«Lo peor está por venir»
Ramiro González y Gorka Urtaran advierten de que «entra mucha más agua de la que sale en los embalses», y que el cauce del Zadorra «se duplicará»
La crisis de las inundaciones que golpea a Vitoria y parte de Álava todavía «irá a peor». Así lo han anunciado este viernes el diputado ... general, Ramiro González, y el alcalde de la capital alavesa, Gorka Urtaran, en una comparecencia urgente y extraordinaria. Los responsables de las dos principales instituciones del territorio han advertido de que «en el embalse entra muchas más agua de la que sale», y que el proceso de vaciado de Ullibarri y Urrunaga se acelerará de forma considerable. En concreto, pasará de 60 a 90 metros cúbicos en el primero, y de 30 a 45 metros cúbicos en el segundo. En total, 135 metros cúbicos por segundo. Esto significa que el Zadorra crecerá todavía de forma significativa en las próximas horas. La Diputación ya ha suspendido el deporte escolar de cara al fin de semana.
«Es una situación que va a afectar más de lo que está haciendo ya», ha anticipado el diputado general a la vista de que las precipitaciones persistan hasta bien entrado el sábado. El jefe del Gobierno foral se ha referido así a las localidades más cercanas a las «cabeceras de los embalses». De hecho, cerca de una veintena de personas ha sido desalojada de sus casas, en su mayoría de Astegieta, y los servicios municipales de Vitoria se han ofrecido para dar cobertura a los habitantes de estos municipios.
En la capital alavesa la situación es algo más sosegada, aunque «todo dependerá de las precipitaciones y del ritmo del desembalse», ha afirmado Urtaran. «Si las previsiones se cumplen, puede que la situación no sea tan grave», ha explicado el regidor. Eso sí, el cauce natural del Zadorra se «duplicará» por las aguas procedentes del embalse, que se había encontrado en una situación tan extrema en los últimos 18 años, desde 2003.
Los responsables políticos han asegurado que la apertura de las compuertas de los embalses con más anticipación resultaba inviable. «La cantidad de las precipitaciones caídas los días 29 y 30 de noviembre, sumada a la cantidad de agua que ya traían los ríos hacía imposible abrir antes las compuertas de los embalses», ha explicado González.
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