La pandemia se lleva casi la mitad de los viajeros de Tuvisa

La curva de la demanda de Tuvisa muestra una tímida y lenta escalada desde septiembre, cuando la capital alavesa retomó cierto pulso tras el paréntesis veraniego y a las puertas de la segunda ola. Su ritmo, sin embargo, parece haberse ralentizado en los últimos meses, lo que invita a pensar en una recuperación más pausada que el retroceso de la propia pandemia.

A pesar de que las cifras son hoy más alentadoras que las que siguieron al desplome de marzo y abril, cuando la caída de viajeros llegó a tocar el 85%, el transporte público parece cronificar el brusco frenazo que comenzó con la pandemia. Más allá de las limitaciones de movilidad entre las comunidades autónomas y, hasta hace foco, en el propio municipio, la ciudad ha retomado la mayor parte de la actividad, en lo relativo al ámbito académico, social, educativo y laboral. A día de hoy, todos los sectores se encuentran en marcha, si bien es cierto que diversas empresas han implantado ya el teletrabajo como modelo.

La tendencia reciente apunta a una progresión gradual, por encima de los 8,2 millones de usuarios que marcó en 2020, pero que difícilmente alcanzará los 16,2 millones de usuarios que rebasó en 2019, cuando estableció un nuevo récord. El Ayuntamiento, de hecho, aún mantiene suspendidos los gautxoris (buses nocturnos) desde el primer estado de alarma, de marzo de 2020. El servicio no se reanudará al menos hasta el retraso o la desaparición del toque de queda, marcado ahora a las 22.00 horas.

El punto de inflexión fijado por el Gabinete Urtaran (además de doblegar el Covid-19) es la puesta en marcha del Bus Eléctrico Inteligente (BEI), aunque sus efectos en el presente año serán muy reducidos. La última previsión para la entrada en servicio del BEI es el próximo otoño, que concluye el 21 de diciembre. La infraestructura, cuya obra se encuentra avanzada sobre el trazado, depende de la construcción de la unidad funcional de carga, que se instalará en las cocheras. Sin ese equipamiento, el bus eléctrico no cuenta con autonomía suficiente para dar servicio a toda la ciudad.

El BEI, que operará en la línea 2 (Periférica), está llamado a aumentar el número de usuarios del recorrido que ya es el más demandado de Tuvisa. El servicio desdoblado (tiene rutas A y B) contabilizó en febrero poco más de 164.000 viajeros, lejos de los 287.000 que rozó en el mismo periodo del pasado año. Ese registro se presentaba como el 'suelo' del nuevo autobús, que tendría que ser superado poco después de entrar en servicio. A día de hoy, sin embargo, el Ayuntamiento lo sitúa como un «reclamo» para recuperar viajeros.

El descenso, no obstante, es proporcional en todas las líneas, a excepción de la 8. El recorrido de la Universidad fue el único que se desplomó más de un 50% en los últimos doce meses, al caer de casi 62.000 viajeros en febrero de 2020 a menos de 28.000 en el segundo mes de 2021. Más allá de la comparativa directa, el parón académico y las cases semipresenciales se vieron reflejados también en el balance anual de Tuvisa. La pérdida de viajeros agudiza aún más la sensible realidad económica que atraviesa la sociedad pública, que requiere de una inyección extra de 15 millones de euros desde las arcas municipales.