El Gobierno fija para 2024 y 2025 el inicio de obras en los parques de Labraza y Azáceta
El Ejecutivo vasco da vía libre a los dos proyectos alaveses, los primeros de energía eólica en 18 años
espués de 18 años en vía muerta, el Gobierno vasco ha arrancado la locomotora de las energías renovables, con hasta 18 nuevos proyectos energéticos que sobre todo tienen su base en las sierras alavesas y los campos de la Llanada. Los dos primeros en hacerse realidad serán los parques eólicos de Labraza y Azáceta, con ocho grandes aerogeneradores cada uno y cuyo arranque de obras Lakua fija para 2024 y 2025, respectivamente. El primero, distribuido en la Sierra de Marañón, entre Oion y la localidad navarra de Aguilar de Codés, recibió el lunes la autorización medioambiental definitiva del Ministerio de Transición Ecológica. Y el segundo, entre el puerto y el Pico Galartza, en terremos de Bernedo, Arraia-Maeztu, Alegría, Iruraiz-Gauna y San Millán -muchos de cuyos concejos rechazan esta infraestructura- recibirá el 'plácet' final del Gabinete Urkullu en «los próximos días».
Estas dos instalaciones están promovidas por Lakua -el EVE- a través de Aixeindar, una sociedad en la que el ente energético es socio con Iberdrola. Tendrán 40 MW de potencia y estarán compuestas por ocho molinos que alcanzan los 200 metros de altura cada una. Saber que tienen fecha de obra supone un paso de gran importancia. Y es que la actual generación renovable instalada en Euskadi alcanza poco más de 600 MW, una cantidad que no llega al 10% de la energía que consume y que está muy lejos del 25% que la UE se ha fijado como objetivo en 2030. Cuesta mucho desgaste político cada megawatio eólico instalado en el País Vasco, acentuado por la oposición de pueblos afectados y colectivos ecologistas. De ahí que la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, se alegrara ayer por una «buena noticia» y porque «después de mucho tiempo podemos poner más instalaciones renovables». Recordó que, si bien el Ejecutivo no aspira a la autonomía energética, «sí trabajamos para reducir la dependencia del exterior».
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Estos dos parques anunciados se unirán a los cuatro que ya están en funcionamiento. En Álava, los de Badaia y Elgea-Urkilla (compartido con Gipuzkoa); y en Bizkaia, el del monte Oiz y el del Puerto del Bilbao. La responsable de la cartera energética del Ejecutivo destacó además que hay otras 13 solicitudes para desarrollar infraestructuras de generación eólica en Euskadi. Sólo en Álava se encuentran en fase de consultas proyectos en Arlaban, Aramaio, Cantoblanco (Añana), Legutio, Llodio, Miritxa (Elgea) y Laminoria. En total, los nuevos proyectos vascos, si se añaden tres plantas fotovoltaicas, sumarían 603 MW de potencia que requerirán una inversión de cerca de 630 millones de euros y permitirían cubrir las necesidades energéticas de 448.000 hogares.
Este despliegue llega, además, en un momento en el que la Comisión Europea y los estados miembros han decidido apretar el acelerador en el desarrollo de una red de generación que dé seguridad frente a la dependencia del gas ruso. La consejera Tapia ha reivindicado la necesidad de acelerar los plazos de tramitación. De hecho, Lakua adaptó antes de verano su regulación al decreto del Ejecutivo central que permite aligerar los trámites para iniciativas que sean de interés general. Evitaría lo que ha ocurrido ahora con Azáceta y Labraza, que se presentaron en otoño 2020, con lo que tardarán cinco años en el mejor de los casos para entrar en funcionamiento.
Ordenar el «aluvión»
El Gabinete Urkullu sigue determinado a impulsar las renovables y ha duplicado por dos en el Presupuesto el dinero para proyectos de generación verde en Euskadi con empresas como Iberdrola o Solaria. En 2023 estas inversiones alcanzarán los 33 millones. Entre las empresas que han presentado proyectos eólicos destacan, además de Iberdrola, la noruega impulsada desde la administración pública Statkraft, Capital Energy o la vasca Euskal Haizie. También está el proyecto off-shore (flotante marino) que proyecta Saitec en la costa vizcaína.
Uno de los partidos que más resistencia ha planteado a los parques eólicos ha sido EH-Bildu. La coalición ha justificado su posición en la necesidad de ordenar este «aluvión». Precisamente con ese objetivo pactó con el Gobierno el impulso de un Plan Territorial Sectorial (PTS) de Renovables que estableciera a qué destinar los suelos de Euskadi en esta materia. Pero no parece que llegue a tiempo para algunos proyectos, ya que Tapia ayer reconoció que le queda al menos año y medio de tramitación. Insistió, eso sí, en que serán «rigurosos y exigentes».
