recoge la actual Ley del Suelo, vigente desde 2006.

La legislación establece que las constructoras que trabajan en Euskadi tienen que reservar el 75% de los suelos urbanizables a la vivienda pública y el 25% restante a la libre. La batería de medidas que el Gobierno vasco prevé aprobar este mismo año permitirá a los ayuntamientos rebajar esa exigencia hasta el 60% con el objetivo de reactivar los proyectos residenciales que los promotores no consideraban, hasta ahora, rentables.

Aunque los expertos sí creen que estas medidas ayudarán revitalizar el mercado, dudan que los precios de la vivienda libre vayan a bajar como consecuencia de los elevados costes de producción. Lo que se ralentizarán, afirman, son las subidas.