Menchu Lamas refleja en el Artium su personalidad pictórica

Una de las pocas excepciones es 'O forzudo' (1985), que forma parte desde hace 33 años de los fondos propios del museo alavés de arte contemporáneo. La potencia de los colores saturados o la referencia de los ladrillos -que, con las figuras femeninas, la geometría, las sombras y los círculos o 'agujeros' forman parte de la iconografía de la autora gallega- están presentes ya en esta pieza, que recibe al visitante de la muestra.

No hay un recorrido prefijado, así que el visitante puede ir hacia la izquierda, a explorar los juegos de sombras, o girar hacia la derecha, para apreciar la serie de cariátides en sucesión y una gran pieza mural. Ésta, bautizada como 'Laboratorio de sombras' presenta trazos que remiten a la escritura cuneiforme, junto a otras creaciones en papel. En ambos casos hay un juego entre la forma y la sombra, la materia y el vacío.

El espectador también puede seguir adelante y meterse de lleno en la inmensa superficie de la obra que da título a la propuesta, Está integrada por numerosos cuadros independientes unidos en un 'puzle' con una configuración de gran pared doble, multicolor y envolvente.

La mirada social y política está presente en trabajos como 'Frontera', con muro y alambrada evidentes, mientras que la recientísima 'Alas de mariposa' -pintada a gran escala sobre la pared del Artium- marca con 'Membrana' -que saca los rabiosos pigmentos hacia una tercera dimensión- los momentos más inmediatos del trabajo de Lamas.

La atemporalidad de las propuestas se puede ver reflejada también en una pequeña sala, donde reinan el concepto y la sensación de lo acuático. Una especie de barca-ataúd o una suerte de sirena, con trazos de ondas blancas que los acompañan, construyen el conjunto donde la propia Lamas ve más claro el eco de su propia obra de los años 80.

Asimismo, en 'Círculo e cadrado' aparecen los peces y la luna. Este último elemento es una de las características que la autora ve como referencias de su pintura de hace tres décadas. Pero matiza que, aunque la crítica a veces ha relacionado la forma circular con el útero femenino, no es un vínculo buscado.

El conjunto es un universo personal y abierto a lecturas del público, que puede establecer con cierta facilidad los vículos entre las diversas piezas que exhiben formas o elementos similares en la caligrafía de la autora. Y es que Lamas consigue, con un lenguaje personal, implicar al espectador en un universo donde ella misma ha estado inmersa.

Pero no sólo por sus querencias, rasgos estilísticos o incluso obsesiones. También porque, como en 'Recorrido de la mirada', una extensa superfcie de color que no sólo ocupa la pared, sino incluso el suelo. Se trata de lienzos de más de cuatro metros cuadrados que le han permitido «pintar dentro del cuadro», de manera que las piezas se convierten en «espacios habitables».