Un millar de alaveses se ven obligados a parar la rehabilitación de sus casas al agotarse las ayudas
Los administradores de fincas y el colegio de arquitectos reprochan a Lakua que «incentivase» a las comunidades a dar el paso y luego «haya pinchado la burbuja»
Continuar con las obras y tener que rascarse mucho más el bolsillo o frenar en seco todo el proyecto por su elevado coste y despedirse ... de una rehabilitación que iba a hacer sus viviendas más eficientes energéticamente. Esa es la encrucijada en la que se encuentran más de un millar de vecinos de Álava después de que se hayan encontrado cerradas las puertas para acceder a las ayudas europeas -abarataría en hasta un 66% la obra- de los fondos Next Generation. Así lo anunció recientemente el Gobierno vasco, cuando dio cuenta de que se habían «alcanzado los objetivos» para apoyar proyectos que busquen blindar los hogares y hacerlo más 'verdes' medioambientalmente.
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Dicho de forma más clara: no hay más dinero en la hucha. Los 130 millones de euros del presupuesto irán a parar a 15.600 viviendas que ya tienen el visto bueno o están a punto de recibirlo. Todas esas, y ya. Porque de momento no hay liquidez para apoyar más proyectos. Una noticia que ha pillado a muchas otras comunidades, que aún no habían enviado la solicitud, a contrapié, a punto de emprenderse en la aventura o, directamente, con las máquinas en plena faena. Censuran que la noticia les llegó «de la noche a la mañana». Habían aprobado embarcarse en un «colosal» proyecto que ahora se queda estancado, 'sine die'.
15.600
viviendas obtienen o están a las puertas de recibir por parte del Gobierno vasco el visto bueno que les garantiza las ayudas una vez terminen las obras de rehabilitación.
Desde el Colegio de Administradores de Fincas de Gipuzkoa y Álava (CAFGUIAL) han reaccionado a la noticia mostrando su «descontento». En el sector destacan que el programa se presentó como una «gran oportunidad» para acorazar las viviendas en un contexto en el que el gasto energético sigue en escalada. El objetivo no es otro que optimizar los hogares catalogados con etiquetas E, F o G -las más bajas- para evitar que el calor se escape y haga falta un mayor gasto energético, lo que se refleja también en la factura. Pero esas aspiraciones se alejan.
Por poner cifras. Según la encuesta que manejan, se han cerrado las puertas a un centenar de comunidades alavesas y gipuzcoanas. Eso se traduce en 3.309 viviendas, de las cuales la mitad podrían hallarse en territorio alavés. En ese sentido, reprochan que se les haya animado a impulsar proyectos de rehabilitación «hasta hoy mismo», en referencia a la fecha en la que el viceconsejero de Vivienda, Pedro Jauregui, anunció que no había más dinero. «No se puede hacer una campaña de barra libre de ayudas y, cuando la ciudadanía responde, pinchas la burbuja».
En orden de llegada
Mismo sentir comparte el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro. «La paralización ha causado una gran sorpresa por lo inesperado. Pasamos a una fase de incertidumbre», apuntan, tras celebrar una reunión en la que se abordó precisamente este punto. «Se ha incentivado de manera recurrente iniciar procesos de rehabilitación bajo el impulso de estas ayudas». Y añaden, con conocimiento de causa, que «hay proyectos iniciados que no han podido formalizar la solicitud por este cierre tan inmediato». ¿En qué se traduce esto? En pérdidas. «Muchos arquitectos habían iniciado proyectos que probablemente no se vayan a ejecutar».
Ante el malestar generado, el Gobierno vasco salió a dar explicaciones de lo ocurrido. «La orden que regula la convocatoria de los fondos 'next', de junio de 2022, dice en su artículo 5 que las solicitudes se irán resolviendo por riguroso orden de entrada hasta que se agoten los fondos. Y los fondos están ya agotados de cumplirse el ritmo de estimación, que ahora mismo es del orden del 90% de lo que se nos ha solicitado», apunta Pedro Jauregui, viceconsejero de Vivienda.
«La orden que regula los fondos 'Next' dice que las solicitudes se resuelven en orden de entrada»
Gobierno vasco
«No se puede hacer una campaña de barra libre y pinchas el globo cuando la ciudadanía responde»
Administradores de fincas
«Muchos arquitectos habían iniciado proyectos que probablemente no se vayan a ejecutar»
Colegio de arquitectos
Pero entonces, surge la siguiente pregunta: ¿por qué no se avisó de que estaban a punto de agotarse? Jauregui defiende que esa decisión podría haber provocado un aluvión que hubiese «colapsado» los sistemas de tramitación y se podrían «haber superado los objetivos y no tener presupuesto». De manera que se avisó el lunes, el mismo día de la rueda de prensa en la que se dio cuenta de 4.424 viviendas han recibido luz verde. A esas se suman otras 10.600 que están a la espera de su aceptación, pero teniendo en cuenta la experiencia consideran que «el 90% de los informes serán favorables».
Dinero de otras comunidades
No obstante, desde Lakua tratan de calmar las aguas y aseguran que todavía existen canales para tratar de dar respuesta a esas solicitudes pendientes. El mismo día que anunciaron que se cerraba el grifo, avanzaron que veían la posibilidad de seguir regando los proyectos con el dinero sobrante de otras comunidades autónomas. «Existe un compromiso adquirido entre el ministerio y las comunidades autónomas para repartir los fondos no consumidos entre las que sí lo han hecho como es el caso de Euskadi», explicó Jauregui. El resultado de esa captación de nuevos fondos se conocería en 2024.
«Si están seguros de que van a llegar más recursos, ¿por qué no se respeta la fecha de 30 de noviembre que figura en el decreto de ayudas?», cuestionan desde CAFGUIAL. Lakua responde asegurando que se trataba de una fecha referente en la que las comunidades autónomas deberían dar cuenta al Gobierno central de la situación en el que se encontraban. Pero para los administradores de fincas, «mientras no se habiliten las correspondientes partidas económicas, no hay fondos Next».
No obstante, desde el Ejecutivo vasco tratan de marcar distancias entre estas ayudas y otras líneas de subvenciones del Gobierno vasco. Remarcan que estas no se verán influidas, como por ejemplo las obras de accesibilidad, conservación, seguridad contra incendios o cambio de cubiertas.
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