Juan Carlos Antolín será el nuevo presidente de SEA Hostelería
La actual máxima responsable de la organización sectorial, Elena Martín, pasa a ser su 'número dos'. El relevo estaba previsto hace dos años, pero se retrasó por la pandemia
Relevo en SEA Hostelería. Juan Carlos Antolín será el nuevo presidente de la organización sectorial dentro de la patronal alavesa. El propietario de establecimientos vitorianos como el Kotarro y la Kobatxa ocupaba hasta ahora la vicepresidencia de la junta liderada por Elena Martín, la gerente del hotel Jardines de Uleta.
Este cambio estaba previsto hace dos años, pero «la peculiar situación» que se ha vivido como consecuencia de la pandemia y la posterior crisis económica lo ha retrasado hasta hoy. Antolín será el nuevo presidente y Martín, por su parte, se mantendrá como 'número dos' de la organización. De esta manera, se mantiene el equilibrio entre hostelería y hotelería que se estableció en 2019.
Entre los temas prioritarios de la nueva junta directiva se encuentra combatir el intrusismo -especialmente en actividades como el cátering o la comida a domicilio- y la necesidad de hacer más atractivo el sector para atraer profesionales. De hecho, SEA Hostelería se encuentra inmersa en la negociación de un nuevo convenio y mantiene una interlocución continua con las instituciones para mejorar la situación de la hostelería alavesa.
En la asamblea que ha confirmado el relevo se han recordado los avatares sufridos en los últimos cuatro años, «un periodo marcado por la pandemia que dificultó notablemente el trabajo de estos establecimientos».
«SEA Hostelería se volcó en cuerpo y alma, y sin descanso, en la salvaguarda de los intereses del colectivo, multiplicándose para acompañar a las empresas y autónomos en la gravosa situación provocada por el Covid-19, con un único objetivo, el mantenimiento del tejido empresarial y el empleo, tanto del sector de la hostelería y hotelería alavesa en particular como en la vasca en general», apunta la organización en el comunicado que ha anunciado el relevo y destaca el reparto de mascarillas, el plan de resistencia del turismo, hostelería y comercio o la paralización del decreto del lehendakari que obligaba a que los negocios bajasen la persiana cuando la tasa de contagios superaba los 500 casos por cada 100.000 habitantes.