Los pisos con calefacción central duplicarán su factura de gas este invierno pese a las ayudas

«Lo que ha sucedido es que el coste de este tipo de energía se ha multiplicado casi por cuatro con respecto a lo que valía hace un año», dice. «Y aunque poder pasarte a la tarifa de pequeño consumidor es un alivio, esa tarifa es cuatro veces más cara que en 2021, así que los propietarios van a ver cómo sus facturas se duplican, como mínimo, con respecto al invierno pasado». Para que se entienda mejor, Abascal pone un ejemplo con números redondos. «Si un portal pagaba antes 1.000 euros al mes de gas con la tarifa de gran consumidor, sin los incentivos aprobados iban a ser este invierno entre 3.000 y 4.000 euros por la escalada de la energía. Ahora, con los últimos cambios introducidos van a estar en una tarifa más barata pero que también se ha disparado así que estaríamos hablando de unos 2.100-2.200 euros. Un poco más del doble que antes si no contiene o limita su consumo», señala.

«La idea del Gobierno es buena, pero es verdad que el decreto está sujeto a interpretaciones y cada comunidad tiene que echar sus cuentas», recomienda el presidente de los administradores a nivel nacional. En las diferentes empresas dedicadas a la gestión de comunidades comparten esta opinión. Aunque debido al alza de los precios del gas, los cálculos se complican. «Las llamadas que estamos recibiendo más a menudo son sobre el precio y cuánto se va ahorrar. Eso lo veremos comunidad por comunidad y en cada momento», dice Óscar Baro, abogado y administrador de fincas en Aboaser, que gestiona algo más de 400 bloques de vecinos en Álava.

Las últimas noticias que llegan a las comunidades son positivas. El anuncio del Gobierno central hace unos días por el que los hogares con calefacción central se podrán acoger a un descuento del 50% en su factura supone un pequeño alivio. Eso sí, incluye requisitos, ya que deben tener puestos contadores individuales antes del mes de octubre de 2023 si quieren adoptar esa tarifa regulada de último recurso (TUR). Tan solo en Álava hay 24.876 viviendas con caldera central de gas de las que la mitad de hogares ya cuenta con ese aparato, según datos de AERCCA (Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción).

Con la rebaja prometida se espera que la otra mitad acelere los trámites para colocar esos medidores. Ese descuento ayuda a reducir la ansiedad que se había generado por el miedo a las facturas de este invierno. Y más viendo casos como el de algunas comunidades de Vitoria que ya han optado por no encender la calefacción. La mayoría, sin embargo, no ha tomado medidas tan drásticas y se inclina por reducir la temperatura, el número de horas de funcionamiento o retrasar su encendido. Eso sí, el buen tiempo de este octubre atípico se lee como una buena noticia para no pulsar el botón de 'on'.

Al anuncio de las ayudas del Gobierno central, Vitoria llega con los deberes medio hechos. «La mayoría de nuestras comunidades tiene instalados contadores individuales, ya que su obligatoriedad responde a una directiva europea adaptada en 2020 del País Vasco para evitar el derroche energético. Aunque la colocación se había retrasado por el tema de la pandemia, la mayoría los tiene ya puestos o pendientes para estas semanas», explica Baro. A ello se suma que todas las construcciones de este tipo desde inicios de siglo ya tienen contadores por norma. En este mismo sentido se expresa Jorge Palma, de Gesko, una gestora de unas cien comunidades de vecinos alavesas, aunque con solo una pequeña parte de ellas con calefacción central.

Esos contadores (normalmente con un pequeño calderín) o repartidores varían de precio. La primera opción «viene a costar unos 850 euros por vecino», apuntan desde la empresa Colsa XXI, aunque en función de las características de la comunidad, el coste se puede disparar hasta los 3.000 euros. La otra opción resultar quizás menos molesta (porque es menos engorrosa su instalación) y supone colocar una válvula en cada radiador así como un repartidor o medidor que comunica el consumo de cada estancia por ondas de radio. «Viene a costar unos 100 euros por fuente de calor», apunta. También es cierto que se venden modelos muy sofisticados, de hasta 300 euros por radiador, que permiten controlar la calefacción a distancia, por internet, mediante una tablet o un teléfono.

El otro frente abierto es que no hay muchas empresas que sean capaces de llevar a cabo esta tarea. En Álava hay tres principales, el plazo no es muy amplio y el proceso debe hacerse con las calderas apagadas. En el sector se prevé una «avalancha» de encargos, los de los más rezagados. «Habrá a quien se le tenga que decir que no porque no demos abasto», apunta Juan Torralba, de la firma de mantenimiento Alysat, que en cartera para esta semana tenía una veintena de instalaciones. Según sus previsiones, se duplicará el trabajo.

En esa línea se expresa Álvaro Alonso, gerente de Arvacalor. «Falta personal y puede faltar material», explica. El aumento de la demanda coincide con que el «stock llega a cuentagotas». De hecho, algunas empresas ya habían pospuesto el montaje en los últimos meses. Otro problema es saber qué pasa con las comunidades que no pueden poner este sistema o con aquellas que cuentan con un sistema de caldera comunitaria de gasoil -9.900 viviendas-, aunque las subidas en este caso se prevén menores.

24.876viviendas en Álava con caldera central de gas. La mitad de ellas aún tienen que instalar contadores individuales.