Ingresan en prisión dos de los tres mayores de edad arrestados por la paliza de Amorebieta

Las policías en Euskadi (Ertzaintza y cuerpos locales) conocían desde hace mucho tiempo a 'Los Hermanos Koala' (LHK). Es el grupo juvenil y violento del que forman parte los ocho detenidos por la paliza brutal que el domingo dejó en estado crítico a Alexandru Andrei Ionita, de 23 años y vecino de Lemoa. Ocurrió en Amorebieta y en la agresión participó una veintena de personas, según la investigación de la Ertzaintza. Por eso el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, no descartó ayer más detenciones.

De momento, las ocho practicadas en un goteo entre la tarde del miércoles y la mañana de ayer tuvieron lugar en Barakaldo, Bilbao y Erandio. Los implicados tienen entre 15 y 38 años. Hay cinco menores de edad que «ya han sido presentados en la Fiscalía» y han ingresado ya en centros de menores.

Erkoreka apuntó durante una rueda de prensa previa que los detenidos ya tenían antecedentes policiales por organización violenta y agresiones. Alguno de ellos había estado tutelado por la Diputación, aunque fuentes forales aseguraron que en estos momentos no les consta que ninguno estuviese bajo su guarda o tutela en ningún centro o piso.

Este no es el perfil mayoritario de los integrantes de 'Los Koalas'. Fuentes policiales han revelado a este periódico que la mayoría de estos chavales «son nacidos aquí» y el grueso de ellos residen en Barakaldo, donde son más conocidos. Tanto, que la Ertzaintza cuenta con las fotos y los nombres de más de una veintena de miembros (alguno de ellos se encuentra entre los arrestados ayer), y en los últimos tres años se han elaborado varios informes policiales en los que ya se advertía de su manera de actuar, ámbito territorial y de su alta peligrosidad.

Los mismos medios matizan que no se trata de un grupo con una estructura rígida, sino que a medida que pasan los años van entrando y saliendo integrantes. La inmensa mayoría son varones, salvo alguna excepción, y buena parte de ellos «vienen de familias desestructuradas». Es una especie de «grupo de grupos» del que forman parte jóvenes que también integran otras pandillas, como 'Los Favoritos'.

En la nota divulgada ayer por la Ertzaintza se apunta que 'Los Hermanos Koala' se reunían «de forma habitual en diferentes municipios de Bizkaia con la intención de generar peleas y atemorizar al resto de jóvenes», a los que, como hicieron la noche del domingo, «asaltaban de forma indiscriminada acorralándoles y pegándoles con el fin de robar sus pertenencias».

Sin embargo, como queda dicho, su zona de actuación fundamental era Barakaldo y, por proximidad, el barrio bilbaíno de Zorroza, según apuntan a este periódico fuentes policiales. De hecho, la Policía Local de esta localidad había actuado en muchas ocasiones en altercados provocados por 'Los Koalas' y habían advertido al resto de cuerpos policiales sobre las andanzas del grupo. Los mismos medios señalan que una de sus principales actividades consistía en acudir a los institutos a la salida de clase para acosar y robar a algunos alumnos.

También se les vincula con la posesión de marihuana, pero la mayoría de las veces se dedicaban a «delitos contra el patrimonio, robos en locales y a personas, principalmente jóvenes».

Como siempre que se habla de estos asuntos, la pregunta crucial es: si todos estos individuos eran tan bien conocidos, y no había duda sobre su peligrosidad, ¿por qué no se ha podido evitar la agresión que mantiene a Alexandru Andrei Ionita entre la vida y la muerte? Desde el mundo policial explican que siendo muchos de ellos menores, pese a las veces que eran arrestados terminaban en libertad. «Los jueces raramente mandaban a ninguno a un centro de menores». Los miembros del grupo se solían reunir «en los patios de Beurko y junto a los depósitos de agua» y hasta hace unos meses contaban con una lonja «en la denominada 'casa barco', que ya fue precintada por la Ertzaintza y donde, tras el registro, se encontraron armas blancas».

El nivel de conocimiento de las autoridades sobre este grupo es tal que ya han puesto nombres y apellidos a varios de los que participaron en el linchamiento del domingo, ya que son reconocibles en los vídeos divulgados en redes sociales (en concreto, en Tik tok): el que le pegó el botellazo a Alexandru, el que luego, una vez inconsciente en el suelo, le mete la mano en el bolsillo...

El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, mostró ayer su perplejidad por el suceso. «Estamos asistiendo a hechos que no son admisibles, contrarios a la convivencia, al respeto y a la dignidad de las personas». Aunque apuntó que podríamos estar ante un delito de odio, luego matizó que no se refería a ninguna de las tipologías específicas que se engloban en esta denominación (cuando el motivo del ataque es de carácter racista, homófobo, religioso...).

En cualquier caso, el consejero Erkoreka señaló que está pendiente de determinar ante qué delito estamos. En este sentido, y a tenor de lo que se escucha en los vídeos («¡mátale!», jaleaban algunos presentes) podría tratarse incluso de un intento de homicidio.