Txagorritxu incorpora un acelerador de última generación para radioterapia
La obra del nuevo búnker obliga a que algunos pacientes oncológicos tengan que desplazarse a Donostia para recibir tratamiento al menos hasta julio
Cada año se diagnostican en Álava cerca de 2.000 tumores. Su tratamiento se aborda con cirugía, quimioterapia o radioterapia o una combinación de todas ellas. La radioterapia apunta sólo a la zona del cuerpo afectada por el tumor. En la provincia, un 40% de los pacientes oncológicos sabe ya qué es ser alcanzado por los rayos que dispara un acelerador lineal. El equipo de oncología radioterápica del HUA Txagorritxu trata cada año a más de 700 de estos pacientes con ayuda de los dos aceleradores con los que cuenta el búnker instalado junto a las Urgencias. Se encienden unas 15.000 veces al año y uno de ellos acaba de llegar al final de su vida útil. Se jubila en diciembre para dar paso a un equipo de última generación, más veloz, preciso y seguro. Se trata de uno de los cinco aceleradores lineales que la Fundación Amancio Ortega ha donado a la red hospitalaria pública vasca y que es idéntico a los que ya se han instalado en Donostia y Cruces. Cuesta nada menos que 2,8 millones de euros.
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Antes de que empiece a funcionar son necesarias una serie de complejas obras para adecuar a su tamaño y capacidades tecnológicas todo el búnker que protege a pacientes y personal sanitario de la radiación y el resto de instalaciones. Esto repercutirá en los alaveses en tratamiento, según admitieron ayer portavoces de la OSI Araba, organización que integra todos los centros de salud y los dos hospitales de Vitoria. Desde diciembre y al menos hasta julio, algunos de estos pacientes, los que se hallen en situación estable, serán derivados al Oncológico de Donostia para continuar su tratamiento. Su traslado se realizará en ambulancias de transporte colectivo.
Los radio-oncólogos intentarán reducir al máximo la lista de desplazados. Para ello prevén que el otro equipo en funcionamiento en lugar de hacer dos turnos, haga tres. Quienes a pesar de este incremento de horas no puedan acceder a la sesión serán derivados, «siempre de acuerdo con un protocolo». «Un grupo de coordinación se encargará del seguimiento del circuito de derivación para asegurar tanto la calidad de la asistencia como de los traslados al Onkologikoa», puntualizaron los mismos medios. Voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) acompañarán a los pacientes cuando sea necesario.
El nuevo acelerador lineal permitirá tratar tumores y tejidos en movimiento con una altísima precisión, lo que aumentará la seguridad del paciente y reducirá los efectos secundarios. No sólo ganarán con el cambio los enfermos, si no también los profesionales, ya que la herramienta les permitirá abordar nuevas terapias. Por ejemplo, en personas con un tumor muy localizado o que presenten oligometástasis -cuando las células cancerosas del tumor original se desplazan por el cuerpo y forman un número pequeño de tumores nuevos- estos aparatos han demostrado altos índices de control local con mínima morbilidad, señalan en el comunicado de la OSI Araba.
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