Los padres que pegaron en Vitoria a su hijo por ser gay evitan la cárcel

El caso, desvelado en su momento por EL CORREO, acabó con los progenitores detenidos. «Le preferimos muerto», aseguraron a los patrulleros de la Ertzaintza que auxiliaron al chaval. Más tarde, ambos ratificaron su pretensión en el juzgado de guardia, que inmediatamente les retiró la custodia. También les prohibieron acercarse o comunicarse con su hijo durante diez meses, hasta finales de mayo del año pasado.

Con el paso de los días, el eco de esa agresión homófoba –que tuvo lugar el 8 de julio de 2019 y adquirió repercusión nacional– cayó en el olvido. No así la rueda de la Justicia, lenta pero inflexible. Los padres, de origen pakistaní como el agredido, acabaron en la bancada de los acusados. Según ha sabido en exclusiva este periódico, aceptaron un pacto para eludir cualquier posibilidad de ingreso en la prisión provincial de Álava.

Aparte de asumir su responsabilidad en los hechos, también consignaron mil euros a modo de compensación para su vástago, que el pasado otoño alcanzó la mayoría de edad. De esta forma, el Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria les condenó por un delito de maltrato, a él, y de amenazas, a ella.

El progenitor, de 50 años, «le golpeó con un palo o una barra en el brazo derecho». El chico necesitó ocho días para curar sus heridas. Como consecuencia de ese ataque, este vecino de Vitoria no podrá comunicarse ni acercarse a su hijo «a menos de 200 metros» durante seis meses. Le esperan asimismo sesenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad. Idéntico castigo ha aceptado la madre, de 40 años, quien llegó a ponerle un cuchillo en el cuello a modo de advertencia. Las costas del proceso legal también correrán de cuenta de esta pareja.

A consecuencia de aquellas agresiones y amenazas, la víctima «presentó consecuencias psicológicas consistentes en afecto depresivo», reza el fallo judicial, rubricado por la magistrada Isabel María Díez-Pardo.

En su momento, lo que más sorprendió a los investigadores es que los padres «no eran unos recién llegados que desconocieran nuestros valores». El progenitor aterrizó en Vitoria en la primavera de 2005. Cuentan con cuatro hijos y la víctima es el mayor.

Según la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), Pakistán es uno de los estados «más represivos» con la homosexualidad. Curiosamente, «la mayor amenaza» procede de las propias familias de los afectados, que actúan violentamente «para preservar su honor».