La oposición muestra su preocupación por la auditoría interna y el PP pide la dimisión de la diputada

Iñaki Ullibarri, juntero de EH Bildu, hizo este viernes suyas la mayoría de las demandas que la junta de personal (el comité de empresa de la función pública) remitió cuatro después de que trascendiera esa auditoría que pone en entredicho la actual estructura de la Diputación y cómo nadie consultó a este respecto con los sindicatos durante su redacción. «En la relación con la junta de personal tienen un amplísimo margen de mejora. Si toda esta revolución tienen que consensuarla con las centrales, pues empezamos mal cuando ellos denuncian continuamente que no se les pasa cierta información o no se contrasta con ellos», lamentó.

Porque el dirigente de EH Bildu en ningún momento quiso poner en duda la labor de los funcionarios, sino que centró sus críticas en quienes se han ocupado de gestionarlo desde los despachos durante las últimas décadas y cómo se va a tratar de enmendarlo. «Si como dice la diputada este asunto va a trascender de esta legislatura, además de consenso sindical necesitarán uno de carácter político. Es fundamental que ustedes hablen con la oposición, con los partidos políticos que consideren oportuno o con los que les caigan mejor, para saber hacia dónde quieren caminar a partir de ahora», criticó el dirigente abertzale.

Lo que quedó clarísimo tras escuchar a Iñaki Ullibarri es que la comparecencia de este viernes de Cristina González no será la última vez que se interesen a este respecto en las Juntas Generales. «Haremos preguntas por escrito o por comisión porque tenemos claro que aún hay muchas, muchas cosas de las que hay que seguir hablando» en este proceso, remató.

El partido más beligerante con la comparecencia de Cristina González fue indudablemente el PP. La juntera Elisabeth Ochoa de Eribe incluso llegó a solicitar la dimisión de la primera teniente de diputado general por no haber abordado la reestructuración de la plantilla foral hasta el noveno año de su mandato. «Dista mucho de ser un aprobado, es un suspenso y usted es la responsable última de ellos», le reprochó.

En opinión de la procuradora conservadora, las conclusiones de esta contundente auditoría son «gravísimas» y no se puede actuar con esa «autocomplacencia» que ellos observaron por parte de la 'número dos' del ejecutivo foral. «Los servicios de la Diputación van a peor. Los retrasos para las devoluciones por parte de Hacienda son cada vez mayores y el Tribunal Vasco de Cuentas nos dice que estamos a la cola de la digitalización en los distintos procedimientos», incidió Ochoa de Eribe.

«La comparecencia de hoy ahonda y confirma la falta de liderazgo, no se ha escuchado ni una propuesta de Cristina González, sólo ha expuesto una hoja de ruta diseñada por una consultora previo pago. Una prueba más de la falta de liderazgo, de falta de impulso político, no da plazos ni fechas, pasando otra legislatura en blanco», reprochó la representante del PP en el legislativo foral.

«Esta demoledora auditoría es la confirmación del fracaso en la gestión del PNV y PSE, como hemos denunciado en los últimos años. Han generado una estructura ineficiente que perjudica a los alaveses», subrayó Ochoa de Oribe.

David Rodríguez, portavoz de Elkarrekin en la Cámara alavesa, valoró de «forma positiva» que el Gobierno foral se plantee «a largo plazo» mejorar su estructura. «Pero estamos muy preocupados porque este informe manifiesta con absoluta claridad la preocupante situación en la que vive la Diputación. Aquí no valen lecturas amables y menos cuando llevan tanto años gobernando», añadió en comisión.

«Si la estructura organizativa está manga por hombro, esto afecta indudablemente a la calidad del servicio que se presta», denunció el juntero del grupo morado, quien sobre todo centró su intervención en la ausencia de un organigrama funcional actualizado que deje clara la jerarquía y la rendición de cuentas o la falta de suficientes herramientas digitales. «Estamos obligando a toda la ciudadanía a someterse a una administración electrónica, con las dificultades que eso supone para mucha gente, y ahora descubrimos que la Administración foral se ha quedado atrás. ¿Eso cómo se puede explicar?», criticó David Rodríguez tras analizar la contundente auditoría.