Las cocheras de Tuvisa tendrán capacidad para 34 buses eléctricos en septiembre
La segunda fase de las instalaciones concluirá tras el verano y permitirá electrificar la línea Lakua-Mariturri, pendiente de la compra de los vehículos
Las cocheras de Tuvisa aumentarán su capacidad para albergar y recargar autobuses eléctricos tras el verano. Con la finalización de la segunda fase de la obra, las instalaciones de la empresa municipal de transportes podrán acoger un total de 42 autobuses, de los que 34 contarán con puntos de carga lenta. En concreto, la nueva infraestructura de la Avenida del Zadorra aportará 20 puntos de carga en sus 22 dársenas. De esta forma, la ampliación permitirá crear líneas eléctricas al margen del Bus Eléctrico Inteligente (BEI), que ocupa casi la totalidad de las plazas para vehículos eléctricos que existen en la actualidad (son trece unidades y existen 14 enchufes de recarga).
La sociedad pública que gestiona los urbanos de Vitoria, por lo tanto, ya podrá poner en marcha la electrificación de la línea 4 (Lakua-Mariturri), que ya figura en sus planes a medio plazo. En concreto, sus previsiones marcaban que las primeras unidades eléctricas llegarían a lo largo de este mismo año, mientras que todos los vehículos de ese servicio, el tercero más utilizado por los viajeros, serían de cero emisiones para 2024.
Segunda línea sin emisiones
El Consistorio tiene pendiente la adquisición de una veintena de buses eléctricos durante los próximos años. Sin embargo, los diez primeros deberán adquirirse «durante los cien primeros días» del gobierno municipal, después de que lo exigiera el PP para facilitar el nombramiento del nuevo presidente de Tuvisa, Iñaki Gurtubai. Se trata de una de las principales condiciones que puso la formación popular, junto con la «auditoría económica» para conocer «el coste real» del BEI.
El plan del Consistorio para la línea 4 pasa por introducir los vehículos eléctricos de forma gradual hasta hacer el servicio 100% eléctrico el próximo año. El paso más relevante de los últimos meses se produjo este mismo mes, cuando incorporó un autobús articulado de Barcelona cedido por Irizar para realizar las primeras pruebas en el recorrido. El test buscaba analizar la capacidad que tenía el vehículo para cubrir el servicio, su autonomía y su adaptación al recorrido.
La segunda fase de las cocheras, la que estará operativa tras el verano, cerrará así algo más de un año de obras (13 meses en total) con un sobrecoste significativo por la revisión de los contratos ya firmados que permite la ley desde el pasado año. En concreto, la segunda fase ha costado cerca de 5,8 millones de euros, una cifra muy superior a los 3,5 millones de euros que se presupuestaron de manera inicial y que obtuvieron un amplio respaldo de los fondos europeos. Primero, el Ayuntamiento tuvo que aumentar el precio de la licitación (hasta los 6 millones de euros, ya sin más fondos comunitarios) por el incremento de los materiales y la crisis de los suministros. Y a pesar de que en un primer momento la empresa adjudicataria (Yárritu) había rebajado esa cantidad en el concurso, solicitó después una revisión de casi 400.000 euros, que el Consistorio le concedió. De esta forma, el coste conjunto con la primera fase ronda los 10 millones de euros.
Traslado de Aguirrelanda
«Es una obra muy importante que nos permitirá seguir adelante con la electrificación total de la flota de autobuses, además de modernizar las instalaciones y hacerlas más cómodas y accesibles», destacó el presidente de Tuvisa, Iñaki Gurtubai, quien ayer visitó las instalaciones junto con la concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal (PNV).
El plan del Consistorio pasa por dar un tercer paso, que le permitiría instalarse por completo en las instalaciones de la Avenida del Zadorra y abandonar las cocheras de Aguirrelanda, aunque todavía debe definir el proyecto y resolver su financiación.