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El Palacio de Justicia de Vitoria ha recuperado la normalidad tras un martes complicado. Ayer, los magistrados no pudieron emitir sentencias o autos debido ... a que el apagón deshabilitó la firma electrónica. Todo lo demás sí funcionó.
Según informan fuentes judiciales, el sistema se ha restablecido, por lo que la maquinaria de emisión de fallos, sentencias, autos o diligencias se ha reactivado.
Ayer, sin embargo, el panorama fue muy diferente. Tras abrir sin mayores incidencias a las 9.00 horas, los trabajadores comprobaron de inmediato el estado de las instalaciones. «Los ordenadores se han encendido sin problema y el sistema funciona o de momento esa sensación da», destacó una funcionaria auscultando su pantalla. Pero el gran apagón de los 15 gigavatios desaparecidos sin explicación oficial dejó sin embargo una huella muy lesiva.
Al encender sus computadoras, los jueces y magistrados de la casa descubrieron un agujero negro. La avería del día anterior había afectado al sistema de firma electrónica. Lo deshabilitó. Desde que se instauró el expediente digital –hace un par de años–, este paso resulta primordial para avalar cualquier sentencia, auto, providencia o diligencia de ordenación. Es decir, toda decisión importante.
«Nos lo ha confirmado el CAU (Centro de Atención al Usuario del CGPJ). La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre les ha enviado un correo electrónico confirmando que fue por el apagón de ayer», puntualizaron desde varios juzgados del edificio.
En este sentido, el juez decano de Vitoria, Ignacio Sánchez Morán, compartió con EL CORREO que «el apagón no ha dejado firmar las resoluciones judiciales, aunque se han celebrado con normalidad los juicios y las declaraciones programadas». Por ejemplo, la del portero contratado por la discoteca Mítika y sospechoso de matar a K. V., de 31 años, la madrugada del 23 de febrero. Ayer salió de la prisión de Zaballa para prestar declaración por otra supuesta agresión.
El juzgado de guardia, Instrucción número 1, atendió a los detenidos y resolvió los asuntos urgentes que le llegaron como si de una mañana normal se tratara. Su jueza responsable, Anto Blanco, logró la normalidad gracias a que le funcionaron las claves dependientes del Gobierno vasco, no así las del central.
El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 celebró varias vistas. Y Penal número 1 cubrió tres juicios rápidos sin demasiadas complicaciones. La misma estampa se vivió en el Registro Civil, donde anotan nacimientos, casamientos o defunciones, entre otras funciones cotidianas. Aún así, la actividad resultó bastante baja. Y es que, al tratarse de una semana con varios festivos, la agenda ya andaba reducida de por sí.
Desde el decanato de los magistrados de Vitoria informaron de que «la PSP (la plataforma digital por la que los abogados presentan todo tipo de escritos) está funcionando con problemas». Eso sí, en previsión de que la normalidad no fuera plena, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya anunció la tarde-noche del lunes que permitiría a abogados y procuradores retrasarse en la presentación de escritos programados para el lunes y ayer.
En base a ese pronunciamiento, los días 28 y 29 no computarán como plazo para presentación de escritos y recursos. Con esta orden se busca «no perjudicar los derechos de quienes tengan asuntos y actuaciones sujetas a plazo en los órganos judiciales». Cada día, el Palacio de Justicia supera el centenar de asuntos nuevos.
Estas deficiencias no se limitaron a Vitoria o Amurrio, donde se encuentra el otro juzgado alavés. El funcionamiento a medio gas fue la constante en otras plazas. Por citar dos; León o Santander. La incertidumbre de ayer en el edificio de la Avenida de Gasteiz ha quedado resuelta esta misma mañana.
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