Los expertos inciden en la importancia de acudir a las sociedades micológicas para resolver dudas antes de comer setas. E. C.

«Pocas setas» en Álava por la falta de lluvia

La temporada arranca en la provincia con una escasez no vista en los últimos años, aunque se espera un cambio de tendencia en las próximas semanas

Domingo, 26 de octubre 2025, 00:50

Octubre es un mes marcado en rojo en el calendario de los expertos y aficionados a la micología. La temporada de setas ya ha arrancado ... y son muchos los alaveses que se han echado al monte con cestas y ropa cómoda para buscar el manjar del otoño y disfrutar de paisajes teñidos de amarillo, aunque este año resulta difícil encontrarlas. A pesar de que todavía es muy pronto para sacar conclusiones y hacer balances, los entendidos afirman que «de momento hay muy poca cantidad y hace 20 años que no se veían tan pocas», aunque esperan que con la anunciada llegada de las lluvias estos días venideros «la verdadera temporada comience justo ahora».

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Hay muchos seteros que no están saliendo a buscar estos preciados manjares, pero el experto en micología y guía de Álava José David Fernández asegura que los conocedores están encontrando sus tesoros. «Están saliendo en zonas que conservan la humedad, como pueden ser vaguadas, las enfocadas hacia el norte o por donde pasaba agua y se ha secado... al final en muchos casos es un cuadradito», explica.

La temporada no ha arrancado bien, y la falta de agua es uno de los motivos principales. «Después del verano tan tórrido que hemos tenido, en septiembre y octubre no ha habido lluvia suficiente para que se produzca un brote normal de setas. Además, el viento sur está secando más nuestros suelos», señala Carlos Aranda, presidente de la Sociedad Micológica Barakaldo. La fotografía de este año es totalmente diferente a la de 2024. Para muestra, un botón. «A mediados se septiembre del año pasado llovió suficiente y eso posibilitó un brote a finales de mes. Eso permitió presentar una exposición con unas 200 especies recogidas en Bizkaia y Álava. Sin embargo, para la de este año nos hemos tenido que desplazar hasta el norte de Navarra y Cantabria para poder mostrar, con mucho trabajo, unas 147 especies. Las perspectivas no son muy buenas, ya que no se esperan lluvias abundantes en las próximas semanas», añade el experto.

El otoño es la fecha por excelencia para ver todo tipo de especies. Según los aficionados, en esta época del año pueden llegar a brotar «el 90% de ellas». Todos los que se acerquen a los bosques podrán encontrar setas comestibles como Boletus edulis, Cantharellus pallens, Amanita rubescens, Lactarius deliciosus (níscalos) y Macrolepiota procera (galamperna), entre muchas otras. Eso sí, las cantidades en esta ocasión están muy por debajo de las de años precedentes.

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Zonas

Las cantidades son pequeñas y en espacio que conservan humedad y no les afecta el viento sur

«Tuvimos un brote importante después de la tormenta de julio, pero ahora por la falta de lluvias ha retrasado todo un mes. Hay de todas las especies habituales, pero muy pocas. E igual es una tendencia a la que nos tenemos que ir acostumbrando por el cambio climático y que el verano se vaya alargando cada vez más», refleja José David Fernández, que ya tiene preparadas sus expediciones para noviembre.

Recomendaciones

Los seteros ofrecen algunas recomendaciones a la hora de recolectarlas. Sobre todo, en el caso de las personas principiantes. Todos coinciden en la importancia de tener prudencia y no comer ninguna antes de tener toda la información disponible. «Recomendamos que vayan a las sociedades micológicas a informarse», explica José Cañadas 'Txanka', presidente de la Sociedad Micológica y de Ciencias de Basauri. «Hay gente que se lleva cajas enteras de setas y resulta que no valen para nada porque son tóxicas o no tienen valor a nivel gastronómico. El 'por si acaso' es la causa de muchas imprudencias. Si no sabes, es mejor no coger. Hay gente joven que se fía de los amigos, de lo que ve en internet... No es como antes, que íbamos a las sociedades, consultábamos libros y hablábamos con gente veterana», explica Antton Meléndez, del departamento de Micología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

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Prudencia

Expertos inciden en la importancia de acudir a las sociedades micológicas para resolver dudas

Además del impacto del cambio climático, la afluencia masiva de aficionados en las zonas de setas también supone una amenaza para la temporada. «Es una afición buena y saludable que, en nuestro caso, llevamos fomentando y divulgando desde hace cincuenta años. Sin embargo, la presión excesiva puede provocar que cada vez haya menos setas porque no las dejamos crecer y reproducirse. Por ello, es conveniente la regulación», apunta Carlos Aranda. En este sentido, «están proliferando los parques micológicos y las zonas acotadas», en las que se limitan la cantidad y las especies que se puede recolectar.

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