Dos pequeños se entretienen en la zona de juegos de la plaza de Santa Bárbara. JESÚS ANDRADE

«Los niños tienen que jugar entre ellos en el parque»

Padres y abuelos intentan cumplir las recomendaciones de la consejera de Salud en los parques de Vitoria, pero también las critican

Judith Romero

Miércoles, 26 de agosto 2020

Evitar que los niños «se relacionen entre ellos» en piscinas, playas y parques y crear «pequeños grupos de relación» ayudarían a «no dar opción al ... virus a alcanzar nuevos grupos». Así lo recomienda la consejera de Salud Nekane Murga, pero en los parques de Vitoria estos días se vive una situación muy diferente. Mientras algunos padres mantienen las mismas cautelas que a finales de abril, cuando los niños comenzaron a reconquistar la calle tras el confinamiento, otros progenitores y abuelos se muestran abiertos a que sus hijos o nietos interactúen con los demás. Y no solo eso. Lo creen absolutamente necesario.

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«Me preocupa la vuelta al colegio dentro de unos días. Me he estado tomando muy en serio que Naia y Haizea no se relacionen con otros niños y ahora van a volver a estar juntos en clase igual», confesaba Ainhoa mientras sus gemelas, de 6 años, se hacían fotos con el solicitado cocodrilo de los Jardines del Obispo Fernández de Piérola. Este verano, las pequeñas han disfrutado de alternativas menos masificadas como la montaña y jugado con sus primos. «En la playa es más difícil que tengan autocontrol y no jueguen con otros», señala su ama, quien reconoce que, aunque han estado de vacaciones en la costa, tampoco las han desarrollado con normalidad. «No hemos ido de terrazas, estamos llevando una vida un poco más aislada. Esto va para largo», razona.

Por otra parte, niños como Olivia y Alain, de tres años, ya disfrutan de algunas sesiones de juegos en el parque. No se conocían de antes, pero este miércoles le pegaron una buena paliza al balancín de la plaza Santa Bárbara. «Olivia se reencontró con unos pocos niños de su clase el otro día. Evitamos grandes reuniones, pero tampoco podemos privarles de la infancia impidiendo que jueguen en el parque», plantean sus aitas Estíbaliz y Jon. Ambos son muy insistentes para que la pequeña se lave las manos tras cada sesión de juegos y han vivido el coronavirus de cerca en la familia, pero se han dado por vencidos con el uso de la mascarilla. «No quiere ponerse ni la de Peppa Pig», suspiran.

«Mis nietos se están volviendo egoístas y caprichosos porque no conviven con otros, tienen que relacionarse»

Ester bataikua, abuela

«Me he estado tomando en serio que no se relacionen con otros niños y ahora van a estar todos juntos en clase igual»

ainhoa, madre de naia y haizea

Familias como la de Joaquín tendrán en casa varias «burbujas sociales». Con cuatro hijos de distintas edades la incertidumbre se multiplica. «Vivimos en Hendaia y estamos en Vitoria por motivos de trabajo, pero tenemos las mismas dudas respecto a la vuelta al cole. ¿Qué pasará cuando vayamos a buscar a los niños? Nos juntaremos muchos padres y abuelos», plantea el aita de Gabriela, Celia, Rodrigo y Mateo, de 12, 8, 5 y 1 año, respectivamente. «Tengo ganas de volver a ver a mis amigos», reconoce la mayor. Begoña García de Albéniz, que este miércoles paseaba a su nieto Ekaitz alrededor del kiosko de la Florida, define la situación como «triste». «Todavía es pequeño y no busca tanto la interacción con otros. Tiene 2 años, pero me preocupa que vuelva a la haurreskola. A lo mejor tengo que pasar menos tiempo con él para protegernos a mí y a mi marido, que tiene 70 años y está un poco pachucho», señala esta abuela de 67.

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La pequeña Naia correteaba sin soltar su chupete. Su abuela, Ester Bataikua, afirma que los efectos del distanciamiento social ya se dejan notar entre sus siete nietos. «Para los niños, a ciertas edades, socializar es más importante que las propias matemáticas. Desde la pandemia mis nietos se están volviendo más egoístas y caprichosos porque no conviven con los demás».

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