La lucha contra el cáncer recaudó 150.000 euros en Álava para investigación
La delegación alavesa de la AECC atendió el año pasado 1.101 nuevos casos de cáncer y prestó a sus 5.400 socios más de 2.000 sesiones con psicólogos
Con la covid convertida en una enfermedad menos virulenta, el coronavirus vuelve a dejar paso a la investigación de otras 'pandemias' que se han visto ... eclipsadas y para las que, por desgracia, todavía no hay vacuna. Este viernes la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) sacaba a pasear su bandera por las calles de Vitoria para dar visibilidad a los servicios que presta la organización a pacientes y familiares y hacer su gran cuestación anual con la que sostener su red de apoyo y recaudar fondos para investigación. «En Álava hemos invertido este año 150.000 euros y, a nivel de todo el Estado, algo más de 20 millones», ha detallado el presidente de la AECC en Álava, Patxi Ormazábal que se ha reivindicado como «la entidad privada que más invierte en investigación de todo tipo de cáncer».
Apostados en la plaza General Loma, Ormazábal se confesaba «optimista» con los nuevos avances y descubrimientos en la lucha contra la enfermedad y señalaba el objetivo europeo de un 70% de supervivencia para 2030. Una meta a la que ellos ya están aportando su granito de arena. «Estamos financiando varios proyectos. Uno tiene que ver con un indicador del cáncer de hígado y otro sobre enfermedades del corazón que dejan como secuela el cáncer».
El año pasado llegaron a la delegación provincial de la AECC un total de 1.101 nuevos casos de cáncer. Pacientes que acaban de recibir el diagnóstico más duro de sus vidas y que, en torno a la asociación, han formado una gran familia de cerca de 5.400 socios. Entre ellos, está Begoña Porres. «Es de vital importancia la investigación porque ayuda a la supervivencia. Hoy puedes no tener nada y mañana estar luchando con un cáncer».
Ella como otras personas encontraron el apoyo, no solo en sus familias, también en el equipo de profesionales que trabajan para la asociación. El año pasado llevaron a cabo más de 2.000 sesiones individuales y colectivas a cargo de sus cuatro psicólogas. En esas actividades encontró esa complicidad que le faltaba en casa Montse Ozaeta. «Para mí fue muy dura la noticia y tardé un poquito en llegar a la asociación. Si lo llego a saber hubiera ido antes porque, cuando estás con tus familiares te ayudan muchísimo, pero no encuentras la misma comprensión como la que puedes encontrar aquí porque estás con gente como tú que te entiende a la primera».
Familiares preocupados
Así lo ha comprobado también en la calle donde, ha apuntado, a sus puestos se acercan más familiares que enfermos. «Ellos sienten mucha impotencia porque no saben como tratar al enfermo. Te dicen que quieren hacer cosas por ayudarle, pero no saben el qué y, cuando terminan de hablar contigo dicen: 'Ahora entiendo un poquito mejor a mi familiar que no me cuenta tantas cosas'».
«A mí me hace mucha ilusión que el día de mañana podamos decir esta enfermedad es crónica, pero no es mortal. Eso es lo que vamos a conseguir con la investigación. Eso es lo que nos va a salvar la vida», ha deseado Ozaeta que, por otra parte, ha animado a los enfermos como ella a que se mantengan activos. «Si tu estás bien, te alimentas bien, te tomas la medicación bien y haces ejercicio te puede ayudar muchísimo. En cambio, si estás deprimido, te dejas llevar. Hay que estar fuertes para soportar unos tratamientos tan duros. Si no lo estás, te llevan por delante».
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