Vitoria, 45 años de capitalidad / 7
Destaca la labor de los políticos de hace 45 años para conseguir la capitalidad. «Los partidos ahora no ven más lejos de las elecciones de cada cuatro años»
Función Pública, Presidencia, Seguridad Ciudadana o Políticas Sociales. A Miguel Ángel Echevarría siempre le tocó gestionar las carteras 'calientes' del Ayuntamiento de Vitoria bajo el ... Gobierno de Alfonso Alonso, de quien fue teniente de alcalde. En 1999 ya era la voz de la experiencia, pues llevaba en política desde que la Transición dio sus 'primeros pasos' en Álava.
- ¿Qué hubiese sucedido con Vitoria si no llega a declararse como capital?
- Hubiese pasado inadvertida para todo el mundo por la enorme influencia de Bizkaia, y lo mismo sucedería con los guipuzcoanos. Lograr que Vitoria fuera capital, entre comillas, del País Vasco nos dio un importante protagonismo y demostró que somos diferentes, pero formamos parte de una comunidad. Las instituciones fueron capaces de convertir un instituto en el Parlamento vasco y el geriátrico provincial de Lakua, que hoy lo necesitaríamos más que nunca por el envejecimiento de la sociedad, en la sede central.
- ¿Una residencia de semejantes dimensiones sería acorde a los tiempos actuales?
- No. Aquello no sé en qué cabeza había nacido y con qué cálculos. Sus dimensiones eran excesivas, pero lo que sí que es evidente es que las plazas de aquel geriátrico se tenían que haber repuesto de alguna manera pensando que en un futuro iban a ser necesarias con casi 300 personas en lista de espera en estos momentos.
«En los partidos debe existir autonomía y que no decidan desde un despacho a 350 kilómetros»
- Dice que Vitoria es una «capital entre comillas». ¿Cree que es necesario cambiar la ley para zanjar ese asunto?
- El momento político que estamos viviendo ahora no se parece en nada a lo que vivimos en aquella etapa. En mi época, la inmensa mayoría nos metimos en política para ser servidores públicos. Ahora existe un enfrentamiento total, sin voluntad de acuerdo ni la intención de crear una comunidad igual para todos. Los partidos se centran en su propio interés y no ven más lejos de lo que vaya a pasar en las elecciones de cada cuatro años. A la política hay que ir con menos ganas de enfrentamiento y más sentido común.
El asesinato de Ustaran
- A mucha gente le sorprenderá porque está hablando de los 'años de plomo' de ETA.
- En aquel momento, todo giraba en torno a la recuperación de las instituciones y la ilusión de un proceso de democratización de la sociedad. Nosotros estábamos satisfechos trabajando, escuchando y desarrollando políticas con todos hasta que un día de septiembre de 1980 ETA asesinó, y de qué manera, a nuestro compañero de UCD José Ignacio Ustaran. Entonces nos dimos cuenta de que con ciertos partidos poco se podía hacer.
- La mayoría de los entrevistados han apuntado a Emilio Guevara como figura determinante para atraer la capitalidad.
- Sí. En aquellos años tuvo una enorme trascendencia. Chus Viana, que disfrutó de una vida demasiado corta, siempre estuvo centrado en buscar lo mejor para Álava y José Ángel Cuerda, con quien siempre he mantenido una amistad, también asumió un papel de enorme importancia como alcalde. En aquellos años coincidió mucha gente que quería a su tierra y sirvieron para que estemos así hoy en día.
«Me sorprende el trasvase de votos que está consiguiendo EH Bildu de otras fuerzas políticas nacionalistas»
- ¿No cree que algunos partidos políticos se acuerdan de que Vitoria representa a 20 de los 75 parlamentarios vascos cuando tocan elecciones?
- En los partidos tiene que existir autonomía para trabajar y proponer desde aquí y no desde un despacho a 350 kilómetros. Un candidato tiene que ser trabajador, que aporte garantías y dejarnos de paracaidistas.
- Habla de 350 kilómetros, en Madrid, pero muchas veces se toman a tan sólo cincuenta, en Bilbao.
- Hay que conseguir que los partidos sepan que Álava tiene mucha importancia, pese a tener un número menor de habitantes.
- ¿La capitalidad fue un intento para 'amarrar' a Álava, la provincia menos vasquista?
- Puede ser. Yo no sé nada de euskera, aunque mis dos apellidos sean eusquéricos, y mis cuatro nietas lo hablan perfectamente, pese a no haber ido a ninguna ikastola. Una de ellas se examina ahora con una entrevista en inglés para entrar en la carrera que quiere. A mí, el euskera sobre todo me interesa como cultura.
- De no haberse elegido Vitoria, ¿el fenómeno de Unidad Alavesa podría haberse multiplicado de manera exponencial?
- Y ya de por sí fue importante. En 1991, UA se convirtió en la segunda fuerza del Ayuntamiento y el PP, que estaba en plena fase de refundación, pasó a tener tan sólo dos concejales, que éramos (José Ángel) Platero y yo. Sin capitalidad o sin que los tres territorios tuviésemos los mismos parlamentarios, se habría disparado definitivamente, pero mantengo que todos los maximalismos son malos. Yo también tenía un proyecto vitoriano y alavés porque trabajaba por mi ciudad, pero era consciente de que pertenecemos a una comunidad mucho más global. También le digo que, en los últimos años, se ha ido perdiendo ese carácter 'alavesico' que tanto explotó UA. Si sales a la calle y analizas la sociedad comprobarás que cada vez hay menos gente que cumpla con el perfil de sus votantes.
- ¿Ese cambio sociológico ha podido servir para que EH Bildu ganase las elecciones municipales de Vitoria y las autonómicas?
- A mí me sorprende el trasvase de votos que está consiguiendo EH Bildu de otras fuerzas políticas nacionalistas. Todo el mundo hemos considerado al PNV como un partido demócrata cristiano, es decir, una derecha moderada como era yo, pero en estos momentos están cometiendo muchas 'travesuras' políticas y la gente se está reposicionando. Tampoco quiero darles excesivo protagonismo, pero que Bildu se oponga a que los policías locales de los ayuntamientos que controla se formen en la Academia de Arkaute es sólo un recordatorio de que siguen queriendo un proyecto diferente al resto.
- El ex diputado general Juan Mari Ollora decía hace una semana que la situación del PNV para mantener el liderazgo es «complicada» porque «la sociedad ha cambiado mucho y es extremadamente individualista».
- Hay que entender de dónde viene el PNV en Vitoria y por qué tuvo fuerza en los primeros años de la Transición. En los setenta y ochenta tenía unos representantes moderados que habían formado parte del Tercio Familiar del Régimen franquista, que bien podían haberse incorporado a las listas de la UCD, pero eligieron ir a 'caballo ganador' con un proyecto de derecha moderada. En 45 años ha cambiado mucho la historia, y más ahora que apoyan al Gobierno de España junto a EH Bildu con quien sobre el papel tienen poco que ver.
La factura del PNV
- ¿Qué asuntos cree que le están pasando factura a Vitoria?
- Más que el apagón de luz de hace unas semanas, yo estoy preocupado por el apagón social que vive Vitoria. De camino a mi casa me voy a encontrar a dos durmiendo en una antigua zapatería de la calle Diputación y otros dos en una tienda de curtidos, tres pidiendo de pie y otro sentado. Constantemente ves a la gente mendigando cuando existen albergues y servicios para atenderles. Y el que quiera dormir en la calle, pues Vitoria no es su lugar. En los tiempos de María Jesús Aguirre éramos unos referentes y ahora estamos asistiendo a su deterioro, como también ha sucedido con Osakidetza. Todo esto le está pasando factura al PNV y en el Ayuntamiento, pese a que están en el Gobierno, son la cuarta fuerza. ¡La cuarta!
- Dice que usted representó en el Ayuntamiento y las Juntas a la «derecha moderada». ¿Llegaría a acuerdos con Vox?
- Posiblemente tengamos muchas cosas en común y otras que nos separan totalmente, pero yo sigo opinando que la mejor política es la moderación.
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Y también Cuatro décadas de política
«Me gustaría saber el rumbo que toma Vitoria hacia 2040»
Dice que no llegará a verlo por su edad, pero le gustaría conocer qué rumbo toma Vitoria en el futuro. «Tiene que ser una ciudad compacta, con zonas atractivas para los ciudadanos que ya no viven en el centro y al Ensanche y al Casco habría que darle una vuelta importante para que vuelva la gente a vivir como antes», apunta con su permanente inquietud y su experiencia de dos décadas en distintas carteras del Ayuntamiento.
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Y también Compromiso
Las tres etapas: la política, el cuidado de su mujer y Afaraba
Miguel Ángel Echevarría divide su vida en tres capítulos. «El primero son los 28 años que estuve en la política. El segundo, el más importante, los trece años que cuidé a mi mujer con Alzhéimer. Y el último los seis años que llevo al frente de Afaraba, que me está sirviendo para aprender mucho de las experiencias de otras personas y familias. Eso es lo más enriquecedor, y si encima puedo echarles una mano...», afirma el popular dirigente.

Su rincón favorito: «Dato era el eje comercial, hoy me da mucha pena»
Es habitual encontrarse con Miguel Ángel Echevarría en la calle. Pero normalmente permanece quieto y hablando con alguien. Muchos aún relacionan su figura con aquel político que durante veinte años estuvo en el Ayuntamiento de Vitoria y las Juntas Generales. Y muchas veces es una especie de buzón de quejas sobre el estado en que se encuentra la ciudad.
Su rincón favorito de Vitoria es la calle Dato, pero sobre todo aquel recuerdo que guarda de ella. «Ahora la veo sin alma», lamenta Echevarría. «Era el eje de la vida comercial de la ciudad. Hoy me da mucha pena», incide.
Porque aún recuerda sus años de juventud en los que caminaban desde «el antiguo Banco Vitoria» hasta la heladería que Breda conserva en la calle Dato. «Y luego volvíamos por el otro costado tratando de coincidir con las chicas para hablar un rato».
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