El mojón número 36 del campanil de Vitoria
El hito recuperado hace semanas entre escombros junto al río Batán se añadió en 1868 a la mojonera que delimitaba la ciudad de los pueblos circundantes
Hay ojos para todo, hasta para reparar en un mojón tirado en una calle vitoriana. La de un pedrusco puesto en vertical en el campo ... para delimitar terrenos que en su caso estaba tumbado entre maleza y otros restos arrastrados en tareas de limpieza hasta una improvisada escombrera en la margen derecha del río Batán. Una vecina de Mendizabala lo vio entre el matorral junto al viejo puente de Salvatierrabide y transcurrido un tiempo comprobó que seguía ahí, pero ya tapado por desechos, como si pretendieran ocultarlo, hasta que decidió dar la voz de alarma. Reclamaba para el mazacote una segunda vida. Pero con el paso de las semanas, la erosionada demarcación grisácea desapareció y nada más se supo.
Hace unos días, sin embargo, la Agencia Vasca del Agua (URA) dio cuenta del final del adecentamiento del cauce, también llamado río Avendaño, cuyo modesto curso fluvial ha provocado a veces inundaciones en el sur de la ciudad, por donde también discurren otros riachuelos que bajan de los Montes de Vitoria. En la misma nota, el organismo vasco que cuida de las aguas anunció la aparición del mojón y su entrega al Ayuntamiento para que lo repongan donde corresponda.
Como se puede comprobar en la fotografía superior, el hito rescatado del olvido dejaba ver una inscripción en una de sus caras:'Arechavaleta-Gardélegui'. Una pista formidable para otro vitoriano observador, Javier Corcuera, que pronto reparó que le resultaba familiar, que debía de ser el que estaba de siempre entre El Batán y la tapia del edificio de Osakidetza. Incluso, sin verlo en persona, se aventuró a asegurar que en otro de sus lados llevaba por número el 36 e inscrita la leyenda 'término campanil de Vitoria'. Con semejantes aseveraciones y para cerrar el círculo de la 'investigación', bastaba con acudir al plano de Vitoria que elaboró el topógrafo Dionisio Casañal por encargo del Ayuntamiento. En efecto, en ese documento de 1888 que luego resultó esencial para el desarrollo urbanístico de la ciudad, hoy conservado en el Archivo Municipal, figura un mojón con esa numeración fijado prácticamente en el mismo lugar donde apareció tirado.
Es uno de los 54 que delimitaban el antiguo campanil de Vitoria, la divisoria entre la ciudad y los diez pueblos de sus alrededores (Arriaga, Betoño, Elorriaga, Arcaya, Mendiola, Arechavaleta, Gardélegui, Lasarte, Armentia y Ali). Los límites de una superficie de 1.177 hectáreas y 50 áreas se fijaron hace siglos para separar los terrenos de unos y otros y servir de referencia por si surguían pleitos territoriales entre la pequeña ciudad y las aldeas circundantes. Documentos del XIV ya recogen la existencia de este amojonamiento a modo de irregular cinturón que partía desde la ermita de San Juan de Arriaga y volvía al mismo punto siguiendo el sentido de las agujas del reloj.
Más dudas existen sobre la procedencia del término campanil. Algunos estudiosos locales indican que la mojonera, en un principio constituida por 48 marcas, recibió ese nombre atendiendo a los lugares desde los que se oían las campanas de las iglesias vitorianas. Otros rechazan que la demarcación se estableciera según los puntos de escucha de algo tan cambiante y volatil como un tañido y consideran que se trata más bien de un vocablo alavés sinónimo de campo.
Revisiones
El 26 de abril de 1867 se realizó una visita a los mojones campaniles de Vitoria del que partió un informe que advertía de la necesidad de colocar uno nuevo «sobre la orilla derecha de una acequia por donde bajan las aguas de los términos que se hallan al mediodía del camino de la Zumaquera», hoy Salvatierrabide. Y así se hizo, así se puso el indicado con el número 36. Al año siguiente (1868), a finales de octubre, otra inspección municipal revisó la renovada 'frontera' y recogió por escrito el lugar del nuevo hito:«Desde el mojón n.º 35 que está enfrente del camino de la Zumaquera se atraviesa el Camino Real de Logroño (la carretera del puerto Vitoria) y siguiendo por dicho camino de La Zumaquera hasta el puente del río que baja de Lasarte se miden 870 metros, colocándose el señalado con el 36, que divide el campanil de la ciudad con los pueblos de Arechavaleta y Gardélegui, esto supuesto de que el camino de la Zumaquera divide el campanil».
Se sabe, pues, que la piedra encontrada en El Batán tiene 157 años, toda una reliquia urbana que merece conservarse, como ya lo hizo el Ayuntamiento con el mojón 12 –en su día, en Betoño–, hoy repuesto en el paseo de Estrasburgo, en el barrio de Salburua.
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