Naipes Fournier cumple 150 años con presencia en más de 70 países
La histórica firma alavesa acaba de incorporarse al grupo Cartamundi, líder mundial en juegos de cartas y mesa. Desde Legutiano salen cada año 9 millones de barajas
El galardón de Capital Verde Europea, la catedral de Santa María que inspiró al escritor Ken Follett o los éxitos deportivos de Martín Fiz, Almudena ... Cid o Juanito Oiarzabal han dado notoriedad a Vitoria a miles y miles de kilómetros. Pero si algo representa a la capital alavesa en el mundo quizá sea el as de oros en la baraja española. Y la matriz de esa carta cumple 150 años, los que tiene de trayectoria la firma Naipes Fournier, fundada en 1870 por Heraclio Fournier en un pequeño taller de impresión en los bajos de la plaza de España. Un siglo y medio después, la compañía que tiene en Legutiano una plantilla de 60 trabajadores inicia una nueva etapa, ahora dentro del grupo belga Cartamundi, líder mundial en juegos de mesa y que además de producir barajas coleccionables también elabora el Monopoly o el Trivial.
«Vamos a aumentar nuestro potencial y crear sinergias», reconoce Diego Ruiz de Gauna, director de marketing, que cifra en nueve millones el número de barajas que salen anualmente de Álava a más de 70 países de todo el mundo. Los casinos de Europa, Sudamérica, África y Oriente Medio son los principales clientes de Naipes Fournier, que factura alrededor de 18 millones de euros.
Cada una de las cartas «pasa por un minucioso control de calidad y cualquier defecto puede marcar el naipe y poner en riesgo el principio del juego limpio», señala. La materia prima que emplean en Legutiano es un papel de dos capas, exclusivo para las barajas, «con una cola negra opaca para que no se transparente y que se conserva en unas condiciones de temperatura y humedad controladas». La impresión debe ser «perfecta en cuanto a limpieza, color y tintas», antes de pasar por el barnizado. «Es lo que otorga al naipe el deslizamiento y la durabilidad», detalla Ruiz de Gauna.
Traslado a Manuel Iradier
Naipes Fournier llegó a ser tan influyente a principios del siglo XX que el recorrido del ferrocarril en Vitoria se desvió por la calle Manuel Iradier -a donde se había trasladado de su primera sede en la plaza de España- para dar soporte a la fábrica. Félix Alfaro, nieto de Heraclio Fournier, cogió el timón de la empresa en 1916 y le dio un notable impulso, consiguiendo que cada palo y cada carta de la baraja española se convirtiese en marca registrada.
En las exposiciones universales de París (1889) o Barcelona (1929), la baraja alavesa recibió premios de diseño por su calidad y originalidad. Y hoy en día sigue siendo la preferida entre los jugadores profesionales. Además, el renovado interés en la magia de las cartas o el auge del segmento de las barajas especializadas y personalizadas ofrecen un potencial de crecimiento al grupo del que forma parte la histórica compañía alavesa. Cartamundi tiene 2.500 trabajadores y 13 plantas de fabricación en Estados Unidos, Brasil, Japón, India, Bélgica, Reino Unido, Irlanda, Polonia, Alemania, Francia y la de Legutiano. En el mundo se abre una baraja de Fournier cada segundo y medio, y muchas de ellas con el nombre de Vitoria. Desde hace ya 150 años.
Los datos
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Historia. En el año 1870 Heraclio Fournier funda un pequeño taller de impresión en los bajos de la plaza de España. Incorpora las últimas técnicas de impresión y amplía su negocio en la calle Manuel Iradier. En 1877 solicitó al profesor de la Escuela de Artes y Oficios Emilio Soubrier y al pintor Ignacio Díaz de Olano el diseño de una baraja de cartas.
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Presente. Naipes Fournier forma parte del grupo belga Cartamundi. 60 personas trabajan en la planta de Legutiano, de donde salen cada año nueve millones de barajas que llegan a 70 países del mundo. Factura 18 millones de euros.
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