El lienzo de Mintxo Cemillán en el kiosco de la calle Prado
El artista alavés interviene el icónico inmueble que se transformará en unas semanas en un punto de información cultural
«Si te fijas bien, solo hay una niña que se da cuenta de que hay otro mundo, con gente flotando más allá de esos ... paseantes». Con el pincel en la mano, Mintxo Cemillán señala a la pequeña protagonista de su obra, situada a los pies del mural, la única capaz de ver más allá, de contemplar figuras que se eleva sobre un paisaje cotidiano de Vitoria. El reconocido artista y muralista lleva desde el miércoles plasmando esta escena, llena de 'fantasía' y 'dinamismo' –palabras que también aparecen escritas en el dibujo– en uno de los laterales del emblemático kiosco de la calle Prado.
El proyecto, impulsado por el Ayuntamiento con el apoyo de Ensanche 21, busca recuperar este inmueble neoclásico, cerrado desde 2018. Ya no se venderán periódicos en él, sino que en las próximas semanas se transformará en un punto de información cultural con una pantalla que mostrará la agenda de la ciudad y una fotografía histórica del entorno.
La intervención de Cemillán, realizada con el apoyo de Habemus Estudio, se limita a una cara del kiosco y se enmarca en el proyecto 'Eco-distrito Emprendedor', orientado a revitalizar el Ensanche. El mural cuenta con referencias locales más que reconocibles como el Parlamento Vasco, la Catedral Nueva o la propia calle Prado. Pero también invita a la imaginación, por ejemplo, en la esquina derecha (cerca de donde señala en la imagen con el pincel). En ese lugar, por ejemplo, aparece un monumento como la parte más elevada de la Catedral de María Inmaculada que no es otro que el de la Batalla de Vitoria. «Estoy empeñado en dar a entender que este edificio está inacabado y mi fantasía es completarlo con un pináculo, como el monumento a la Batalla», comenta entre risas.
Intervenciones en el centro
Para esta obra sus herramientas han sido rotuladores permanentes y pintura blanca. «Los rotuladores supuestamente resisten la luz ultravioleta», explica el artista, que aplica además barniz antigrafiti para proteger el mural. «En caso de pintadas, basta con limpiar sobre el barniz para que aguante la pintura».
No es la primera vez que Ensanche 21 confía en Cemillán. En julio participó en 'Cultura en el centro', una iniciativa que llenó del trazo de algunos reconocidos ilustradores y artistas varios locales vacíos del Ensanche con ilustraciones efímeras. Entonces compartió protagonismo con Amaia Arrazola, Simonides, Anabel Quincoces, Ibon Sáenz de Olazagoitia, Nuria Pérez Cárcamo, Txaro Arrazola, Gerardo Armesto, Natalia Albéniz y Mauro Entrialgo. Recreacaron a personajes que daban nombre a diferentes calles de la ciudad (Dato, Iradier, Amárica) y tenía carácter temporal. Algunos fueron borrados a los pocos días y aparecieron con carteles encima, como ocurrió con la ilustración de Entrialgo en la calle Dato con Postas. Mintxo confía en que esta vez haya un «mínimo respeto» para que esta obra sí que perdure.
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