Es sabido que los estados utilizan todas las herramientas a su alcance para construir su relato. Israel, con su política de apartheid y ocupación, no ... es una excepción. Hay decisiones que no admiten matices. Permitir que el Maccabi Tel Aviv de baloncesto juegue en Vitoria-Gasteiz no es solo abrir la puerta a la violencia de su afición radical, sino también blanquear, desde el deporte, un genocidio en curso. Y Euskadi no puede ser cómplice.
En los últimos meses hemos sido testigos de graves incidentes protagonizados por grupos extremistas vinculados a equipos deportivos israelíes. El caso más reciente, ocurrido en Ámsterdam el pasado noviembre, dejó un saldo devastador de cinco personas hospitalizadas, treinta heridos y más de sesenta detenciones tras episodios de violencia indiscriminada y apología explícita del genocidio. Actos tan indignantes como burlarse de la muerte de miles de niñas y niños palestinos asesinados son absolutamente inaceptables en cualquier sociedad que defienda los derechos humanos.
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Maite Gartia
Coordinadora adjunta de Podemos Euskadi
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David Rodríguez
Portavoz de Elkarrekin Podemos IU en las Juntas Generales de Araba
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Alberto Villarreal
Militante de Podemos y miembro de la plataforma Al Ahli Arab taldea - Sanitarios contra el genocidio
No podemos ignorar que Israel utiliza el deporte como instrumento propagandístico para blanquear sus políticas coloniales y criminales. Al permitir que el Maccabi de Tel Aviv participe en competiciones internacionales como la Euroliga de baloncesto, estamos contribuyendo de manera indirecta a ese lavado de imagen. Según cifras oficiales, más de 50.000 personas han sido asesinadas en Gaza y Cisjordania, pero con la destrucción del sistema de salud y la restricción a la entrada de ayuda humanitaria el número de palestinos muertos ascendería a 200.000 de acuerdo a los estudios publicados por la revista científica Lancet, como resultado de una violencia estatal desproporcionada y planificada que busca la eliminación sistemática de los palestinos.
Israel ha cruzado todas las líneas rojas, no ha querido hacer distinciones entre combatientes, civiles, menores, periodistas y personal sanitario. Ha utilizado el hambre y la salud como arma de guerra, algo que el derecho internacional humanitario prohíbe. Es evidente que Israel ha cometido crímenes de guerra y actos de genocidio. Ante estas cifras, mirar hacia otro lado o actuar como si nada estuviera ocurriendo es un acto de complicidad moral.
Desde Podemos creemos firmemente que la única respuesta ética ante esta situación es romper todas las relaciones internacionales con Israel, ya sean económicas, diplomáticas, culturales o deportivas. El deporte, que debería ser un espacio de encuentro y respeto, no puede ser utilizado para legitimar la opresión y el genocidio. La suspensión de este partido no es solo una cuestión de seguridad, sino de dignidad. Deberíamos recordar que el deporte tiene una dimensión ética que no puede separarse de los principios que defendemos como sociedad. La violencia, la opresión y el genocidio no pueden encontrar un escaparate en nuestras canchas de baloncesto y estadios deportivos.
Ha quedado demostrado que la mayoría de la sociedad vasca repudia el genocidio contra Palestina. La calle ha hablado. Existe un clamor social y las instituciones no pueden mirar hacia otro lado. La inacción es sinónimo de impunidad.
En este sentido, hemos presentado una moción urgente en las Juntas Generales de Araba para instar al Baskonia a promover la suspensión del partido. Igualmente, el coordinador general de Podemos Euskadi, Richar Vaquero, ha remitido una carta a la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Garmendia, para pedirle que dé los pasos necesarios para suspender el encuentro y se adopten todas las medidas necesarias para garantizar que Euskadi siga siendo un referente en la defensa de los derechos humanos. El genocidio que está cometiendo Israel nos interpela como sociedad comprometida con la justicia y los derechos humanos, exigiendo que desde todos los ámbitos se rechace cualquier acto que pueda normalizar estas atrocidades. Por dignidad y por la defensa de los valores fundamentales.
Por todo ello, reiteramos nuestra exigencia de que el partido entre el Baskonia y el Maccabi Tel Aviv sea suspendido de inmediato. Hacemos un llamamiento a las instituciones vascas, a las organizaciones deportivas y a la ciudadanía para que no permitan que Euskadi sea escenario de un espectáculo que, más allá de lo deportivo, representa una normalización del horror.
Euskadi ha sido históricamente un referente en la lucha por los derechos humanos y la justicia social. No debemos permitir que ese legado se empañe ahora. Es nuestra responsabilidad colectiva enviar un mensaje claro: aquí no hay espacio para quienes justifican el genocidio ni para quienes intentan normalizarlo. No en nuestro nombre.
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