Pérez aplicó su experiencia en pisos tutelados a su trabajo blanca castillo
Begoña Pérez | Psicóloga

«Las posibilidades terapeúticas del cómic están infravaloradas»

La psicóloga Begoña Pérez propone en un trabajo académico usar la lectura de tebeos autobiográficos como tratamiento para sanar trastornos mentales

Miércoles, 6 de abril 2022, 02:50

Begoña Pérez (Barakaldo, 1968) bien podría haber dibujado una de esas bellas estampas de esas calles rebosantes de niños que jugaban al pollito inglés, el ... escondite y el pilla pilla. Pero en Vitoria esta imagen tenía fecha de caducidad. Los rigurosos inviernos de antaño obligaban a resguardarse en casa y en aquellos días en los que la rasca desaconsejaba pisar la calle, esta futura sanitaria encontró su entretenimiento en las historias de Mortadelo y Filemón. Con los años acabó abandonando aquellos relatos con personajes femeninos «más figurantes que protagonistas» hasta que el Máster en Comic y Educación de la Universidad de Valencia le hizo volver a esta «hija pródiga» del viñetismo Y reconciliarse con sus más tiernos orígenes.

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Como graduada de la primera promoción de estos estudios únicos en España, se la podría llamar pionera. Y como psicóloga, sexóloga y terapeuta familiar se le podría caracterizar como innovadora. Así lo demostró en su Trabajo Fin de Máster (TFM), que resume todo un ambicioso proyecto para dar con una terapia que ayude a las personas diagnosticadas con trastornos mentales a verse identificadas consigo mismas a través de las ocho obras autobiográficas que analiza: 'Albert contra Albert', de Arnau Sanz (Edicions de Ponent, 2013); 'Depresión o victoria: Crónica de una batalla', de Meritxell Durán (Reservoir Books, 2020); 'Majareta', de Ellen Forney (La Cúpula, 2014); 'Manicomio: Una historia real', de Montse Batalla (La Cúpula, 2020), 'La Batalla de Esquizo', de Manuel García (Nuevo Nueve, 2019); 'Desmesura', de Fernando Balius y Mario Pellejer (Bellaterra, 2019); Cara o Cruz, de Lou Lubie (Norma, 2018); y 'duermo mucho', de María Manonelles (Fragile Movement, 2019).

«Las posibilidades del cómic están infravaloradas», dice. Por eso, apuesta por hacerlos servir como una práctica de autoconocimiento tanto para pacientes como para sus familiares, profesionales de la salud mental, trabajadores sociales y demás personas implicadas en la recuperación de las personas que padecen algún tipo de trastorno.

Presentación en Salburua

El pasado 17 de febrero tuvo la oportunidad de presentarlo en la biblioteca del Centro Cívico de Salburua. Acudió tanta gente que se completó el aforo y hubo quienes se quedaron sin poder entrar y, por como fue la reacción de algunos usuarios de los pisos tutelados de la Fundación Beti Gizartean -en los que ha realizado varias sustituciones-, los resultados, entiende, pueden ser prometedores. «Muchos se vieron reconocidos porque los relatos de los cómics se asemejaban mucho a sus propias historias vitales. Con tanta medicación. ingresos y altas» Y por eso, esta vitoriana confía en su alta capacidad de sanación. Solo hace falta una pizca de comprensión. «El mundo tiene el prejuicio de que lo que todo lo que dicen hay que cogerlo siempre con pinzas porque están bajo los efectos de la medicación o están atravesando una crisis, pero no es así. La mayor parte del tiempo son conscientes aún cuando están en un mal momento», advierte.

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Invisibilizados

No en vano si algo bueno ha traído la pandemia es que, con el agravamiento de los problemas psicológicos -en especial entre los más jóvenes-, se ha ayudado a derribar muchos de los «estigmas» que pesan sobre las enfermedades mentales. «Han estado mucho tiempo invisibilizados y han tenido muy poca voz». Por eso, confía en que, con la llegada de publicaciones que siguen ejemplos como el del humorista Ángel Martín, el potencial del relato en primera persona y la imagen desentierren «esa creatividad y capacidad de recuperación» de los pacientes.

Pero no solo con eso basta, advierte la psicóloga. Si algo ha demostrado la crisis sanitaria, a su juicio, es que se «ha agravado» la falta de personal médico especializado en la sanidad pública, que hoy representa un número a su juicio «anecdótico». «¿Por qué no se invierte más? Se podrían evitar no solo el sufrimiento de muchas personas, también muchas pérdidas económicas por bajas laborales incapacitantes. Es un problema muy serio y, además, caro».

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Para hablar sobre esta problemática y sobre las posibilidades que ofrece el cómic como terapia, Begoña Pérez ofrecerá una segunda charla en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa el 9 de mayo a las 19.30 horas.

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