El Gobierno vasco da vía libre a la denominación propia de Rioja Alavesa pese al rechazo de la Diputación

El departamento que dirige la consejera guipuzcoana Arantxa Tapia (PNV) ha decidido continuar con el procedimiento para tramitar la solicitud de «protección e inscripción en el registro comunitario» de la UE de esta Denominación de Origen Protegida (DOP) alavesa. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer la resolución del Ejecutivo de Lakua por la que se eleva la propuesta, se continúa su tramitación y se inicia el «procedimiento nacional de oposición». ¿Qué significa esto? Que a partir de hoy se abre un periodo de dos meses para que «cualquier persona, física o jurídica, que esté establecida o resida legalmente en España» y cuyos intereses legítimos considere afectados, presente alegaciones. Con esta publicación en el BOE la aspiración de conseguir la marca 'Viñedos de Álava' cumple un nuevo trámite a pesar de que, según el diputado general, Ramiro González, y el PNV, ese no es el «sentir mayoritario» en la comarca. «No es nuestra opción», recalcaron ayer portavoces oficiales del mandatario peneuvista, que no desvelaron si esta oposición se traducirá, o no, en alegaciones con las que frenar la tramitación administrativa de la nueva denominación. El Consejo Regulador del Rioja sí garantizó ayer que lo hará.

¿Por qué regresa este asunto a la agenda? No es un debate nuevo. El deseo de alcanzar una denominación propia surgió en 2016 en un grupo nunca identificado de bodegas de ABRA, un organismo que agrupa a 110 bodegas alavesas de tamaño medio o familiar –elaboran el 7% del total de Rioja– y que ha sido fuertemente impulsado por las instituciones públicas, con más de un millón de euros en subvenciones en los últimos siete años. Tras el órdago llegó la negociación con el Consejo del Rioja y un acuerdo en el verano de 2017 que firmó una tregua. La denominación más antigua de España aceptó impulsar un camino de diferenciación de los vinos de sus tres zonas de producción –Rioja Alta, Baja y Alavesa– y creó nuevas figuras como los vinos de municipio o los de Viñedo Singular, cuyas primeras añadas están saliendo al mercado en las últimas vendimias. No obstante, el deseo de romper de forma definitiva quedó latente y se reactivó el pasado otoño para sorpresa del conjunto del sector.

Entre tanto, los gestores de ABRA recibieron dos importantes reveses. De un lado, el desmarque ya claro del PNV alavés, que tras unos titubeos iniciales pasó a defender con claridad una postura intermedia y que, a su juicio, representa a la mayoría del sector, una denominación propia pero dentro de Rioja. «¡Cómo vamos a renunciar a ser Rioja, si estamos en su origen!», defendía con vehemencia Ramiro González. «No podemos perder ese valor», apuntaba, sobre la que es la marca relacionada con el vino español más reconocida internacionalmente. Y en segundo lugar, los líderes de ABRA quedaron al borde de la moción de censura tras un intento de cambiar el ámbito de la asociación, de Rioja Alavesa al conjunto de Euskadi. El mayor respaldo ha llegado, sin embargo, del Gobierno vasco. «Si hay una parte del sector que quiere ese modelo, el Gobierno vasco atenderá esa petición», dijo la consejera Tapia.

Las alegaciones que se pueden presentar a partir de hoy y durante los dos próximos meses serán analizadas en el departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras, que decidirá en primera instancia si la tramitación de la nueva denominación se paraliza en Euskadi o sigue adelante –no hay un periodo de tiempo definido para su resolución–. Si 'Viñedos de Álava' no encuentra aquí obstáculos, el expediente lo analizará el Ministerio de Agricultura, que también debe darle el visto bueno. En última instancia, decide la Unión Europea. Fuentes del sector apuntan a que el mayor obstáculo para ABRA puede estar en Bruselas, que «para reconocer una denominación de origen exige que haya diferencias importantes –en este caso con Rioja– en cuanto a los viñedos o los métodos para elaborar los vinos».