El legado artístico que llevó agua potable a un poblado africano
Juncal Ballestín decidió legar todo su patrimonio, incluso su colección y su estudio, a Anesvad
Unos zapatos con unos huevos como tacones. ¿Para qué iban a querer algo así en una aldea africana? ¿Qué provecho podrían sacarle en un lugar ... de necesidades imperiosas? La obra, 'A Meret' (1996) forma parte de la donación de un grupo de 43 piezas de la artista Juncal Ballestín que Anesvad, una ONG que reivindica el derecho a la salud en países subdesarrollados, entregó a Artium. La organización se había convertido en la heredera del legado de la artista. Así lo quiso a su muerte. Es, por lo simbólico, una de las herencias más ejemplares que se han realizado en Álava en los últimos años. Y también una de las más complejas de gestionar. Así lo hicieron.
El albacea comunicó a la ONG, con sede en Bilbao, que una persona les acababa de dejar toda su herencia. En este caso, con una particularidad: entre los bienes se encontraba una fabulosa colección de arte. De hecho, Ballestín fue una de las artistas más prolíficas del panorama cultural alavés. «La verdad es que no estábamos en absoluto acostumbrados a recibir algo así, las herencias que recibimos suelen ser ahorros o viviendas, quizás alguna obra de arte o alguna joya, pero nunca una colección completa», reconoce Gorka Goikoetxea, responsable de Gestión e Inversiones de la ONG.
Con la herencia de la artista, se pudo tender una red de saneamiento en Costa de Marfil
La artista había legado todo cuanto poseía, incluso su taller, ubicado en un antiguo caserío ubicado en Otazu. Allí encontraron obras que «ni siquiera estaban catalogadas», además de una fantástica colección de 300 piezas y textos. Para su catalogación, una tarea ímproba, fue fundamental la labor de Fernando Illana, amigo personal de la artista y también su galerista en Trayecto, la gran galería de arte contemporáneo de la capita alavesa.
«Colección íntegra»
«No sabíamos qué precio podría alcanzar en el mercado, pero teníamos muy claro que el legado de Juncal, toda su obra, no se podía desgajar. Queríamos que la colección permaneciese íntegra», señala Pilar Hidalgo, responsable de Patrimonio de la ONG. La intervención de la directora de Artium, Beatriz Herraez, una profunda conocedora de la obra y la figura de la artista, fue fundamental. Se iniciaron contactos con el museo que cristalizaron en un acuerdo con la Diputación de Álava: la colección pasaba a manos de Artium y la ONG mantuvo los derechos de propiedad intelectual de todas y cada una de las obras.
Muchas de esas piezas, en su mayoría de los años 80 y 90, se pudieron ver en la exposición 'La vida como ejercicio' que el museo dedicó a la artista en 2021. «Fue la decisión correcta, lo que Juncal hubiera querido: que sus obras se quedaran en su ciudad», destaca Goikoetxea. Con la venta del resto del patrimonio de la artista, que la ONG cifra en más 300.000 euros, se pudo poner en marcha un programa de agua limpia y saneamiento en la comunidad rural de Chiépo, en Costa de Marfil.
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