Amor a la mexicana: una petición de mano en los viñedos de Luis Cañas

Lo que para Mariana Álvarez iba a ser un recorrido guiado por las instalaciones de la bodega Luis Cañas, en Villabuena de Álava, para descubrir los orígenes de esta familia riojanoalavesa, la filosofía de trabajo en sus viñedos y el paseo por su parque de barricas, con una cata de vinos incluida, se convirtió en mucho más que una experiencia de enoturismo. ¿El motivo? Esta joven mexicana, de 27 años, se llevó la sorpresa de su vida cuando, al final de una visita guiada por los viñedos y las instalaciones de la bodega, su pareja se lanzó al ruedo -o mejor habría que decir al viñedo- para sorprenderle con una romántica petición de mano.

Luis Gabriel Paulín, el novio, fue el gran catalizador de esta historia. Este 'wine lover' mexicano de 37 años, que ya había visitado la bodega alavesa hace tres años, quiso que ese momento tan especial en la vida de unos enamorados resultara también memorable para él y su novia.

Para ello, contó con la inestimable colaboración y complicidad de la bodega. «Hace unas semanas, se dirigió a nosotros por correo electrónico para solicitarnos permiso y ayuda para llevar a cabo la petición. Es la segunda ocasión que nos piden algo así. Nosotros aceptamos encantados y nos convertimos en sus cómplices«, explica Carmen Peña, responsable del departamento de Enoturismo de las Bodegas Luis Cañas.

Con la inestimable colaboración y complicidad de ella y de otra compañera de la bodega, Luis Gabriel pergeñó un romántico plan que culminó el pasado miércoles en el mirador de Luis Cañas, un espacio acristalado a pie de viña donde los visitantes catan los vinos ante una espectacular paisaje. Mientras Mariana le esperaba sentada a la mesa, acompañada de una copita de vino y un aperitivo, él se adentró en el viñedo y tomó una pizarra que permanecía escondida.

Con dos improvisados objetivos como únicos testigos, Luis Gabriel fue acercándose, a cámara lenta, hacia su novia que, tan pronto como vio la pregunta escrita sobre la pizarra se echó las manos a la cara y comenzó a temblar emocionada. No se lo podía creer... Su novio había elegido ese escenario para declararle su amor incondicional. Ante su sorprendida novia, que no pudo evitar que asomaron a sus ojos unas lágrimas, sacó una caja con el anillo de compromiso que le ofreció a Mariana tras pedirle su mano.

La pareja se fundió en un abrazo y selló su amor, mientras Luis Gabriel seguía a la espera de que ella se pronunciara. La respuesta llegó poco después cuando ella marcó la casilla del 'sí' para responder a la pregunta lanzada por su novio: «Mariana, ¿te quieres casar conmigo?».

Tras la petición, la pareja ha seguido su periplo por el continente europeo. Luis Gabriel ha atendido este jueves a EL CORREO, vía teléfónica, desde París, donde esta pareja, residente en Querétaro, disfruta de unos días de vacaciones. «Haberle pedido matrimonio aquí hubiera sido un cliché. Tenía claro que quería hacerlo en un escenario como el que me brindaba la Rioja Alavesa. Hace tres años, recorrí España en compañía de mi primo y conocimos Villabuena. Esa zona es preciosa, se me quedó grabada y enseguida supe que quería proponerle matrimonio allí», reconoce.

Luis Gabriel, que ejerce también como director de la Cofradía del Vino Los Arcos de Querétaro, y su ya prometida comparten su pasión por «descubrir vinos de diferentes regiones». Su historia personal ya quedará vinculada para siempre a los caldos de Rioja Alavesa. «Tenemos previsto casarnos en mayo del próximo año. Supongo que el menú será mexicano, pero no faltará el vino de las Bodegas Luis Cañas, que se puede comprar en nuestro país. Ahora, cada vez que descorchemos una botella, nos acordaremos de este momento», confiesa.