El lujo de los Rothschild desembarca en Rioja Alavesa

La comarca, un destino turístico al alza sobre todo entre las regiones vitivinícolas pero castigado como todos por el Covid-19, gana atractivo en un momento de incertidumbres y suma estrellas –cuatro en este caso– y lujo de la mano de Edmond de Rothschild Heritage, la cadena de hoteles, restaurantes y bodegas que pertenece a la financiera francesa que lideran el matrimonio de Arianne y Benjamin. Esta prestigiosa marca, presente en Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Francia, ha desembarcado a lo grande en España y lo ha hecho por Rioja Alavesa.

Samaniego, un municipio de apenas 300 habitantes, ha sido el elegido por los Rothschild para asentarse y «ayudar al impulso de una magnífica zona vitivinícola de prestigio mundial que no tiene nada que envidiar a la Toscana italiana o a Napa Valley en California», confiesa el director del hotel, Guillermo Santos, que abre sus puertas a EL CORREO.

El edificio, un palacete del siglo XVIII conocido como la 'casa del cura' –fue el religioso Diego López de Samaniego quien ordenó su construcción, al parecer para dar cobijo a los peregrinos que hacían el Camino de Santiago–, se ha reconvertido en un exclusivo establecimiento del que se ha respetado la fachada y la estructura principal al ser un monumento de valor histórico pero cuyo interior se ha derribado casi por completo, salvo la escalera. Las obras han durado catorce meses y la inversión ha rondado los 4,5 millones de euros.

Se trata de la segunda propiedad de la familia Rothschild en Rioja Alavesa, donde aterrizó en junio de 2017 con la Bodega Macán, en alianza con Pablo Álvarez, dueño de Vega Sicilia. En uno sus viajes a la comarca vitivinícola en 2016 para cerrar acuerdos –adquirieron más de cien hectáreas de viñedo en setenta operaciones de compra–, la baronesa descubrió el anterior hotel Palacio Samaniego «y desde el primer momento dijo que le encantaba el edificio», cuenta Santos, aunque luego también ella quedaría gratamente sorprendida por la gilda que le servían en el bar.

Y cuatro meses después de inaugurar Macán, le surgió la oportunidad de comprar la casona del siglo XVIII a la Diputación mediante una subasta pública por 806.000 euros. Desde ese primer momento Arianne de Rothschild empezó a dar forma en su cabeza al lujoso hotel que quería poner en marcha para «aportar valor añadido al proyecto de la bodega y establecer unas sinergias de las que salir favorecidos ambos negocios y ponerlos al servicio de Rioja Alavesa».

El director del renovado Palacio de Samaniego asegura que ha sido la baronesa quien «ha decorado y validado personalmente cada detalle del hotel, dotándolo del buen gusto y calidad que le caracteriza» y también sin escatimar gastos. La propiedad ha querido conjugar en un mismo lugar «los valores que tanto aprecia: el alma de una casa familiar, el gusto por el arte y la autenticidad». Y el establecimiento representa «una apuesta por un nuevo concepto de lujo muy poco trabajado en Rioja Alavesa». Suma su oferta a las del hotel diseñado por Frank Gehry para Marqués de Riscal en Elciego, que este año ha culminado una ambiciosa ampliación pasando de 43 a 61 habitaciones, al Villa de Laguardia o al Viura de Villabuena.

Las nueve habitaciones del Palacio de Samaniego, siete suites y dos dobles, llevan nombres de variedades de uva, desde las más típicas en Rioja Alavesa como tempranillo, malvasía, viura o garnacha hasta otras desconocidas como syrah o bobal. Son estancias amplias de entre 28 y 43 metros cuadrados, salvo la mayor que tiene 55 y lleva incorporada cocina y la más pequeña, de 22 metros y abuhardillada; estas dos últimas se pueden conectar entre sí.

Los precios rondan entre 280 y 370 euros la noche. El hotel ya recibió a sus primeros clientes entre octubre –abrió el día 1– y principios de noviembre, hasta que la segunda ola de la pandemia comenzó a arreciar «y decidimos cerrar». Las circunstancias no acompañaban «y ya fue un ejercicio de heroicidad ponernos en marcha», considera Guillermo Santos.

Pero las primeras sensaciones fueron «muy positivas», tanto de huéspedes como de agencias, y la acogida entre la población de Rioja Alavesa que tuvo la oportunidad de acercarse a comer o a visitar el Palacio de Samaniego «fue magnífica». El hotel cuenta con el restaurante 'Tierra y Vino' que lidera el cocinero valenciano Pedro Vicente, formado en Boston en 'Le cordon bleu college of culinary arts' –una red de renombre mundial de instituciones dedicadas a la enseñanza culinaria– y que también ha trabajado con el chef francés Edouard Loubet, dos Estrellas Michelin.

«Tratamos de que esté presente en nuestra carta la influencia vasca, por supuesto, pero también francesa y el ADN de la casa Edmond de Rothschild Heritage», asegura el director. El restaurante cuenta con una capacidad interior para 44 personas en distintos salones y para otras 24 en la parte exterior, en una zona con calefactores.

Porque otro de los atractivos del establecimiento, y así lo han hecho ver ya los clientes, está en el patio también renovado tras unas obras para excavar terreno y conseguir más zona verde. «También hemos creado una cascada de agua y para los huéspedes hay una piscina en una zona con terraza», explica Santos. En un futuro, se plantearían instalar un huerto para dar servicio al restaurante.

En todo momento la familia Rothschild ha buscado la exclusividad en el Palacio de Samaniego, «empezando por un servicio de mayordomía que este siempre a disposición del cliente –en temporada alta contaría con una plantilla de unas 17 personas–». El 80% de sus visitas esperan recibirlas del extranjero «y creemos que de esta manera podremos contribuir a impulsar el turismo de calidad en Rioja Alavesa, aprovechándonos también de los magníficos recursos que nos rodean con bodegas, patrimonio cultural y naturaleza».