Hurtos en Euskadi

Una pareja viaja desde Madrid a Vitoria para saquear los comercios con un método infalible

Las dependientas de un comercio de esta vía les avisaron de la presencia de una pareja «en actitud sospechosa». Cuando se sintieron observados, los desconocidos abandonaron el local de manera precipitada. Varios uniformados les abordaron en el cruce de Dato con San Prudencio.

Permanecieron en la vía pública durante casi una hora. En parte porque los sospechosos aportaron identidades falsas y evasivas a la hora de explicar su presencia en la capital alavesa. Mientras tanto, los agentes localizaron una bolsa presuntamente tirada por esta pareja. Estaba forrada de aluminio. O sea, preparada para llenarla con productos robados sin hacer sonar los detectores de los comercios.

Además, el personal de la tienda desde donde llamaron al 092 les reconoció. Al parecer, hace unos meses se llevaron «alrededor de mil euros» en artículos con este sistema de la bolsa trucada. La videovigilancia les grabó. Cuando revisaron las imágenes vieron cómo cargaron el material hurtado, pero nadie pudo identificarles entonces. Hasta ayer.

Así que una vez detenidos fueron trasladados a la comisaría de Aguirrelanda. Conocidas las filiaciones reales de ambos, la Policía Local cruzó archivos con otros cuerpos, en especial, con la Policía Nacional, y se conoció el verdadero rango de ambos desconocidos.

Arrastran «decenas» de delitos –casi todos hurtos– por la práctica totalidad de provincias españolas. Desde Málaga a Gipuzkoa. Sobre todo ella. Con una requisitoria pendiente en Pamplona, quedó recluida en los calabozos a la espera de pasar a disposición del juzgado de guardia, Instrucción número 3. El varón, en cambio, fue puesto en libertad a la espera de que la investigación avance.

Los hurtos son el delito más importante en volumen. Vitoria soporta una media de doce denuncias al día por este ilícito. Los comercios, supermercados y grandes superficies son las principales víctimas. «Estos ladrones especializados suelen actuar a demanda. Una vez obtenida la mercancía, la colocan a minoristas sin escrúpulos que la ofrecen en sus tiendas o en mercadillos», diseccionan medios internos de la Guardia urbana.